Desde la Cámara Argentina de Turismo repudiaron el surgimiento de acciones vandálicas por conflictos de territorio en varias zonas del país que son importantes centros de interés turístico a nivel nacional e internacional, siendo nuestra actividad en algunos casos una de las principales fuentes de trabajo y de ingresos de ciudades y provincias.
Usurpaciones, vandalismo, incendios intencionales, cortes de ruta, atentados con piedras a vecinos, a prestadores de servicios turísticos y sus pasajeros y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, entre otros lamentables sucesos, son alertas que amenazan el clima de paz indispensable para el desarrollo de la actividad turística, industria que depende de la experiencia placentera y acorde con las expectativas de quienes contratan sus servicios.
A su vez remarcaron que la Cámara Argentina de Turismo trabaja para representar y defender a la comunidad turística de nuestro país, un sector altamente impactado en el último tiempo, en forma directa, por las restricciones a la circulación nacional e internacional que demandó la responsabilidad sanitaria frente a la pandemia de COVID-19, que repercutieron en el cierre de prestadores y la pérdida de puestos de trabajo. En un escenario de lenta normalización es preocupante que estas situaciones que nos tocan atravesar en varios destinos turísticos emblemáticos de nuestro país pongan nuevamente en jaque a un sector tan golpeado.
Este estado de conflicto pone en riesgo la tan esperada recuperación de una actividad que genera empleo, consumo y movimiento económico, genera riqueza para el país y bienestar a quienes ofrecen y quienes contratan sus servicios.
Debemos garantizar las condiciones de seguridad necesarias para que la temporada turística se desenvuelva en el marco de previsibilidad que requieren tanto los visitantes y los prestadores, como la comunidad de los destinos turísticos.
Por eso requerimos a las autoridades gubernamentales correspondientes, al Poder Judicial y a todos los que de alguna manera puedan colaborar a poner fin a estos hechos tan perjudiciales para nuestro sector y los habitantes de las comunidades afectadas, que actúen en forma urgente para lograr frenar estos sucesos tan lamentables.
No nos parece razonable que el camino sea seguir repudiando una y otra vez cada situación de desmanes y vandalismo que se genera. Todas las sociedades necesitan un marco jurídico para funcionar, tener pautas de convivencia. Los ciudadanos deben adaptarse a vivir con derechos y obligaciones, y nuestro Estado debe ser quien resguarde el cumplimiento de ese orden para que la sociedad funcione correctamente.
Debemos buscar soluciones de fondo, con respeto, contemplando los resguardos constitucionales y exigiendo el cumplimiento de la ley, propiciando que se ponderen todos los intereses que deban ser atendidos, pero en un espacio de racionalidad y civilidad que no es lo que estamos viendo. -