Un viaje al sur de Argentina tiene una parada obligatoria en El Calafate. Nadie puede resistirse a una visita a los imponentes glaciares, rodeados de una hermosa naturaleza que nos transporta a espacios de paz, reflexión y conexión interna.
Y en la ciudad de El Calafate, se encuentra el hotel La Cantera, el cual, además de conectarnos con nosotros mismos, nos ofrece hermosas vistas, exquisitos sabores y sobre todo, una calidez humana de parte de su personal, pocas veces vista.
Llegamos a La Cantera y nos recibió Gabriela, con quien habíamos coordinado nuestra visita. Desde antes de arribar, su trato amable y cordial garantiza una buena estadía, en un espacio en el que el huésped es parte del lugar, y se confirma desde el momento que uno pone un pie en el lugar.
Este hotel inaugurado en el año 2004 cuenta con habitaciones doble y triples, las cuales se dividen en categoría Lagos, Cerros y Glaciares, y cada una de ellas, a su vez, tiene un nombre propio correspondiente a una de las maravillas de nuestra naturaleza.
En el mismo, el personal gestiona para los huéspedes excursiones, traslados y masajes, entre otros servicios, y todos los días se ofrece un servicio de desayuno buffet (el cual, en el contexto de pandemia es servido por el personal a fin de evitar la manipulación de alimentos), y adicionalmente cena, preparada majestuosamente por Sebastián.
Comienza a caer la tarde y nos da paso a una magnifica vista del Lago Argentino, con las montañas decorando todo a su alrededor, el cielo va pasando de azules a naranjas y rosados, y en ese hermoso atardecer seguimos compartiendo la visita a La Cantera con Gabriela, y ahora se suma Miriam.
Sorprende gratamente la amabilidad de ambas con todos y cada uno de los huéspedes, a quien identifican de manera individual, y atienden todo y cada uno de sus requerimientos con una enorme sonrisa. Todo esto, sumado a la experiencia majestuosa de estar en El Calafate con una hermosa vista, sin lugar a dudas, el lugar recomendado para el descanso y el disfrute de una experiencia inolvidable.
Cae la noche, y degustamos una exquisita cena preparada por las magistrales manos de Sebastián. Recomiendo enfáticamente el osobuco braseado con risotto de hongos, el cual, con el solo olerlo ya nos da un adelanto de lo que estamos por degustar, aunque… el sabor supera ampliamente todo aquello que esperábamos. Luego coronamos la velada con un brownie con helado de calafate, que pone el broche de oro a la noche.
Nos quedamos un rato más conversando con Gabriela y Miriam, quienes nos cuentan de la vida en El Calafate, siempre con una hermosa sonrisa asomando de sus labios, y mil y una recomendaciones para hacer los días que nos restan de estadía.
Sin lugar a dudas, si se busca relax, placer, conexión, vistas, sabores y mucho más… el sitio en El Calafate es La Cantera. Muchas gracias por todo!