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DEVOTO DE YERBERAS Y SOL MALBEC

Devoto organizo una velada increíble para celebrar la semana del malbec, allí estuvimos y esto vivimos.

Por Ariel Iturbide

La reja portón me separaba de las caras amables que adentro preparaban la bienvenida que me daría el malbec y compañía.

17.15 hs…en frente, la plaza Arenales estaba repleta.

Cruzo la reja portón y me recibe la sonrisa de Vicente Roccasalva, quien asi se presenta. Él es el presidente de la Cooperadora Zubizarreta, destino final de lo recaudado en este evento de Devoto.

Como era de esperarse, y luego de las salutaciones y buenos deseos iniciales, me resuelvo a caminar por el lugar no sin antes aceptar la copa que me acompañaría todo el periplo en mano firme. Con la firmeza suave que se sujeta a un amor y la delicadeza también para saber cuándo soltar.

El predio, Práctico de recorrer disponía en el centro de un gran espacio de relax. Sillones blancos y cómodos, coloridas yerberas sobre las mesas, agua mineral en cantidades salvadoras y tres o cuatro mesas altas, tipo barra, con sus respectivos taburetes de chapa color.

Los stands, vestidos de negro, bordeaban el gran living blanco…uno al lado del otro iban convidando lo mejor de su oferta y de su imagen, eso está claro. Así que haciendo un perfecto equilibrio entre mi copa y mi cámara empecé a disfrutar de dos placeres.

En poco más de una hora, el espacio ya estaba lleno de sonrisas, esas que dejan volcar la algarabía húmeda de los alcoholes y de roces involuntarios que eran disculpados inmediatamente por los actores. EL clima templado y al reparo de dos torres hacía de todo esto una juntada casi familiar, de amigos. Todo estaba para disfrutar y todo se veía bien. Claro, detrás de todo estaba Jorge Mesturini, referente de Devoto y hacedor.

Sin pausas largas y a tranco alegre se podían probar quesos (indiscutida pareja de vinos), chocolates, jamones, papas varias, aceitunas, champañas, licores, batidos etílicos y hasta cocteles propios de 007.

Todo giró en torno a ese gran living blanco con yerberas multicolor, aunque en realidad… la atracción solar era el Malbec, rey en estos lares y siempre amable en las bocas, esta vez en vísperas de su dia mundial.

Cada expositor, lo tenia en su mesa. Desde los tintos profundos hasta los blancos…de corte puro y a veces matizado con un cabernet franc, merlot y hasta semillón. La descripción de esto la cedo a profesionales del rubro, yo me limito a disfrutarlos…como hicieron familias y vecinos de Devoto y no tanto, pues uno se cruzaba con gente de San Justo, de Martinez, de Boedo y más alla.

Una sommelier me charlaba sobre las bondades antiage de lo que bebíamos cuando escuchamos a Jorge dar largada a los sorteos. Cada stand aportó lo mejor para que muchos de nosotros nos llevaramos algo mas que unos puntos de alcohol en sangre y caras bonitas en nuestra memoria.

La tarde bajaba en picada libre, las gracias pasaban de puesto en puesto, de copa en copa, de propuesta en propuesta…se veian a las familias partir, algunos con gestos confortablemente adormecidos por el beber pero todos sin lugar a dudas contentos de participar de esta feria de voluntades y de beneficencia bien merecida que año a año nos convoca desde su lugar.

Yo me llevo lindas imágenes en mi cámara, lindas charlas en mi copa y algún que otro recuerdo en el que el malbec me supo acompañar. Sin dudas, estos encuentros en Devoto son de esos para agendar y participar.

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