A 30 años de su muerte, Río de Janeiro le rinde homenaje a una de sus grandes leyendas musicales, ecologista cuando nadie lo era y artista brasileño icónico del siglo XX. La "ciudad maravillosa" celebra este diciembre eventos para que locales y turistas puedan encontrarse con el legado del autor de algunas de las melodías más célebres del mundo como A felicidade (Tristeza não tem fim), Garota de Ipanema o Corcovado
Su vida fue pura música y Río de Janeiro, su musa. Compositor, arreglador, director de orquesta, cantante, guitarrista y pianista, fue el gran impulsor de la bossa nova y creador de varias canciones icónicas del siglo XX que están llamadas a perdurar en el tiempo. Se llamaba Antonio Carlos Brasileiro de Almeida Jobim, pero el mundo entero lo conoció como Tom Jobim (1927-1994).
Su figura está asociada a grandes músicos como Stan Getz, Frank Sinatra, Claus Ogerman, Ella Fitzgerald, Chico Buarque, Edu Lobo, Gal Costa, Elis Regina, Sérgio Mendes, Sarah Vaughan y Astrud Gilberto, entre tantos otros.
También con Vinícius de Moraes, con quien compuso la canción brasileña más veces grabada de todos los tiempos y ganadora de cuatro premios Grammy, “Garota de Ipanema”. Con João Gilberto comparte la paternidad de la bossa nova, un género que literalmente quiere decir “new wave”, “ola nueva”, y que se caracteriza por el encuentro de unas letras frescas y poéticas con un ritmo constante, penetrante y sutil, siempre formando parte del samba.
La muerte encontró a Tom en Nueva York, el 8 de diciembre de 1994, a los 67 años de edad. Al enterarse, Frank Sinatra, que en 1967 lo había localizado por teléfono en un bar de Ipanema para convocarlo a grabar un disco con él, dijo: “El mundo ha perdido a uno de sus músicos más talentosos y yo perdí a un amigo maravilloso”.
Dos años antes, la escola de samba Mangueira lo había homenajeado dedicándole el desfile en el carnaval carioca de ese año, titulado "Se todos fossem iguais a você", el título de una de las más hermosas composiciones de la dupla Jobim-Vinicius. "Vine a homenajear a Mangueira", declaró la noche del desfile, vestido de blanco, con un vaso de whisky en la mano y con sombrero de paja, como todo un caballero carioca.
A 30 años de su fallecimiento (el 8 de diciembre), Río de Janeiro, su ciudad natal -donde vivió su juventud, moldeó su identidad cultural y siempre fue su lugar de pertenencia-, le rinde un merecido homenaje abierto a quienes quieran compartirlo.
En el Jardín Botánico, se puede visitar la exposición “Tom Jobim: discos en solitario”, que ofrece una visión detallada de los 12 álbumes solistas que marcaron la carrera del maestro. Es una experiencia inmersiva que invita a explorar la trayectoria del artista a través de documentos, fotos, grabaciones, partituras y objetos personales de la colección del Instituto Antônio Carlos Jobim, además de ofrecer rarezas y curiosidades sobre su carrera.
Cuenta también con documentales a partir de conversaciones entre el recientemente fallecido hijo de Tom, Paulo Jobim, y Aluísio Didier, director del instituto Antonio Carlos Jobim y curador de la muestra. En estas conversaciones se revelan historias y anécdotas desconocidas sobre el maestro, cuya vida adulta transcurrió en un puente aéreo entre Río de Janeiro y Nueva York.
La exposición es gratuita, permanente y puede visitarse todos los días (excepto los miércoles) de 9.00 a 17.00 horas en el Jardín Botánico de Río de Janeiro, Rua Jardim Botânico 1.008.
Como no podría ser de otra manera, el coautor de la canción fundacional de la bossa nova, “Chega de Saudade”, también es homenajeado sobre los escenarios.
En el Teatro Casagrande de Leblon se presenta «Tom Jobim musical», un espectáculo con textos de Nelson Motta y Pedro Brício, dirección de João Fonseca y dirección musical de Thiago Gimenes. Esta emotiva superproducción (27 actores y 13 músicos en escena) celebra la vida y la obra de Tom. El espectáculo acompaña al público en una travesía que comienza en la playa de Ipanema en los años '50 del siglo XX y termina en Nueva York, desde donde la bossa nova se proyectó hacia el mundo entero. La obra estará en cartel hasta el 15 de diciembre y volverá del 2 de enero al 23 de febrero de 2025. La boletería del teatro está en la avenida Afrânio de Melo Franco, 290.
Y para aquellos que se queden con ganas de más, a unos pocos kilómetros y sobre la playa de Ipanema, se encuentra la famosa estatua de Tom Jobim. Está emplazada en el paseo marítimo que se eleva sobre el Arpoador, justo donde un joven Tom solía pescar y contemplar la naturaleza. El monumento lo representa en su plenitud, caminando con la guitarra al hombro.
Para los turistas (Río de Janeiro recibe cada año cerca de 13,5 millones de turistas nacionales y 1,5 millones de visitantes internacionales) la figura del gran músico carioca es homenajeada en otro símbolo de la ciudad. A raíz de su canción “Samba del avión”, en la cual el músico declara su amor a Río, la mayor terminal aérea de la ciudad fue rebautizada como Aeropuerto Internacional Galeão – Antônio Carlos Jobim.