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En las entrañas de un volcán: Mendoza ofrece una experiencia única

El volcán Malacara tiene una particularidad: es uno de los pocos en el mundo que puede ser recorrido por dentro.

En el Sur mendocino se da una de las mayores concentraciones de volcanes, muchos de los cuales ya están inactivos.

A unos 42 kilómetros de la Ciudad de Malargüe, camino a la reserva Laguna de Llancanelo, se encuentra una maravilla natural, una de las más atractivas del departamento y de las pocas que se pueden recorrer en toda su extensión: el volcán Malacara. Es que pocos en el mundo pueden ser visitados por dentro.

El volcán Malacara tiene una altura de 1.800 metros y, al erosionarse, generó una belleza única, que en la actualidad nos permite sumergirnos entre pasadizos, cráteres y cuevas al recorrer su interior.

Además, desde su mirador se puede contemplar el espejo de la laguna de Llancanelo, por un lado, y del otro, La Payunia abarrotada de sus volcanes y respaldada por la cordillera de los Andes.

Su nombre lo obtuvo por el parecido de sus manchas con la cara manchada de los caballos denominados “Malacara”, relacionado con la colonización galesa en la Patagonia y la incorporación del lunfardo costumbrista de la gente de campo.

En las entrañas de un volcán: cómo se llega al Malacara

La impactante formación es parte del parque privado volcán Malacara, al que puede accederse por la ruta 186 desde la 40.

Su recorrido se inicia en el puesto de la familia Quesada, en el paraje La Batra, y para poder ingresar a sus cárcavas es necesario pagar una entrada. Por otra parte, pueden contratarse excursiones para explorar el lugar en vehículos 4x4, a caballo o realizar trekking.

Al pie del volcán comienza la travesía, que puede hacerse caminando o a caballo. Dependiendo de la movilidad, la visita puede durar entre tres y seis horas y lo interesante es que está habilitado todo el año.

Volcán Mendoza

“El ascenso fue desafiante y exigente para mí, pero realmente valió la pena cada paso. A medida que subíamos, las vistas panorámicas se hacían más impresionantes con los valles, montañas y lagos cercanos. El paisaje era simplemente espectacular y me sentí conectada con la naturaleza de una manera única”, comentó Antonella Labarba, una de las visitantes de este año.

Considerando que desde la ciudad de Malargüe son 42 kilómetros, la mitad es camino asfaltado y la otra mitad de ripio, donde hay un “serrucho” bastante marcado. Por esa razón se debe transitar despacio.

“Yendo en vehículo particular deben considerar salir de Malargüe una hora y media antes del turno. Otra opción es que nosotros los traslademos al volcán y esto tiene un costo de 12.600 pesos adicionales por persona. El traslado se realiza con un mínimo de seis personas”, explicó Silvina Bach de la empresa de turismo Aires de libertad, que explota el lugar.

En las entrañas de un volcán: la mejor opción para recorrerlo

Una buena opción es realizar trekking guiado, que tiene un nivel de dificultad medio y una duración de dos horas y media, aproximadamente. Durante el recorrido hay que subir escaleras de hierro colocadas para pasar piedras grandes.

La caminata hasta el mirador es de unos 400 metros de longitud y tiene una pendiente de 45 grados, lo cual también implica un esfuerzo físico.

Hay que llevar agua y calzado adecuado, pantalón largo, abrigo, gorro o sombrero y protector solar. También se sugiere usar mangas largas.

Según la agencia Aires de libertad, “no pueden hacerlo mujeres embarazadas ni personas con movilidad reducida o problemas cardíacos, presión alta no tratada o esguinces recientes” y tampoco se permite el ingreso con mascotas.

En las entrañas de un volcán: un paisaje nunca antes visto

Al ingresar a las entrañas del volcán, en el centro de la Tierra, la luz del sol se filtra desde las alturas y resalta distintas imágenes que se manifiestan en colores grisáceos, rojizos y verdosos.

Las sensaciones se exaltan al transitar las cavernas de “Los Puentes”, la de “Tito Alba” y las “Cárcavas oscuras” con la compañía de guías que cuentan la historia geológica de la formación y muestran sus detalles desde adentro.

Durante el recorrido hay que subir escaleras de hierro para sortear grandes piedras y así se llega a un gran mirador, denominado La Cresta, desde donde se obtiene una vista panorámica privilegiada de la apacible Laguna Llancanelo, el humedal declarado sitio Ramsar y la mayor reserva de aves de Mendoza.

La imponente antena DS3 perteneciente a la Agencia Espacial Europea, la cordillera de los Andes y el Norte de La Payunia también son parte del paisaje.

Como detallaron en la Municipalidad de Malargüe, otra de las peculiaridades de este volcán es su origen hidromagmático. Esto significa que la erupción se dio cuando la lava ascendió y entró en contacto con el agua acumulada bajo la corteza terrestre, generando violentas explosiones. Además, el Malacara ha sido erosionado por las lluvias y el viento, lo que dejó visibles grandes “cuevas” de casi 30 metros de altura por las que ingresan las excursiones durante el recorrido.

También se realiza un importante reconocimiento de flora y fauna autóctona y es ideal para realizar safaris fotográficos. “Durante el descenso pudimos apreciar la flora y fauna local, incluyendo algunas especies endémicas de la zona. Nos dimos cuenta de lo importante que es preservar y proteger estos ecosistemas”, recordó Antonella, profesora de biología.

En las entrañas de un volcán: la mejor época para visitarlo

Ingresar al volcán Malacara en invierno puede ser una experiencia emocionante y desafiante debido a las condiciones climáticas adversas y la probabilidad de nieve en la zona, pero siempre es importante priorizar la seguridad y las agencias recomiendan evitar ingresar si hay tormentas o condiciones peligrosas.

Para el trayecto se recomienda llevar ropa de montañismo adecuada y en invierno ropa impermeable y abrigada. “Las condiciones climáticas en invierno pueden ser extremas, con nevadas y bajas temperaturas, y corre bastante viento. Es importante verificar el pronóstico del tiempo antes de ingresar”, aconsejó Facundo Vargas tras haber visitado la reserva en agosto pasado.

“No sólo pude disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, sino también aprender sobre la importancia de cuidar y conservar estos paisajes. Lo recomendaría a cualquiera que ame la aventura y la belleza natural”, comentó Facundo.

“Aprendimos sobre su formación, erupciones pasadas y las medidas de seguridad que debíamos tener en cuenta durante la caminata”, cerró Antonella.

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