Río de Janeiro es una de las ciudades más visitadas, homenajeadas y fotografiadas del mundo. Vibrante y llena de contrastes, su topografía le confiere un marco irresistible para la contemplación y para compartir imágenes. A seguir, los mejores miradores para disfrutar del espectáculo de la naturaleza en la capital carioca.
1. Corcovado
El más célebre y alegórico, saludado por poetas y artistas, es uno de los lugares que hace que Río sea considerada Patrimonio Natural de la Humanidad (Unesco) y una de las Siete Maravillas del Mundo. El cerro de Corcovado, enclavado en el Parque Nacional de Tijuca, es más conocido por el Cristo Redentor, la estatua de 38 metros que abre sus brazos a los visitantes. La vista de Río desde el Corcovado es completa, ya que incluye desde la zona Sur al Centro. La entrada sale entre 16 y 19 dólares por persona, incluyendo el acceso al monumento, y las multitudes dificultan la foto de recuerdo del paseo. La sugerencia es visitar el Corcovado antes de las ocho de la mañana o después de las 18, para no tener que exprimirse entre multitudes de visitantes.
2. Pão de Açúcar
La cadena formada por los cerros de Urca y Pao de Açúcar se enlaza a través del celebérrimo teleférico, más conocido como "bondinho" que es otro paseo obligatorio de Río de Janeiro. Desde arriba se puede divisar toda la Bahía de Guanabara, el Corcovado, la Piedra de Gávea, Copacabana, Botafogo y Niteroi. El bondinho sale de Urca y tiene dos paradas que se alcanzan en tres minutos de viaje: el morro de Urca (227 metros) y el Pão de Açúcar con sus 396 metros de altura. Con precios de 12 dólares para niños y 24 para adultos, el acceso se extiende hasta las 20 horas y el regreso tiene como límite las 21, para quienes quieren disfrutar de vistas nocturnas.
3. Vista Chinesa-Mesa del Emperador (Parque Nacional da Tijuca)
Ubicada en medio de la selva de Tijuca, en la ruta que conecta al Jardín Botánico con el Alto da Boa Vista, la Vista Chinesa es una construcción con formas orientales que ofrece una vista amplísima donde entran la Lagoa Rodrigo de Freitas, las playas de Leblon e Ipanema, el Morro Dois Irmãos, el Pão de Açúcar y el Corcovado. Unos 700 metros encima de la Vista Chinesa está la Mesa del Emperador, que en el siglo XIX era el lugar elegido por el monarca y su familia para contemplar la ciudad y huir de sus calores. No hay transporte público para acceder al lugar, pero sí taxis que deben tomar la Rua Pacheco Leão, en el barrio de Jardín Botánico, seguir por la Estrada da Castorina y entender que la vía es común a autos, ciclistas y peatones.
4. Pedra Bonita (São Conrado)
Los famosos recorridos en ala delta que enamoran desde las películas y las novelas ambientadas en Río, salen desde allí y aterrizan en la playa de São Conrado. La cuesta de Pedra Bonita no es muy alta (no llega a los 700 metros) y se puede acceder en auto por la Estrada das Canoas, en São Conrado, hasta la rampa desde donde salen quienes se aventuran al vuelo de ala delta. Quienes prefieren observar la rutina y la vista hacia las playas de la zona sur, no saldrán decepcionados: divisarán desde Leblón hasta Copacabana, con la Pedra da Gavea incluida.
5 . Pedra da Gávea
Es una de las montañas más conocidas por los cariocas, pero no tanto por los turistas. Es un monolito a la orilla del mar que alcanza los 844 metros, erosionada en la punta y comparada con la estructura de las carabelas. Es más alta que el Corcovado, por lo que la vista es aún más impresionante, pero no hay medios de ascenso para neófitos. Los conocedores recomiendan contratar guías en agencias de turismo autorizadas, quienes proveen las cuerdas y equipos de seguridad para que la aventura sea accesible. Desde la cumbre se divisan Barra de Tijuca a un lado, y del otro San Conrado, la favela Rocinha, Leblón, Ipanema y Copacabana.
6. Pedra do Arpoador (Ipanema)
Comparada con la Pedra da Gávea, la de Arpoador es como un balcón con vista al mar. Pero es irresistible precisamente por eso. Democrática, todos la suben y se llevan la foto y el recuerdo. La piedra chata permite sentarse a disfrutar de las olas de Ipanema y Leblón, y también del atardecer, que los cariocas suelen aplaudir como saludo a la belleza de su ciudad, en un gesto que a los turistas les resulta de lo más curioso.
7. Parque das Ruínas (Santa Teresa)
El Parque de las Ruinas es una antigua construcción que funcionó como un lugar de encuentro de artistas durante la Belle Époque carioca, a principios del siglo XX. Actualmente alberga un centro cultural y un café, desde donde la vista en 360º permite recorrer la Bahía de Guanabara y el Centro de Río (ese gran desconocido para muchos turistas), en especial el Acueducto de Lapa (Arcos de Lapa) y la Catedral de San Sebastián de Río de Janeiro.
8. Mirante do Sacopã (Lagoa)
El acceso es fácil y la caminata es breve: cerca de un kilómetro flanqueado de vegetación y esculturas. Ubicado en el Parque Natural Municipal da Catacumba (en plena avenida Epitácio Pessoa), se puede acceder a la entrada en subterráneo y ómnibus y la entrada al parque, abierto de 8 a 17, es gratuita. Arriba, la vista a la Lagoa Rodrigo de Freitas es impagable.
9 . Pedra do Telégrafo (Barra de Guaratiba)
A 50 kilómetros del centro de Río, tiene un sendero de escalada que no llega a los 500 metros, pero es una subida exigente. No para alpinistas expertos, pero quizá no es para ir con niños. Vale la pena salir de los recorridos más conocidos dentro de la ciudad y salir hacia Barra de Tijuca y Recreio, donde las playas son menos pobladas y más limpias. Desde la Pedra do Telégrafo se pueden divisar las lindas playas de Grumari, Recreio dos Bandeirantes y la Restinga da Marambaia. Es recomendable contratar guías para el paseo, ya que el lugar está poco señalizado.
10 . Pico da Tijuca
¿Quién necesita un helicóptero para tener la mejor vista de Río? El Pico da Tijuca es la montaña más alta de la Floresta da Tijuca, la gran selva urbana que circunda a la ciudad de Río de Janeiro. Posee 1.021 metros de altitud, y para llegar a la cima hay que emprender una caminata de 2,8 km. El recorrido es irregular, aunque bien señalizado; la parte más complicada son unas escalinatas de piedra muy inclinadas, que asustan a más de uno. Se recomienda contratar una agencia con guías autorizados por Embratur o las autoridades municipales de Turismo. La entrada queda dentro del Parque Nacional da Tijuca, cerca de la plaza Afonso Viseu en el Alto de Boa Vista.