
Fiebre por salir: el boom del turismo emisivo
Durante el primer trimestre de 2025, más de 6,3 millones de argentinos viajaron al exterior. Solo en marzo, se registraron casi 2 millones de salidas del país, lo que representa un crecimiento del 78% respecto del mismo período de 2024. Esta tendencia está directamente vinculada a la apreciación del peso argentino, que abarató significativamente los viajes al extranjero en términos relativos.
Los destinos preferidos se concentran en la región: Brasil lidera el ranking (38,6% de los viajes), seguido por Chile (20,2%) y Uruguay (16,3%). La mayoría de estos desplazamientos se realizan por vía terrestre (63,9%), aunque el tráfico aéreo también creció sostenidamente (27,6%).
Caída del turismo receptivo: menos visitantes, menos ingresos
En contraposición, el turismo receptivo atraviesa una fase de retracción. En febrero de 2025, ingresaron a Argentina 762.600 visitantes no residentes, lo que representa una caída del 30,7% en comparación interanual. La apreciación de la moneda local encareció los costos para los turistas internacionales, reduciendo el atractivo del destino.
Chile sigue siendo el principal país emisor (23,7%), seguido por Europa (19,6%) y Estados Unidos y Canadá (12,1%). Pero incluso estos mercados muestran una merma, lo que se traduce en menor ocupación hotelera, caída en el consumo y un menor flujo de divisas.
Saldo negativo en la balanza turística
El creciente desbalance entre los viajes al exterior y las llegadas internacionales generó un saldo turístico negativo que encendió alarmas. En febrero, la diferencia fue de 1.680.700 visitantes, con saldos negativos tanto en turistas como en excursionistas. Este fenómeno revierte la tendencia registrada en 2023, cuando la balanza fue positiva durante varios meses consecutivos.
Motor interno: el turismo nacional sostiene la actividad
A pesar de este panorama, el turismo interno mantiene cierto dinamismo. Durante el fin de semana largo de Carnaval, por ejemplo, más de 2,8 millones de personas se movilizaron dentro del país, generando un impacto económico estimado en 701.000 millones de pesos. Sin embargo, el impulso del mercado interno no alcanza a compensar la caída del turismo receptivo, especialmente en destinos históricamente dependientes del público extranjero.
Perspectivas
El desafío para la industria turística argentina en lo que resta del año será doble: por un lado, contener el éxodo de divisas que implica el boom del turismo emisivo; por otro, recuperar competitividad como destino internacional. La coyuntura exige una mirada estratégica y políticas activas que promuevan la llegada de turistas extranjeros sin desalentar el turismo interno.
En un contexto de volatilidad económica y transformación del mercado, el 2025 será un año clave para redefinir el modelo turístico argentino, que se debe a si mismo un montón de desafíos en términos de calidad de servicio.