El analista de tendencias turísticas Fernando Gallardo advierte de que este sector está obligado a reinventarse ante los efectos de la crisis de la COVID-19.
En una conferencia organizada por la Federación Empresas de Hostelería de Granada, afirmó que la crisis económica es “inédita” y equiparable a la de la Segunda Guerra Mundial (1940-45), con efectos que están siendo devastadores, y ha vaticinado “un otoño muy complejo”.
El negocio después de la COVID-19
Entre las cuestiones abordadas por el conferenciante, ha señalado que deberá producirse una flexibilización y modulación de la hostelería, con la adaptación de barras y restaurantes que tendrán que contratar salas cercanas para aumentar su capacidad y aforo.
Las empresas tendrán que endeudarse para cambiar el modelo y reinventarse hacia la especialización, además de fusionarse, buscar colaboraciones e innovar para ofrecer experiencias virtuales.
Según Gallardo, la crisis acelerará la transformación digital de los negocios en un contexto en el que el turismo será más individual.
Todos los establecimientos serán aforados, incluidos los museos y monumentos como la Alhambra, ha indicado el analista, que no cree que el segmento de negocios y cruceros pueda recuperarse como pronto hasta el año 2021.
Las agencias de viaje tendrán asimismo que especializarse y ofrecer programas de experiencias para poder competir, mientras que el segmento del alojamiento verá mermada su capacidad en torno a un tercio por la necesidad de ofrecer garantías a los clientes.