Por María de los Ángeles Pagola (*) (Especial para Turismocero)
“Solo algunas, las que deben visitarse…ya que en ellas se robaron los mejores besos de los romances más apasionados de la historia escrita y no escrita de la serrana ciudad de Tandil.”
“Toda ciudad tiene su plaza, es más tiene varias plazas. En los burgos medievales las plazas eran una explanada de adoquines, con una fuente en el medio, en forma de estrella de varias puntas se abrían las callejuelas. Esas plazas era donde se buscaba agua, se hacían las ferias y se llevaban a cabo todo tipo de transacciones. El sol era la medida del tiempo de vida en ellas.”
“En mi ciudad, Tandil, hay plazas, y muy bonitas por cierto. La plaza principal, Independencia, se destaca por la pirámide central, la Glorieta donde se realizan actividades musicales y teatrales, la Feria estable de artesanos, una bella fuente, completando con una arboleda frondosa y el número justo de esculturas, que la hacen elegante y le dan cierto glamour. Está el monumento a los Desaparecidos de nuestra ciudad, es la sede de las movilizaciones sociales, y está plagada de historias. Una de las miles de anécdotas familiares de esta plaza, y compartida con todas las familias de la ciudad, es la guerra de naranjas entre alumnos de algunas escuelas vecinas a la misma, historias de mi padre.”
“La plaza Mariano Moreno, abarca una manzana, con una diagonal que la divide en dos triángulos y bulevar en el medio, se dice y casi se puede confirmar, que era parte del antiguo cementerio de la ciudad. Las “malas lenguas” dicen que allí fue enterrado con la cabeza hacia abajo el Tata Dios. Por ello en el loteo de la zona, nadie quiso comprar y se terminó convirtiendo en un espacio arbolado con jarrones de dimensiones interesantes, y sede, en parte, de la tradicional Feria Artesanal de Semana Santa.”
“La Plaza 25 de Mayo o de los Troncos, tradicionalmente el Monte de las Romería. Cuenta con un busto de mármol de mi admirado Manuel Belgrano, realizado por el artista local Alejo Azcue. Para referirme a ella, y sus famosas romerías, citaré al Historiador Daniel Eduardo Pérez “… pasada Navidad empezaban a llegar los músicos para la Romerías Españolas. Éste sí que era un acontecimiento que hacía trepidar al Pueblo, pues toda la gente de origen español las esperaba, como la Fiesta del Año. Duraban entre cosa y cosa, casi una semana. Solía llegar primero en el tren de la tarde, con gran ruido de bombo y platillo, una banda con vestimenta militar o más bien de circo.”
“…Luego más silenciosamente, llegaban los gaiteros gallegos con su acompañamiento y los vascos con la dulzaina. Unos y otros recorrían el Pueblo con gran algazara y seguidos de sus respectivos entusiastas. Otro día, y siempre los últimos, eran los de la Estudiantina. Era esta una orquesta de cuerdas con violines, guitarras y mandolinas. Vestidos de calzón corto, blusa negra, boina con pluma y capa liviana al viento remedaban a los estudiantes del tiempo de Fray Luis de León. (…)”
“Las orquestas tocaban por turno. Era de ver la competencia que se armaba entre ellas y más aún entre los que bailaban en los diferentes lugares. Siempre los que más público atraían era los vascos con sus bailes y los que bailaban jotas, por ser estos bailes más pintorescos y movidos y sus cultores más entusiastas. Era de ver cómo saltaban, brincaban…y sudaban aquellos vasquitos!.”
…“A la caída de la tarde,-señala- tiraban un par de bombas, para indicar la terminación del baile y todo el mundo se iba a cenar. Después de un par de horas, nuevas bombas, vuelto a sonar la gaita o la dulzaina y comenzaba de nuevo el jaleo…hasta no sé qué hora.”
Este espacio quedaba muy descuidado entre Romería y Romería, lo que lo convertía en un lugar sumamente peligroso. Mi padre y su hermano, en el recorrido al colegio, pasaban por una de las esquinas enfrentadas al Monte, cuando en una de esas frías y tempranas mañanas, pudieron observar como un hombre mataba a otro…algo que era común en el lugar. Hoy, es una de las plazas más elegidas por las familias con niños, para que disfruten del aire libre. Es muy pintoresca, con una calesita, juegos y árboles añosos que invitan a disfrutar de la sombra cuando el calor aprieta.”
“Los fines de semana, Tandil inauguró su mercado de pulgas en la Plaza San Martín, que hizo huir a los amores que en palabras de Andrés Calamaro se resumirían “…un beso, otro beso y la pena se va con el humo, y dicen que aquí no podemos hacerlo”.El enamorado, el amante, el vecino vieron surgir una magnífica obra del reconocido artista Hilderberg Ferrino, que homenajea a nuestro Libertador. Los fines de semana con la venta de antigüedades, libros y otras vituallas, más juegos y aparatos para actividad física, circula mucha gente…lo que recuerda un poco a las medievales. El temporal de principios de los noventa, que arrasó con el pueblo de López, me encontró dando clase en la ex Escuela de Educación Media Número 3. Observaba, entre asustada y asombrada, como esos viejos árboles, con troncos que denotan la edad, se balanceaban tocando sus copas el césped que los rodea.”
“La plaza Brigadier Martín Rodríguez, fundador del Fuerte Independencia que dio origen a mi Tandil, es una plaza especial para quien suscribe. Queda a media cuadra de donde era la casa de mis abuelos. De niños, cuando venían los cumpleaños o algún otro festejo, nos enviaban a jugar a este espacio verde para que no molestáramos. El verde del césped, los adoquines de la calle, los bancos de piedra, un sinfín de árboles, un diagrama de diagonales y avenidas y en el centro el famoso Tanque de las Aguas Corrientes. Nuestros juegos pasaban por la escondida, la sardina aplastada, alguna mancha y andar en bicicleta; pero había uno que se llevaba todos los premios y era tocarle timbre al señor del tanque para pedir un vaso de agua. Dos objetivos nos llevaban a ello: saber si el agua era diferente a la de nuestra casa, y poder conocer el interior….que nos lo imaginábamos como el hábitat de los dragones que cuidaban princesas de nuestros cuentos clásicos. El señor nunca nos dejaba pasar más allá de la puerta, lo cual intensificaba la cantidad de timbres que recibía en una tarde….todos queríamos mirar hacia dentro.”
“La plaza era parte del antiguo lugar donde se alojaban las carretas que llegaban de Buenos Aires con productos para la ciudad, por ello algunos, aún, la denominan plaza de las Carretas. El Tanque construido con piedras extraídas por los canteristas de las sierras de nuestra ciudad, está levemente inclinado. Quizás lo más emotivo para parte de la ciudadanía tandilense, es “que allí está plantado un retoño del árbol de Guernica. Enfrente a la Plaza y al mismo roble, se encuentra el Centro Vasco GureEtxea, que aglutinó a los inmigrantes del País Vasco, y hoy sigue manteniendo actividad constante gracias a sus descendientes.”
“Para cerrar, este sencillo poema de Antonio Machado, un romance del Cancionero Apócrifo, resume Mi Plaza.”
“La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.
Ha pasado un caballero
-¡quién sabe por qué pasó!-
y se ha llevado la plaza,
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama,
su dama y su blanca flor”.
(*) María de los Angeles Pagola (angelespagola25@gmail.com), nació en Tandil y es profesora de Historia graduada en la UNICEN (Universidad Nacional del Centro); docente secundaria (retirada) y catedrática universitaria. Dirige cuatro talleres para adultos mayores del proyecto universitario de la Universidad Nacional del Centro; a fines del año 2018 en la Casa de la Cultura, en la presentación del libro “Sencillamente mujeres…” de Rosario Mendiguren; en la apertura del Congreso de Gerontología y en el Encuentro de Daneses; Ha brindado numerosas conferencias en el Centro Vasco de Tandil, recientemente, una conferencia con motivo del Día Internacional de la Mujer; Ha efectuado publicaciones en el Diario El Eco de Tandil y actualmente es colaboradora de Turismocero.