Por Marcella Bisetto (*) (Especial para Turismocero)
“Yo miraba por la ventana del Hotel los jardines florecidos. ¡Qué alegría estar en Italia en la Primavera! Pensaba, también que, de alguna forma, pertenecía a aquel lugar. Mis bisabuelos eran italianos. ¡Qué suerte estar allí!
El primer lugar elegido para mi viaje a Italia fue Roma, una ciudad que emana historia en cada calle, en cada predio, en cada rincón...Un día leí un texto que perfectamente retrata Roma:”
“Las Calles de Roma
Cualquier calle en la ciudad
Puede ser el temblor de lo profundo
Pues una calle es mucho más que un escenario,
más que una circunstancia,
más que el paso hacia otra calle:
son los pasos sobre los pasos encima de los pasos.
Fundaron la calle las sombras de los caminantes.”
Palabras de Montserrat Cano Guitarte en su libro “Arqueología”
“Mis pensamientos fueron interrumpidos por un mensaje en el celular: era mi madre, en Brasil, deseando saber si yo había llegado bien a la tierra de nuestros ancestros.
Sonreí para el teléfono, y muy satisfecha, le contesté que sí, estaba muy bien, y ansiosa por los paseos que haría en la mañana siguiente. Mi madre preguntó: “¿Has visto que tu primo Cleber está en Roma también?”. Accede a las redes sociales.
Rápidamente accedí a las redes sociales y vi que sí, mi querido primo Cleber y su esposa Sueli estaban cerca de mí. Solo que no tenía idea que estaban tan cerca... Ellos estaban alojados en el Hotel al otro lado de la calle. !Qué sorpresa increíble! Pude comprobar que todos los caminos conducen a Roma, los tuyos, los nuestros, … todos jajaja!.
Los viajes siempre nos traen grandes sorpresas, pero encontrar tu propia familia sin arreglar nada, en el otro lado del mundo, es mucha coincidencia. Afortunadamente adoro ese primo y su pareja, así que fue una feliz casualidad... jajajaja
Para festejar nuestro encuentro en Europa, combinamos una cena en un restaurante del centro de la ciudad.
En la primavera, la temperatura, por la noche, es un poco más baja, pero muy agradable. Las calles se quedan llenas de gente que caminan alegres todo el tiempo. Hay una atmósfera de eternas vacaciones en Roma, sea día, sea noche.
Cómo era nuestra primera vez en Roma, fuimos caminando por las calles, sin destino. Pasamos por la Piazza di Spagna (conocida hasta el siglo XVII como Piazza di Francia), una de las plazas más famosas de Roma, sede de la Embajada de España, dónde hay una escalera en que los romanos conmemoraban la llegada del año nuevo, con mucho vino espumante y ruido. Es un lugar increíble para admirar los contornos de la ciudad. Me quedé pensando en cuanta historia en cada uno de los 135 pequeños escalones que ya han presenciado....
Caminamos un poquito más, y de repente paramos, admirados: delante de nosotros, estaba la Pasticceria D’Angelo... Otra casualidad: nuestro apellido es “D’Angelo” (me llamo Marcella Bisetto D’Angelo). No podíamos dejar de sacar una foto, por supuesto!
Para quién no conoce, la Pasticceria D’Angelo, ubicada al lado de la Piazza di Spagna, es una confitería, heladería y restaurante. Tiene un aire de decoración de los años 1940. Clásico y muy interesante.
Luego nos sentamos a una mesa, y no perdí la oportunidad de hablar un poquito en italiano. Le pedí al camarero: “Per favore, una bottiglia di vino!” (Por favor, una botella de vino!).
Fue una noche memorable, teniendo por telón de fondo una de las ciudades más lindas y históricas del mundo.
Al día siguiente, visitamos el Vaticano. No hay palabras para describir tanto esplendor y hermosura reunida en un solo lugar, pero, sinceramente, estar allí, en Semana Santa, es para los fuertes. ¿Podéis imaginar la cantidad de gente dentro de la Capilla Sixtina? Millares de personas... jajajaja”
(*) Marcella Bisetto es abogada, escritora, periodista, mamabloguera, Instagramers "una_mama_de_brasil, y sobre todo una "Mamá a los 43".-