Por María de los Ángeles Pagola (*) (Especial para Turismocero)
“El Tandil de hoy cada vez tiene más productos, famosos deportistas y actividades que la hacen conocida en el país y el mundo. Aunque hubo una época que además de la Piedra Movediza, la producción metalúrgica, el Monte Calvario, la Universidad y René Lavand, la ciudad era conocida por los Helados Renzo. “
“Citta di Castello, Peruggia o Perusa (en español) es una localidad con una geografía de montes o sierras, espacios de agua y empedrados similares a Tandil. Es una localidad pequeña, pero no deja de ser preciosa, se mantiene su casco histórico con esmero, dedicación y conciencia ciudadana; el patrimonio histórico tangible y no tangible está muy presente en estas comunidades. A lo que se une el conocimiento de tener presente que el turismo es una de las actividades/distracciones que brinda grandes dividendos hoy en día. “
“La pregunta es que tienen en común Tandil y Cittá di Castelo que me ha llevado a escribir este artículo. En la localidad italiana nacieron personas famosas la bella actriz y modelo Mónica Bellucci y la familia Rossi. Esta familia no incursionó en el arte cinematográfico y del modelaje, sino en el de los sabores:¡Esta familia es la fundador de la Heladería Renzo!”
“ La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) dejó Italia, cuna de la civilización grecorromana, con dolores en el cuerpo y en el alma. El horizonte de la posguerra se veía lleno de nubarrones. En ese difícil y complicado contexto, Magio Rossi y Verónica Traversini, junto a sus hijos Renzo y Remo deciden migrar a la Argentina.”
“Recorren algunas ciudades, hasta que en 1951 se instalan en Tandil; la geografía común con el terruño materno los decidió. El instinto los llevó a creer que aquípodrían cumplirse los sueños de paz y tranquilidad que los había llevado a desprenderse de su tierra natal.“
“Con ellos, vinieron todos los conocimientos en elaboración de pastelería y fabricación de helados artesanales y comienzan a desarrollarlos en un local alquilado en calle General Rodríguez al ochocientos. La inauguración fue el 4 de abril de 1952, coincidiendo con el cumpleaños de la ciudad. Con grandes sacrificios, en 1969 compran su propio local en la misma calle que el anterior, pero vereda impar 831, dando inicio al proyecto comercial y vivienda familiar.”
“Antes de seguir con la Familia “Renzo”, como los llamamos aquí, voy hacer un paréntesis para hablar sobre el “helado”. Aunque el origen es incierto,hace 6.000 años ya se consumían productos enfriados o helados con nieve. El contacto a fines de la Edad Media entre Occidente y Oriente, hace que el mercader Marco Polo, en el siglo XIII, acerque a las pujantes ciudades italianas varias recetas de postres helados consumidos por cientos de años en China, India y Persia.”
“La bibliografía histórica expresa “En el año 1686, el siciliano Francesco Procopio dei Coltelli abrió en París un establecimiento, llamado Café Procope, alcanzando gran fama por sus helados y su café. El rey Luis XIV lo llevó a su presencia para felicitarlo por su producto. Se puede considerar a este establecimiento como la primera heladería”…del glamour de París a convertirse en el adictivo deseo de niños y grandes, fue un viaje sin retorno por el mundo de los sabores.“
“ La vieja zona Itálica, unificada en la actual Italia a fines del siglo XIX, no dejo de ser la cuna de maestros heladeros y pasteleros, y los “Renzo” son el producto acabado, de esa fusión milenaria, en nuestra serrana ciudad. “
“Décadas atrás no era lo típico que las heladerías abrieran todo el año, solo los meses templados a calurosos. Con la llegada de la primavera se abrían las puertas de la Heladería Renzo, y hacia allí partíamos con mis hermanos y primos, dispuestos a probar absolutamente todos los helados. Nos quedaba muy cerca, y llegábamos al local rezando que no hubiera las famosas “colas”.
“Ya cuando nos acercábamos a la esquina, observábamos que otros estaban tan hambrientos de las delicias heladas como nosotros: ¡la cola salía del local y doblaba la esquina! Con el tiempo, y por la incorporación de “masitas finas” se mantienen abierto todo el año.”
“El establecimiento era alargado, a la derecha, en primer orden la caja registradora, donde nos recibía Verónica con su cabello recogido en un rodete y su delantal blanco. A esto seguía la vitrina que separaba, maliciosamente de nosotros, los helados en sus diferentes sabores. Renzo y Verónica, se ocupaban de atención al público.”
En mi caso, pedía algo clásico: cucurucho de frutilla y chocolate. Luego clavaba la mirada en esa acción, mirada de mafiosa, el helado debía tener la altura del Aconcagua y en lo posible tantas frutillas como le había vendido el frutero a Magio. Luego, satisfecha y perdonándole la vida a Renzo, me sentaba en una de la sillas que se encontraban a la izquierda del comercio, al final la típica fuente para lavarse las manos. “
“Al fondo se observaban puertas dobles, abiertas siempre, donde se podía ver las máquinas de elaboración, el mundo de Magio y Remo. Una decoración de época, sencilla pero de una higiene espectacular.”
“Los años ’90, encuentran a Renzo y Remo ya solos, los abuelos han fallecido en la década de los ochenta. Se hacen grandes inversiones, pero la crisis de esos años hace mella en la empresa familiar. La familia no pierde las esperanzas, y es así como la tercera y cuarta generación reabren sus puertas en su querida calle General Rodríguez al setecientos. Hoy es una empresa de excelencia sin perder la tradicional calidad de sus productos, incorporando cafetería, se insertan con calidad, buen gusto y atención esmerada.“
“Los Helados Renzo de Rodríguez al 800 me acompañaron toda mi etapa de estudiante y docente. Volvía por la tarde, caminando, desde una de las escuelas que impartía clase, hacía mi obligada parada y pedía mis clásicos gustos. Cuando se mudaron una cuadra más, también se mudó mi placer de las tardes. Ahora venía de mi querida escuela de Villa Italia, la EES N°2, me sentabaen sus mesitas, la mirada en ver caer la tarde, mientras disfrutaba mi helado.“
“Ningún tandilense, que se precie de conocer a fondo su ciudad, puede no haber saboreado los Helados Renzo, recordar las eternas colas para llegar al gusto tan ansiado, el rodete eterno de Verónica, fina y alta, la calidez de Renzo y la lucha de Remo por hacer frente a las crisis que parecen eternas en nuestro país.”
“ Por todo lo expuesto, considero que se debería nombrar a “Helados Renzo” como patrimonio cultural inmaterial de nuestra ciudad. Nos ha identificado, nos ha dejado siempre bien parados desde la cultura de los sabores, es una marca registrada. Cuando un foráneo visitaba Tandil, no se iba sin tomarse su heladito; y si era uno el que se encontraba afuera, el comentario era “…ustedes tienen suerte, porque allí hay helados propios, los Renzo”…y a uno se le hinchaba el pecho de orgullo.”
“Si vienen por Tandil, además de hermosos paseos serranos, el recorrido religioso del Monte Calvario, caminatas por el lago, una oferta culinaria exquisita y típica, no se olviden que el postre debe ser un Helado de Renzo: son únicos e irrepetibles…como la vida misma.”
(*) María de los Angeles Pagola (angelespagola25@gmail.com), nació en Tandil y es profesora de Historia graduada en la UNICEN (Universidad Nacional del Centro); docente secundaria (retirada) y catedrática universitaria. Dirige cuatro talleres para adultos mayores del proyecto universitario de la Universidad Nacional del Centro; a fines del año 2018 en la Casa de la Cultura, en la presentación del libro “Sencillamente mujeres…” de Rosario Mendiguren; en la apertura del Congreso de Gerontología y en el Encuentro de Daneses; Ha brindado numerosas conferencias en el Centro Vasco de Tandil, recientemente, una conferencia con motivo del Día Internacional de la Mujer; Ha efectuado publicaciones en el Diario El Eco de Tandil y actualmente es colaboradora de Turismocero.