Es común escuchar que Barra da Tijuca es una ciudad dentro de otra. Ubicada en la Zona Oeste de Río de Janeiro, la región crece día a día, atrayendo visitantes de todo Brasil y del mundo para turismo de ocio, negocios y de lujo. El barrio tiene el tramo más largo del paseo marítimo de Río, 14,4 kilómetros de largo, y ofrece varias atracciones, como teatros, salas de conciertos, parques al aire libre y centros comerciales, además de albergar los mayores eventos nacionales e internacionales.
Reforzando su compromiso con el turismo local, Windsor Hoteles ofrece experiencias exclusivas en alojamientos de la región. Windsor invierte en el barrio desde 2005, cuando abrió su primera unidad local: el hotel cinco estrellas Windsor Barra, frente a la playa. Luego llegaron, en 2015, el Windsor Marapendi en la misma categoría y el Windsor Oceanico – cuatro estrellas. En 2021, para celebrar los 35 años de Windsor, se realizó el lanzamiento de Windsor Tower, que también marcó la finalización del proyecto del Centro de Convenciones y Hoteles Windsor.
Los huéspedes de las unidades Windsor Barra, Windsor Oceanico y Windsor Tower también tienen acceso al "Circuito Windsor", que se realiza en la Praia da Barra da Tijuca., en el Puesto
3. Celebrado hasta el 3 de agosto, el programa ofrece actividades gratuitas al aire libre. De lunes a sábado, de 7:00 a 10:00 horas, se ofrecen clases de yoga, funcional y estiramientos, además del préstamo de equipamientos deportivos para la práctica de bádminton, altinha, racquetball y frisbee.
El Windsor Barra cuenta con 338 habitaciones de lujo con vista al mar y brinda una experiencia única, en varios ambientes espaciosos, cómodos y con hermosas vistas. Para los niños ofrece un atractivo exclusivo: una cabaña sustentable en un departamento de categoría plan familiar ejecutivo superior, con capacidad para dos adultos y dos niños de hasta 10 años. La cabaña está confeccionada con tela procedente de edredones fuera de uso del ajuar de la unidad. El material pasa por un riguroso proceso de limpieza y cobra nueva vida gracias a las manos y la creatividad de las costureras del hotel.