Con este hito, la marca hace realidad el compromiso principal de su estrategia de sostenibilidad, en la que los envases y el reciclaje son uno de los pilares fundamentales. Cuando Popeyes comenzó a operar en nuestro país, en noviembre de 2019, fue la primera cadena del sector de la restauración en ofrecer pajitas de papel en todos los restaurantes, teniendo como objetivo generar el mínimo impacto posible. Desde entonces, la marca ha trabajado de manera continuada con sus proveedores –dado que aún no existían muchas opciones con materiales sostenibles a un precio competitivo— para que todos sus envases se fabricasen con materiales respetuosos con el medio ambiente. Tras un proceso arduo de colaboración y con el objetivo de hacer realidad este compromiso, actualmente, el 93% del packaging de Popeyes ya es sostenible y, en junio, superará las exigencias marcadas por la legislación al alcanzar el 100%.
Además de enfocarse en utilizar envases fabricados con materiales respetuosos con el medio ambiente, la marca también ha trabajado en la construcción de edificios sostenibles y por el uso de energías renovables. En este sentido, Popeyes implantará paneles fotovoltaicos para autoconsumo solar en el 90% de sus nuevos restaurantes en España de la mano de EDP, grupo energético internacional líder en energía renovable en España. Esta medida se enmarca en el acuerdo alcanzado entre la energética y RB Iberia, masterfranquiciado de la marca Popeye en España.
El plan de autoconsumo energético se implantará en todas las aperturas de restaurantes modelo free standing de la cadena (edificios de construcción independiente, tipo chalet que permiten este tipo de instalaciones), que producirán 628 Megavatios al año. Además, esta energía solar generada evitará la emisión de 193 toneladas de CO2 anuales, un impacto positivo en la calidad del aire similar al que tendrían 13.000 nuevos árboles.
Por último, cabe destacar que, desde el inicio de su andadura en España, Popeyes ha apostado por adaptar su producto a los gustos del consumidor español y por abastecerse con proveedores locales. Así, todo el pollo que se sirve en los restaurantes procede de granjas españolas, ubicadas en Tudela (Navarra).
“La sostenibilidad está en el ADN de la marca Popeyes. Cuando llegamos a España fue una de nuestras señas de identidad y nos abrimos camino en el sector QSR español para llevar a cabo la transición hacia un modelo de restauración más sostenible. Ha sido un proceso arduo, en el que hemos trabajado de la mano de proveedores locales en la búsqueda de soluciones innovadoras, que nos permitiesen reducir nuestra huella ambiental. Nuestro objetivo siempre es desarrollar nuestro negocio con el mínimo impacto posible sobre el entorno”, afirma Ignacio Sedano, General Manager de Popeyes en España.
Love This Planet
La compañía ha transformado su claim Love that chicken en Love This Planet, para englobar sus compromisos en materia de sostenibilidad. Con el objetivo de reducir cada vez más su huella medioambiental, la marca trabaja en tres áreas de actuación: la sostenibilidad de los edificios, los envases y el reciclaje y el abastecimiento responsable.
El 90% de las nuevas aperturas en 2021 serán restaurantes Free Standing, un formato concebido desde su diseño para reducir el impacto medioambiental. Este tipo de locales poseen elementos que favorecen la eficiencia energética –como sistemas de aerotermia y recuperación de calor, iluminación LED, control de iluminación exterior por sensores y fotocélulas, grifería temporizada o uso de materiales con sello verde en la construcción, entre otros— que se refuerza ahora con la instalación de paneles fotovoltaicos que permiten el autoconsumo.
Además, como parte de su apuesta por las energías renovables, el aceite usado en las freidoras de los restaurantes es reutilizado y valorizado para la producción de biodiesel. De esta forma, gracias a Popeyes, en 2020, se produjeron 46 toneladas de biodiesel y, como consecuencia, se evitó la emisión de 117 toneladas de CO2.
Otro pilar de esta estrategia de sostenibilidad es su política de reducción de los residuos generados en los restaurantes, con especial foco en él plástico. Además de haber sustituido el plástico de sus envases por materiales sostenible, las zonas de juegos infantiles de los restaurantes se construyen a partir de plásticos que se habían vertido al mar y que se han recuperado para darles una segunda vida.
Por otro lado, todos los restaurantes poseen estaciones de reciclaje para la separación de residuos (restos orgánicos, papel y plástico) y gracias a la colaboración de nuestros clientes, podemos contribuir a que se gestionen de manera correcta.