Para elegir un habano deberemos utilizar cuatro de los cinco sentidos, o los cinco, ya que tal como muchos dicen, se considera que el oído participa al momento de escuchar el sonido de un puro en varias maneras.
Autor: Leandro Peres Lerea
La capa debe agradar a la vista. Quizás usted prefiera un color claro, o quizás uno maduro u oscuro. De cualquier manera, el color debe ser uniforme en todo el puro y la hoja de capa debe tener cierto brillo. No se preocupe si aprecia alguna mancha blanca o verde. Estos son efectos naturales, puntos de belleza si así lo quiere, que aparecieron durante los procesos de crecimiento o de curación.
Ninguno de ellos afecta la calidad del puro. Palpe el puro suavemente, presionándolo ligeramente entre sus dedos gordo e índice para verificar su estado. Lo debe notar firme pero no duro al tocarlo. Disfrute de los aromas que emanan de una hoja bien curada, que siempre constituye un anticipo de los sabores que posteriormente disfrutará. El sabor solo puede evaluarse al fumar; todo un reto si consideramos que existen una amplia variedad de tipos y marcas distintas de puros, cada una con su propio estilo.
A los que se inician, les aconsejamos experimentar con alguna vitola de referencia, que existe en varias marcas, tales como la Mareva. Para los fumadores más experimentados, la mejor guía es la cantidad de tiempo con que cuenten. Sería una verdadera pena abandonar un Habano, antes de que haya tenido tiempo de mostrar sus verdaderas características. Así que seleccione una vitola para la que usted tenga tiempo suficiente de disfrutar desde el principio hasta el final.
En principio es muy importante definir los gustos de su paladar. Se aconseja iniciar con un tabaco liviano, seguir con uno mediano, otro de más cuerpo y finalmente, y si es para después de cenar, un cigarro de más cuerpo y con la presencia de alguna bebida gourmet. Se deben elegir aquellas vitolas (tamaño) que satisfagan su deseo. No es lo mismo elegir una Cuarta Corona (118 x 15 mms.) que dará una fumada de 1 hora que una Gran Corona (145 x 15,9 mms.) cuya duración puede estirarse hasta 2 horas.
Se debe cortar el cigarro por la parte de la cabeza. Debe hacerse en un diámetro no menor al 50% del lugar donde se encenderá. Ello permitirá que la “chimenea” tire. En caso de abrirse poco, los contenidos del tabaco se aglutinarán en la parte cerrada de la cabeza y con cada pitada percibirá gustos que nada tendrá que ver con la confección del habano. Ahora, el encendido: Por regla general se utilizan fósforos de madera. No más de dos si son especiales para encender puros (7 cms.) ó tres si son los comunes. Nunca use los confeccionados de cera ni un encendedor de gas. Al fumarlo… No se deben realizar pitadas largas. Deben ser cortas y el humo debe exhalarse luego de saborear el gusto. Tampoco deben de ser demasiado seguidas, ni desesperadas. Un cigarro puede apagarse solo. Depende la humedad ambiente que haya y su estado de conservación. Consumida la mitad del puro, viene el verdadero placer. Los aromas están aglutinados y el tabaco alcanzó su máxima expresión al fumarlo. Te aseguramos que con estos consejos podrás disfrutar de un habano y todos los sabores y sensaciones que conlleva.