Por María de los Ángeles Pagola (*) (Especial para Turismocero)
“No son niñas; son mujeres…mujeres fuertes...y que sin duda nunca tolerarán una tontería”. Como la vida misma.
“El Centro Vasco Gure Etxea de Tandil cumple 70 años el 24 de noviembre, por ello ha iniciado una serie de eventos y charlas. Me invitó a que diera una sobre el Día de la Mujer, el 8 de Marzo, haciendo hincapié en la mujer Vasca, un orgullo.”
“Me pareció que lo más interesante era solo ser el vehículo, a través de mi exposición, e invitar a familias de la comunidad a contar algo de sus mujeres vascas. Hoy, la mayoría son hijos, nietos y bisnietos; van quedando poquitos de aquellos que fundaron este espacio para no olvidar el doloroso desarraigo.”
“Las primeras palabras fueron para recordar por qué ese día se conmemora o festeja el día de la mujer. Luego hice referencia que en la Península, esta fecha es relevante, ya que un 8 de marzo de 1910 se sancionó por ley la educación superior en igualdad de condiciones para ambos géneros, favoreciendo a las mujeres vascas y convirtiéndolas en las mujeres más independientes de Europa.”
“¿Qué podemos decir de las mujeres vascas a través del tiempo?La región Vasco-Aquitania, está ocupada por el hombre desde hace 43.000 años. Aparentemente, una sociedad matriarcal, donde la madre naturaleza, encarnada en la figura de la Diosa Mari, entidad máxima y sobrenatural que habitaba en lo alto de las montañas, tenía poder sobre la fertilidad y la vida de los seres humanos. Eran las encargadas de organizar el trabajo en los caseríos y las que conservaban vivo el culto a los dioses. Esto demuestra el papel de lo femenino en la vida del mundo Euskera.”
“Llegan los romanos, unas piñas como primer contacto; pero los vascos observaron el bagaje cultural de estos señores y los latinos se quedan seis siglos. ¿Qué traían los romanos? Calzadas, puentes, modernización agrícola, manejo de metales, el patriarcado romano desplaza al matriarcado vasco,”
“¿Y la mujer? ¿Qué sucedió con ella a la caída del matriarcado? En términos generales, a la mujer se la casaba muy joven (12 años), tenía una media de 10 hijos, con una expectativa de vida de 30 años. En los sectores altos se arreglaban los esponsales; el resto de la población vivían una sexualidad y elección matrimonial con más libertad. En la Edad Media, las hechiceras eran las que curaban, mediante hierbas y plantas, asistían partos y seguían siendo encargadas del culto a la madre tierra, eran las “mujeres sabias”. Y las mujeres vascas eran parte de ese colectivo de mujeres sabias. Pero, siempre hay un pero, la mujer hechicera, curandera, podían lograr abortos, y a los señores feudales y la Iglesia no les convenía, porque los dejaba sin mano de obra. Así que entró la Inquisición a perseguirlas, exterminarlas en lo posible. Por ejemplo el caso de las brujas de Zagarramurdi.”
“Se documenta que para el siglo XVI, las mujeres solteras y vírgenes mantenían su cabeza rapada dejando caer a cada lado del rostro, sobre las sienes y la frente, mechones de pelo rizado o liso, siendo las mujeres casadas las que iban tocadas cubriéndose la cabeza. Asimismo, a las mujeres que habían sufrido un desliz se les imponía el uso sobre la cabeza de un pañuelo de rayas de colores verdes y negras: negras en reconocimiento de su pecado y verdes simbolizando la esperanza.”
“Llegando a 1800, el trabajo de la mujer vasca era abundante, pesado y de sol a sol. En el campo, en la huerta y con el ganado, en tareas domésticas y en hacer el pan y la comida, cuidar de los ancianos y los niños, en hilado y costura; y en ocasiones en la venta de los productos del caserío en las villas. También había tabernera, pescadora, tendera, bodeguera, etc. No tomaba sus propias decisiones en acontecimientos como el del matrimonio, ventas, herencias, pese a constituir un pilar decisivo en la economía del caserío. La mujer soltera ayudaba en el hogar, tejía su ajuar, y cuando se casaba, necesitaba licencia del marido para toda decisión, y únicamente cuando quedaba viuda, y sobre todo si la generación siguiente se quedaba en su casa, es cuando ella tomaba más peso en las decisiones familiares. En el momento en que la nuera era admitida en la casa de forma oficial, la madre le entregaba ceremoniosamente el cucharón de madera con el que se repartía la comida, gesto simbólico que marcaba la cesión definitiva del poder...aunque no dejaba de ser la de la última palabra.”
“El artículo “Breve diccionario de mujeres vascas en el exilio”, de la historiadora Mari Karmen Gil Fombellida, enumera a un centenar de euskaltzales de la Diáspora. Entre ellas pueden encontrarse las apasionantes biografías de Aurora Arnaiz, abogada y catedrática de Derecho en México; Ernestina de Champourcin, poeta y novelista; MaritxuAnatol, contrabandista, espía y miembro de la red Comete durante la Segunda Guerra Mundial; Teresa de Escoriaza, escritora, periodista y corresponsal de guerra en Marruecos; o Sorne Unzueta, escritora, poeta, pintora, entre otras muchas.”
“Desarrollé, entre otros, el caso de Maritxu Anatol, contrabandista y espía durante la Segunda Guerra Mundial. Se crió en un negocio familiar aduanero en Irún, lo que le valiócontactos con contrabandistas. A pesar de las convenciones sociales de la época, trabajaba en el negocio familiar. Comienza la Guerra Civil, lo que implica que la familia completa se marche al lado vasco en Francia. Con la Segunda Guerra Mundial, los alemanes confiscan una parte de su casa, alojando soldados en ella. Corría 1940 cuando se alista en la Resistencia, obteniendo grandes datos de inteligencia, y por otra parte, gracias a sus contactos con los contrabandistas, también se dedica a pasar fugitivos de un lado al otro de los Pirineos.”
“Tenía la personalidad perfecta para este tipo de aventuras, el convencimiento y las habilidades. Siempre se declaraba aventurera y decidida, como sus compañeros. En 1978 reconoció haber ayudado a pasar la frontera a 39 judíos y 113 aviadores, luego los enviaba vía Portugal a Londres.”
“A causa de su actividad riesgosa, el 13 de julio de 1943, Maritxu y su grupo fueron apresados y deportados a Alemania, salvando milagrosamente la vida. Al volver, cayó nuevamente en manos de la Gestapo en Biarritz, nuevamente no pudieron sacarle ninguna información. En 1945 Maritxu regresó a Irún, y se casó con Eugenio Angoso, con quien digirió su agencia de aduanas. Finalmente fue condecorada con la Cruz de Guerra y la Legión de Honor, entre otras, y se carteaba con Marshal y Eisenhower. Murió en Irún el 27 de agosto de 1981.”
“La profesora María Gonzáles Gorosarri, refiriéndose a la época de la Guerra Civil, pone el foco en el reconocimiento de los derechos de las mujeres en la República (derecho a la educación primaria obligatoria, derecho a cobrar su propio salario, derecho al voto, etc.) que obligó a la sociedad a organizarse alrededor de esa nueva situación. “Por ello, incluso los partidos de derecha se vieron obligados a tener oradoras que apelaran al voto femenino. Como consecuencia, el trabajo social y político de las mujeres se visibilizó”, subraya.”
“A su juicio, la Guerra Civil acarrea la eliminación de los límites establecidos y es entonces cuando las mujeres alcanzan mayores cuotas de liberación social, especialmente, cuando ocupan los trabajos de las fábricas que quienes han ido al frente han dejado libres. Y pone un ejemplo: “En el caso de la guerra de 1936, muchas mujeres participaron en la resistencia antifascista”, y cita, por un lado, a las milicianas que lucharon en el frente que eran principalmente anarquistas: “Anita Sainz y KasildaHernáez defendieron Irun y Donostia, y otras murieron en combate (María Garmendia Berasategi, Mertxe López Cotarelo y Pilar Vallés), antes de que el Gobierno vasco expulsara a las mujeres del frente”...participando en la retaguardia táctica y en la clandestinidad organizando redes de espionaje.”
“La doctora en Historia Contemporánea AsunBadiola sitúa a la mujer de aquella época histórica: “Las mujeres vascas fueron tan protagonistas como los hombres, pero de una forma diferente. La mayoría no estuvo en el frente, pero sufrieron persecución, castigo, encarcelamiento en lugares expresos para ellas, incautación de bienes, exilio, rapados de pelo, paseíllos por la calle tras tomar aceite de ricino,...”
“No hay que olvidar que durante el Franquismo se prohibió el euskera, y fue en las cocinas donde se siguió hablando, espacio de la mujer en una sociedad machista, ya no patriarcal. Esa mujer siguió manejando el caserío, la aldea y las villas. Llevaban los productos a las ferias los lunes, atendían tabernas, hoteles, eran pesqueras, sastres, etc., reemplazando a los hombres muertos en la contienda o exiliados. “
“Lo anterior fue un resumen de lo expuesto, y antes de los deliciosos pinchos y una buena copa de vino tinto, las historias de abuelas, madres o tías vascas, para ello me acompañaron María Lidia Harguindeguy, Cecilia Lejarreta, Ignacia Peña, María Delia Vaccareza Gardey, Maite Ródenas Mutuberría y Santiago Benavídez. La imagen de Juana Ester Haristeguy, abuela de Santiago, es la que acompaña este texto. Se vivieron momentos muy emotivos, muy sentidos, de recuerdos muy fuertes, y quizás el instante más sublime fue cuando nos cantó una “vasca sabia”: Doña Micela Mutuberría…realmente sobran las palabras para poder transmitir lo que los sentidos vibraron al escuchar su bella vos y recordar en las líneas de la canción a su madre vasca.”
(*) María de los Angeles Pagola (angelespagola25@gmail.com), nació en Tandil y es profesora de Historia graduada en la UNICEN (Universidad Nacional del Centro); docente secundaria (retirada) y catedrática universitaria. Dirige cuatro talleres para adultos mayores del proyecto universitario de la Universidad Nacional del Centro; a fines del año 2018 en la Casa de la Cultura, en la presentación del libro “Sencillamente mujeres…” de Rosario Mendiguren; en la apertura del Congreso de Gerontología y en el Encuentro de Daneses; Ha brindado numerosas conferencias en el Centro Vasco de Tandil, recientemente, una conferencia con motivo del Día Internacional de la Mujer; Ha efectuado publicaciones en el Diario El Eco de Tandil y actualmente es colaboradora de Turismocero.