En Argentina, el Rosh Hashaná se celebra en todo el país, y es que la historia de los inmigrantes judíos en tierras argentinas se remonta más de cinco siglos atrás, pero fue en los últimos 200 años cuando la población se convirtió en la sexta más importante a nivel mundial fuera de Israel y la más grande de toda América Latina.
Se trata de una cultura que acarrea miles de seguidores en todo el país y que generó la apertura de supermercados, restaurantes y hoteles, bajo el sello “kosher”.
Con la aparición de la primera estrella de la tarde de este miércoles 4 de septiembre, comenzó la celebración del “Año Nuevo Judío”, el año 5774 según el calendario hebreo. La conmemoración dura los dos primeros días del mes “tishrei”, el 5 y 6 de Septiembre, cuando Dios creó el mundo y el primer hombre: Adán.
A mediados del siglo XIX, los inmigrantes judíos eran poco más de 100 y se constituyeron como comunidad. La cercanía del Pésaj (Pascuas Judías), en 1862, reunió a un pequeño grupo de judíos para orar y así se creó la Congregación Israelita de Buenos Aires, que luego abarcaría a toda la Argentina.
Pocos años más tarde, el gobierno argentino autorizó también el ejercicio del Ministerio del Rabinato Judío y las familias que arribaron fueron cada vez más. Se instalaron en campos de las provincias argentinas y fundaron las primeras colonias agrícolas, muchas de las cuales aún se mantienen en pie.
Para descubrir los primeros pasos de la comunidad judía en la Argentina y el gran desarrollo alcanzado en destinos como Buenos Aires o el interior de la provincia de Entre Ríos, una ruta temática transita por colonias agrícolas, museos que relatan las persecuciones sufridas desde la Inquisición hasta el Holocausto, y sinagogas o clubes que conservan hábitos y tradiciones.
Recorrido en Buenos Aires
En Buenos Aires, uno de los barrios del judaísmo más ortodoxo es Once, aunque en diversos puntos de la ciudad hay templos, escuelas, centros culturales, restaurantes y un Club de Prestadores Turísticos, que ofrece servicios para observantes del kashurt que visitan el destino.
El itinerario puede comenzar con una visita a la Sinagoga de la Congregación Israelita Argentina, ubicada en Libertad 785, frente a Plaza Lavalle, y conocida también como Templo Libertad.
El recorrido sigue por el Gran Templo Paso, en la calle Paso 423, que es la sinagoga más antigua de la Argentina y una de las más bellas de Sudamérica, destacada por su gran actividad cultural. Allí se ubicó el primer Talmud Torá (casa de estudios religiosos), en 1894.
Otro de los paseos imperdibles el Museo Judío Salvador Kibrick (Libertad 769), que alberga un área testimonial, una galería de arte y una biblioteca. Abre martes y jueves de 15.30 a 18 horas.
En tanto, el Museo Ana Frank (Superí 2.647), en el barrio de Belgrano, es una réplica de la casa original de la joven que se convirtió en símbolo de la Shoá, primero en Latinoamérica y quinto en el mundo. Abre de martes a sábados de 14 a 19 horas.
También en Belgrano, el circuito continúa por el Monumento a Raoul Wallemberg (Austria y Avenida Figueroa Alcorta), un homenaje a los grupos de armenios que rescataron judíos perseguidos. En el mismo lugar se encuentra el Seminario Rabínico Latinoamericano, de características únicas en la región para la formación de rabinos conservadores, Jazans y Mohels.
En el microcentro porteño está el Museo del Holocausto (Montevideo 919), que exhibe los testimonios de cientos de sobrevivientes, a través de textos, objetos y documentos.
Uno de los principales centros de la comunidad judía en Buenos Aires es la Asociación Mutual Israelita Argentina (Pasteur 633), conocida hoy como la “institución madre”. La sede fue víctima en 1994 de un ataque terrorista sin precedentes, en el que perdieron la vida 85 personas.
En la Plaza Embajada de Israel (Arroyo y Suipacha) también se recuerda a más de 30 víctimas fatales que dejó otro atentado ocurrido en la sede diplomática durante 1992. Las oficinas administrativas funcionan desde entonces en Avenida de Mayo 701.
En el mundo se considera a Buenos Aires como la Capital Latinoamericana Kosher, por albergar no sólo supermercados, carnicerías y bares kosher, sino también el primer sitio de comidas rápidas con esta certificación especial fuera de Israel, en el barrio de Abasto.
El balneario de la comunidad
Otro de los destinos argentinos que integran la ruta judía es la ciudad balnearia de Miramar, en la costa de la provincia de Buenos Aires, donde cada temporada estival -desde hace unas cuatro décadas- toman sus vacaciones cientos de familias judías.
Ubicada a unos 430 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, Miramar es también conocida dentro de la comunidad judía como “Miramoishe”. De hecho, en las redes sociales, los jóvenes crearon varios grupos a través de los cuales se pide formalizar esta denominación popular.
Todos los veranos actividades culturales judías, como clases y muestras de rikudim (danza del pueblo de Israel). Además, todos los años se celebra un homenaje a las víctimas del atentado de la AMIA, junto a un monumento alegórico.
Colonias agrícolas
Muchos de los inmigrantes judíos adquirieron tierras en las provincias argentinas a través de la Jewish Colonization Association (JCA), en las que establecieron pequeñas colonias agrícolas, muchas de las cuales conservan su impronta rural, escuelas hebreas, templos, casonas y cementerios.
Una de las más importantes se fundó en Moisés Ville, al noroeste de la provincia de Santa Fe, conocida también como “La Jerusalén Argentina”.
Por su parte, en la provincia de Entre Ríos, la localidad de Basavilbaso es una referente ineludible de la Colonia Lucienville, donde se encuentra la sinagoga Navibuco I de 1895, y la aldea que lleva ese mismo nombre, que conserva la escuela, el cementerio y un “mikve” (baño comunitario).
Otras colonias entrerrianas fueron Clara, San Antonio, López y Berro, Walter Moss, Curbelo, Santa Isabel, Palmar Yatay, Luis Oungre, Leonardo Cohen y Avigdor.
El circuito histórico incluye una visita al Museo Judío de Entre Ríos, en la ciudad de Concordia, el cual alberga en cuatro salas gran parte de la historia de los denominados “gauchos judíos”.
Apartado tucumano
Algunas de las familias judías se trasladaron de Entre Ríos a la provincia de Tucumán -Norte argentino- en busca de otros rumbos. De inmediato, organizaron asociaciones, centros culturales, sinagogas y bibliotecas. Así nació la Sociedad Unión Israelita Tucumana, dedicada a la actividad educativa y religiosa, una de las más importantes del territorio.
Algunos atractivos en la ciudad Capital de San Miguel de Tucumán son: la Escuela Integral Argentino Hebreo Independencia; la Unidad Sionista Tucumán; el Cementerio Israelita; la Jabad Lubavitch; la Asociación Israelita Sefradí; y, desde 2010, en honor a la gran artista tucumana el Bosque “Mercedes Sosa Cementerio de la Kehilá Keren Kayemet LeIsrael”.