San José de las Salinas se sitúa frente a un desierto de sal. Sobre este mar traslúcido, los amaneceres, atardeceres y cielos nocturnos provocan un efecto único, de carácter sobrenatural. Cómo llegar a este paraje oculto de Córdoba.
En los viajes se suele buscar naturaleza, disfrute y también descanso. En Argentina abundan alternativas para todos estos planes, con Córdoba entre los destinos destacados para combinarlos. Sus serranías son ideales para conectar con el entorno.
La provincia tiene valles, cerros, lagos, ríos y arroyos. Recorrerlos lleva a adentrarse en terrenos verduzcos donde se respira aire puro. Equivale a descubrir cursos y espejos de agua alrededor de bosques autóctonos y en compañía de los prodigios de la vida natural.
Curiosamente, también en Córdoba se presenta la oportunidad de darle un giro al concepto clásico de escapada en plan de relax. Se accede a esta propuesta en San José de las Salinas, un paraje alejado del circuito turístico, que se encuentra 180 kilómetros al noroeste de la capital.
Este hack lleva la noción de calma al siguiente nivel. Permite desconectar de las cosas habidas y por haber para conectar con la naturaleza, aunque en escala elemental. Ocurre porque en el desierto Salinas Grandes la vacuidad crea un nexo introspectivo entre el viajero y el cosmos.
Dónde hacer Astroturismo
El mar traslúcido se extiende por 200 mil hectáreas de carácter etéreo que recuerdan a un sinnúmero de composiciones cinematográficas. Explorar este escenario evoca la sensación de transitar hacia otro plano sin ningún punto cardinal, entre otros tropos fantásticos.
La experiencia irreal se afianza durante la primera hora del amanecer y la última antes del atardecer, cuando el sol toma protagonismo para conjugar su hora dorada. En Salinas Grandes, esos son los momentos ideales para tomar fotos de llamativa singularidad.
La tercera oportunidad transcurre en noches estrelladas, cuando el cielo y sus luces se funden con la superficie del paraje cordobés. Así se presenta una ventana que asoma a los confines del universo. Tal visión constituye el diferencial de esta propuesta de astroturismo.
Vida silvestre
En los suelos claros y áridos de Salinas Grandes la vida se abre camino de una manera distinta a la que suele hacerlo en los paisajes verdosos. Por caso, en el corazón del desierto emerge el Monte de las Barrancas, un bosque que actualmente es refugio de vida silvestre.
Dentro de este gran oasis habitan ñandúes, flamencos, guanacos, quirquinchos, liebres, conejos, pumas, gatos monteses, tortugas y lampalaguas, que son una subespecie de las boas constrictoras. Se accede con autorización y en compañía de un guarda parque.
Los avistajes ocurren en torno a paisajes de bosque seco, entre chañares, breas, mistoles, algarrobos, cardones y quebrachos blancos. A la par, se observan en el cielo águilas coronadas, halcones aplomados, aguiluchos y monjitas de las salinas.
Otras vistas
De Salinas Grandes se extraen minerales como el cloruro de sodio, que es materia prima de industrias. San José de las Salinas se formó durante el auge de esta actividad.
Hoy en día en el mar blanco se hallan los restos de las casas de las personas que hacían este trabajo de forma manual. En el área conocida como "El Retumbadero" también es posible encontrar las estructuras de hierro por donde se deslizaban las bateas de sal.
Cómo llegar a Salinas Grandes
En la entrada al pueblo se divisa "Las Salinas Gran Hotel". Hospedarse en el complejo permite abordar las experiencias que surgen en el desierto con la salida o la puesta del sol, así como durante las noches estrelladas y de luna llena.
Para llegar a San José de las Salinas desde la ciudad de Córdoba, se accede en dirección norte por Ruta Nacional N° 9. Luego de recorrer 18 km a través de Jesús María, se ingresa al ramal de la RN60 rumbo a Catamarca. Aparece tras la comuna de Quilino.