Los paisajes americanos muchas veces nos sorprenden por ser desconocidos para el gran público y por la notable belleza que encierran. Perú, en su zona selvática nos ofrece destinos sorprendentes, uno de ellos es la mal llamada "Cueva de las Lechuzas".
Se encuentra en el Parque Nacional Tingo María, que es una reserva ecológica ubicada en el Departamento de Huánuco, es el valle del Huallaga que protege una bella zona de montañas en la cadena conocida como la Bella Durmiente, visibles desde la ciudad de Tingo María, que cuenta con una frondosa vegetación selvática y un complejo sistema de cavernas subterráneas.
El error de denominar la cueva haciendo referencia a las lechuzas fue por confundir esas aves con los guácharos. Al respecto, en Wikipedia se afirma "El nombre de "lechuza" se debe a una tradicional malinterpretación de las aves más características de su interior, que en realidad son guácharos (Steatornis caripenis) y no lechuzas."
Esta cueva, a la que se accede por una imponente entrada de unos 20x25 m situada a 673 m de altitud, es probablemente el mayor atractivo turístico del Parque nacional Tingo María y tiene también un gran valor de conservación.
Se trata de una caverna kárstica de grandes dimensiones con bellas formaciones rocosas, cuyas galerías aún no han sido totalmente exploradas. Alberga una importante población de guácharos, además de varias especies de murciélagos, que conviven con loros o pihuichos (Aratinga leucophthalmus) y cotorras (Pionus menstruus), golondrinas y otras aves.
Como los guácharos utilizan sus potentes voces para orientarse en la oscuridad a modo de sonar, dentro de la cueva hay un griterío casi ensordecedor. La cueva está acondicionada para las vistas turísticas en un recorrido acotado que no genera problemas a las especies silvestres. En el entorno inmediato de la cueva hay baños fluviales y otras áreas adaptadas para la recepción de visitantes.
Además de los vertebrados mencionados, habitan en este sistema espeleológico una comunidad de artrópodos raros y endémicos que viven directa o indirectamente de las semillas llevadas por los guácharos y de sus deshechos. Arácnidos, coleópteros, quilópodos, diplópodos, crustáceos, hongos y bacterias prosperan sobre los nutrientes aportados principalmente por los guácharos.