El turismo premium vive una época dorada siendo una gran oportunidad de negocio para los países de gran reclamo turístico, como es el caso de España. La adaptación a este tipo de visitante, de menor volumen, pero mayor impacto económico, supone uno de los pilares sobre los que edificar la estrategia del sector más influyente en la economía española.
“En el turismo premium se está viajando como nunca. Las tarifas aéreas se han incrementado considerablemente, pero lo que pensábamos que podía ser un impedimento a la hora de hacer los presupuestos, ha dado igual. Llevo dos-tres años encerrado en casa y quiero viajar. Acepto la cotización que sea”. Éste es el pensamiento del turista premium. Un turista sin hándicap a nivel económico, que tiene clara su intención.
Respecto a las tendencias actuales, los “viajes bleisure” (viajes de trabajo complementados con una estancia de ocio) siguen siendo populares, apunta Joan Roca, destacando también el incremento de viajes de salud y bienestar y, sobre todo, los viajes responsables. Dentro de los mismos, estarían los viajes conscientes, aquellos que apoyan a la comunidad local, y, como nueva tendencia, Elena Taboada destaca la próxima aparición del turismo filantrópico: “creo que esto es una tendencia que va a crecer. Hay gente que, aparte de disfrutar de su tiempo y de su dinero en hoteles de lujo, quiere aportar algo a ese país”.
Estos viajeros priman las prácticas éticas en sus viajes, buscando “alojamientos respetuosos con el medio ambiente” y con un “énfasis creciente en la conciencia ecológica, las experiencias responsables con la vida silvestre y los esfuerzos de conservación”.