Perú, tierra de cultura milenaria, es un país que recibe cada año a millones de turistas (2 '009.275 en 2022, según datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo). Estos viajeros buscan sumergirse en la riqueza de la cultura peruana, disfrutar de su gastronomía y desentrañar los misterios de su historia a través de monumentos, destinos y ciudades que tienen un amplio valor turístico a nivel mundial.
En un país donde la herencia de la cultura Inca sigue resonando y cuyos lugares sagrados aún palpitan con la energía ancestral. Perú se erige como un vasto escenario que va mucho más allá de MachuPicchu. Te invitamos a descubrir cinco de las trece joyas peruanas que han sido declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La ciudad de Cusco: donde el pasado cautiva al presente
Elevada a la categoría de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1983, la ciudad de Cusco es mucho más que un enclave incaico. Es un testamento vivo de la fusión entre la grandeza de esta cultura precolombina y la influencia colonial española.
Las calles empedradas y las monumentales estructuras de piedra transportan a los visitantes a un viaje en el tiempo. Desde la majestuosidad de MachuPicchu hasta la fortaleza de Sacsayhuamán y el vibrante mercado de San Pedro, Cusco ofrece una amalgama única de historia, cultura y belleza natural en medio de los Andes peruanos.
Parque Nacional de Huascarán: naturaleza en todo su esplendor
En la majestuosa Cordillera Blanca, el Parque Nacional de Huascarán, incluido en la lista de la UNESCO en 1985, presenta un espectáculo natural deslumbrante. La montaña Huascarán, con sus imponentes 6.768 metros de altura, domina un paisaje de valles profundos, lagos glaciares y una diversidad vegetal que deja sin aliento.
Este paraíso alberga una fauna emblemática y es el hogar de especies como el oso de anteojos y el cóndor andino. Entre las actividades que ofrece este destino se encuentra el trekking, la escalada o las expediciones en bote o kayak recorriendo sus lagos.
Ciudad Sagrada de Caral-Supe: una puerta al pasado
Este enclave arqueológico, incluido en la lista de la UNESCO en 2009, es un tesoro que nos transporta a un legado de 5.000 años de antigüedad. En medio de una meseta desértica que domina el valle del río Supe, emerge como el epicentro de la civilización más antigua de las Américas.
Sus monumentales estructuras piramidales y residencias ancestrales revelan una complejidad cultural que impacta. El hallazgo de un quipu (ramal de cuerda con varios nudos y colores, anudado a otros ramales similares y utilizado para registrar y transmitir relatos, noticias y cuentas) atestigua el grado de desarrollo y complejidad alcanzado por la civilización de Caral.
Líneas de Nasca: misterios grabados en la tierra
Las enigmáticas Líneas de Nasca, declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1994, se extienden en el árido desierto de Nasca. Este misterioso geoglifo, que abarca aproximadamente 450 kilómetros cuadrados, muestra intrincados diseños de animales, figuras geométricas y líneas rectas que solo pueden ser apreciados en toda su magnitud desde el aire. Su origen y propósito siguen siendo objeto de especulación y teorías, lo que añade un toque de enigma a este destino único que fascina a los arqueólogos y turistas por igual.
Parque Nacional del Manu: biodiversidad en estado puro
Ingresando a la selva amazónica peruana, el Parque Nacional del Manu, inscrito en la lista de la UNESCO en 1987, es un refugio de biodiversidad inigualable. Con una extensión que abarca desde las cumbres de los Andes hasta la cuenca amazónica, este parque alberga una variedad extraordinaria de flora y fauna: es hogar de especies amenazadas como el jaguar, el mono araña y una amplia gama de aves exóticas.
El Manu ofrece experiencias únicas como excursiones de observación de aves, encuentros con comunidades indígenas locales y la oportunidad de explorar la selva en su forma más primitiva, lo cual lo convierte en un destino esencial para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Estos cinco tesoros protegidos por la UNESCO son un legado que trasciende el tiempo, resonando en el presente y proyectando su influencia hacia el futuro. Es una llamada a explorar, aprender y maravillarse con la riqueza cultural, natural e histórica de este magnífico país.