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DESTINOS

CARNAVAL BIEN JUJEÑO

Cada año, para el mes de febrero llega uno de los eventos más importantes de la idiosincrasia jujeña. En cada rincón de la provincia todos se preparan para vivir el Carnaval, el desentierro del diablo, para así dar rienda suelta a la fiesta por algunos días.

Nuestra provincia no sólo atrae al turista por sus bellezas naturales. Un nutrido calendario turístico ofrece variadas celebraciones y muchas de ellas se han transformado en verdadera seducción para los visitantes. Algunas datan de épocas más o menos recientes; otras- empapadas en tradiciones y ritos- remontan sus orígenes varios siglos atrás.

Durante febrero, la provincia de Jujuy invita a turistas y residentes a celebrar su fiesta máxima “el carnaval”. Las características que asume esta manifestación en la provincia son una muestra evidente del carácter popular de la fiesta. En esos días la Quebrada de Humahuaca y los pueblos pequeños estallan de color y bullicio.

En la Provincia de Jujuy todos los años 15 días antes del sábado de carnaval se realiza el jueves de compadre, días dedicado a los hombres, se reúne y empiezan con las primeras coplas del carnaval, desde el mediodía dan riendas sueltas a su alegría, el jueves anterior al sábado de carnaval se realiza el jueves de comadre.

Ese día, los hombres de cada pueblo se reunirán en casas de familias, sedes de comparsas tradicionalistas u otros locales, sin la presencia de mujeres, beberán y comerán en abundancia, cantarán y contarán historias y bromas.

Es común verlos al amanecer del viernes siguiente, cubiertos de harina, papel picado y serpentinas, algunos embriagados de chicha, con ramos de albahaca en sus manos, el símbolo del carnaval

La ceremonia requiere mucho preparativo, ya que se deben cocinar platos como picantes de pollo y de lengua, asado de cordero y de cabrito, empanadas, tamales, humitas, mote de habas y de maíz, papas hervidas con queso de cabra y postres como quesillo con miel de caña, cayote con nuez y otras confituras.

En tanto que la semana siguiente es el turno de las Comadres que, es sin dudas el puntapié inicial del esplendoroso Carnaval norteño. El motor principal de esta manifestación ancestral es el deseo de unión y vínculo de afecto, entre comadres y también compadres.

Para este tradicional encuentro son indispensables 3 elementos: harina albahaca y chicha, además de la alegría y la predisposición a vivir un momento inolvidable

En el sitio elegido para el encuentro (topamiento), se levantan dos arcos, hechos de gajos de olivo, sauce o mimbre, a los que adornan con flores de papel abullonado y prendido con cintas. En medio de los mismos, se coloca una mesa cubierta con mantel, y a falta de éste, una sábana adornada con ramitos de flores silvestres y moños de cintas, procurando dejar espacio libre en el centro.

Desde una distancia aproximada de 20 metros, dos grupos presididos por cada una de las comadres, marchan a encontrarse bajo los arcos.

Una es la comadre, la otra aspira al título por lo que dicen: "la comadre convenida"; ambas van escoltadas por orquestas lugareñas y los acompañantes gritan, tiran cohetes y cantan la vidala de las comadres:

La comadre exhibe una corona de bizcochuelo, fabricada con harina, huevo, azúcar, recubierta de "vidriado" y adornada con palomitas de la misma masa. A su vez la comadre convenida conduce una guagua de quesillo o masa (masaguagua) simulando una criatura. Hombres y mujeres van arrojándose harina hasta blanquearse completamente.

En el primer topamiento las comadres se abrazan y luego toman asiento en costados opuestos de la mesa. Los concurrentes les arrojan harina o talco, papel picado y gritan: "Vivan las comadres". Después de este ceremonial se encuentran y proceden al bautizo de la guagua. Un paisano previamente elegido hace de cura; con la mano traza la señal de la cruz para bendecir al muñeco. Inmediatamente la guagua pasa a los brazos de la comadre y ésta corona a la convenida.

Desde ese momento quedan como "comadres de obligación". Después de colocar la guagua sobre la mesa, la multitud baila y bebe en honor de ambas. Sobre el final arrebatan la corona y la guagua y las rompen antes de comérselas, para luego empezar a tomar chicha y aloja hasta el amanecer.

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