La glorieta de Belgrano, el puente griego en El Rosedal, el lago del parque Leonardo Pereyra son algunos de los rincones románticos más elegidos por los porteños para celebrar el amor al aire libre.
Están quienes prefieren regalar una cena especial, una caja de bombones o un ramo de flores; pero también, aquellos que buscan un plan alternativo para festejar el Día de San Valentín. Por su historia de amor, muchas parejas porteñas se identifican con algunos de los rincones de la Ciudad: jardines, pérgolas, glorietas, bancos de plaza, fuentes de agua y puentes. Llegó el Día de los Enamorados, una fecha que suma cada vez más adeptos y hay muchos lugares románticos para celebrarlo.
La glorieta de Barrancas de Belgrano
Si la idea es pasar una velada romántica y original, una propuesta interesante es ir a ver, o incluso participar, del show de tango en la glorieta de Barrancas de Belgrano. Este sitio, también llamado Pagoda o Glorieta “Antonio Malvagni” en homenaje a su creador, se ha convertido en uno de los lugares más pintorescos y emblemáticos de la Ciudad. En 1910, cuando fue construida por el director de la Banda Municipal de Buenos Aires, la glorieta de Barrancas tuvo como objetivo alojar a las orquestas y bandas de música que ofrecían sus conciertos al aire libre. Hoy, se ha convertido en un ícono del tango.
En este escenario a cielo abierto, cada noche se reúnen unas 300 personas para bailar tango. Porteños y extranjeros, bailarines, aficionados y curiosos se acercan a este lugar por la singularidad del espectáculo: tango y milonga en un entorno natural.
“La Glorieta como tantos otros espacios de la Ciudad han sido escenarios de historias de amor para muchos vecinos, que hoy hemos recuperado todo su esplendor", Facundo Carrillo.
El sector en donde está emplazada la glorieta fue reabierto después de un largo período de refacciones que realizó el gobierno porteño. “La Glorieta como tantos otros espacios de la Ciudad han sido escenarios de historias de amor para muchos vecinos, hoy hemos recuperado todo su esplendor. El día de los enamorados es una excelente ocasión para que todas las parejas puedan disfrutar y renovar su compromiso”, expresó Facundo Carrillo, secretario de Atención y Gestión Ciudadana, área a cargo de las obras de puesta en valor de los espacios verdes comunales.
La glorieta, ubicada en las Barrancas de Belgrano, en la segunda manzana, entre las calles 11 de Septiembre, Sucre, Virrey Vértiz y Echeverría, se enciende a las 19 hs con clases de tango, y luego continúa con milonga.
El Puente Griego en El Rosedal (foto)
Ubicado dentro del Parque 3 de Febrero en el barrio de Palermo, El Rosedal es un marco natural inmejorable para un picnic en pareja. Cuenta con una colección de más de 18.000 rosas y un lago sobre el que cruza el Puente Griego, también llamado “puente de los enamorados”. En este lugar muchas parejas realizan un ritual simple para proteger su amor, que consiste en cruzar el puente hasta la mitad tomados de la mano, y sellar el recorrido con un beso.
En el Rosedal también se puede visitar el Patio Andaluz y el Jardín de los Poetas, donde se levantan los bustos de Jorge Luis Borges, Dante Alighieri, Federico García Lorca y Alfonsina Storni, entre otros. El patio andaluz fue una donación que el Ayuntamiento de Sevilla le hizo a Buenos Aires en 1929. En el centro se encuentra una fuente de agua cubierta por una pérgola, otro sitio ideal para visitar en pareja. La superficie de este importante espacio verde comprende 4 hectáreas. Es de acceso libre y gratuito, y fue declarado Patrimonio de Interés Cultural en el 2011. El Rosedal fue una manera de darle continuidad a la serie de espacios verdes diseñados por el paisajista Carlos Thays, entre los cuales se encuentran el Jardín Botánico, el Parque Avellaneda y el Parque Lezama.
El sendero de los Reyes del Jardín Botánico
Para una caminata romántica por un museo natural, solo hay que acercarse al Jardín Botánico “Carlos Thays”. Entre los principales atractivos que reúne este jardín está la colección de ejemplares arbóreos históricos y monumentales, todos ellos organizados en el Sendero de los Reyes.
El circuito está señalizado y cuenta con carteleras con información básica sobre las familias de árboles. Los letreros cuentan, además, con códigos QR que se escanean con el celular y te permiten acceder a un compilado de imágenes y textos sobre las distintas especies vegetales. El Ministerio de Ambiente y Espacio Público fue el área que reunió esta información en su web para ofrecer una interpretación ambiental y patrimonial más rica a los apasionados por la botánica. "Qué mejor plan que dar un paseo por este bosque urbano, ver ejemplares y especies vegetales únicas, y festejar el día de los enamorados de una manera distinta", expresó Eduardo Macchiavelli, Ministro de Ambiente y Espacio Público.
Hay árboles de gran porte como el pino de Amboina, y otros antiguos como el gingko biloa. También pinos de las Canarias, cipreses de Moctezuma, cedros del Himalaya y robles europeos, múltiples especies arbóreas de distintas partes del mundo concentradas en este jardín.
El Jardín Botánico cuenta, además, con cuatro senderos autoguiados: Obras de arte, Flora nativa, Árboles de mi Ciudad, Espiritualidad y Reyes del Jardín.
El lago del parque Leonardo Pereyra
En el centro de uno de los parques más extensos de la Ciudad, se aloja un histórico lago con vista a la Basílica Sagrado Corazón de Jesús. No solo es el pulmón verde del barrio de Barracas, sino también un parque con larga historia: una alternativa para que los vecinos del sur de la Ciudad celebren el amor en un entorno de gran valor histórico y natural.
El parque se construyó a fines del siglo XIX: Leonardo Pereyra fue quien donó las tierras y Carlos Thays, el paisajista que ideó el diseño original. El parque fue habilitado en 1920 e integró de forma armónica a la basílica. El conjunto se convirtió en un emblema de Barracas. Vista desde el centro del parque, esta construcción se aprecia en todo su esplendor. El abundante arbolado que rodea al lago completa el escenario de postal para un día de los enamorados al aire libre.
El Parque Leonardo Pereyra consta de tres manzanas de espacio verde, está ubicado en la zona sur de la ciudad y, delimitado por las calles Río Cuarto, Luzuriaga, Alvarado, y la avenida Vélez Sársfield, en el barrio de Barracas de la comuna 4.
Plaza Lavalle frente al teatro Colón
La noche y las estrellas son protagonistas de escenas románticas y Plaza Lavalle, un lugar para disfrutar de una gran joya arquitectónica, el Teatro Colón. Entre las calles Lavalle, Libertad, Avenida Córdoba y Talcahuano se encuentra la plaza, un espacio verde con ubicación preferencial para contemplar el Teatro Colón iluminado durante una noche cálida de verano.
El Teatro Colón es uno de los imperdibles del mundo de la ópera, fue construido en 1908 y restaurado por completo en el año 2008, cuando el Gobierno de la Ciudad reacondicionó sus interiores y fachada para devolverle todo su esplendor.
Su edificación estuvo a cargo de tres arquitectos: inicialmente, se ocupó el italiano Francesco Tamburini, arquitecto oficial del Estado que murió el mismo año en que realizó el diseño. Su socio, Víctor Meano, lo continúo pero en 1904 fue asesinado y, finalmente el teatro fue terminado por el belga Jules Dormal, que le dió un estilo francés.
El Colón ocupa 63.408 m2 y su fachada está dividida en tres franjas horizontales que termina en un techo a dos aguas. Desde Plaza Lavalle se puede ver su entrada principal sobre la calle Libertad, enmarcada por una marquesina de hierro forjado. Cuando el sol cae, el frente de este imponente edificio se ilumina generando un contraste de luces y sombras muy interesante, que destaca su encanto, también, en su versión nocturna.