La actividad aérea se está enfrentando a grandes agencias de viajes y con poderes que les permiten una nueva relación entre esos dos negocios. La introducción de reservas y compra de boletos vía internet mejora el trabajo con los mercados.
Por Carlos Rabi
Un factor que ayudó a consolidar las utilidades fue la aplicación de los principios del marketing, invirtiendo las empresas fuertes sumas de dinero para identificar las necesidades de sus consumidores presentes y futuros.
En lo referente a el tráfico aéreo y en lo inherente al incremento del número de pasajeros para que más personas vivan la experiencia de poder viajar a los precios más bajos del mercado. Es así que sellan una alianza comercial para la venta de pasajes entre Almundo.com y Flybondi para ofrecer opciones “Low Cost”. Los pasajes ya se comercializan y a su vez es la primera empresa operadora de viajes que se alia con la aerolínea para vender estos productos.
Permite llegar a un nuevo segmento de clientes que acepten bajos precios y baja calidad de servicio en relación con el tipo de asiento, puntualidad, servicio de comidas y de equipaje, y seguir siendo la compañia omnicanal de viajes con mayor oferta y significó inaugurar un nuevo canal de ventas, siendo una propuesta estratégica por la presencia en todo el país y un acercamiento a las personas que prefieren la venta personalizada o que no compran vía web. Con esta alianza los clientes pueden comprar los tickets y volar por FlyBondi por las 23 rutas que tienen operativas.
¿El “low cost” es un mito, un sofisma, una realidad superadora, un boom o un canibalismo marketinero? Aunque es una realidad aún lejana en nuestro país, en Europa donde abarcan el 50% del mercado, las aerolíneas low cost han optado por medidas extremas para bajar precios junto con abaratar los costos de las empresas y han impulsado acciones que han generado polémicas.
Prueba de ello y a modo de ejemplos la estrategia de la firma irlandesa Ryanair mediante la eliminación de los bolsillos de los asientos, las ventanas no tienen visera para cerrar la ventanilla (luz solar resulta una situación incómoda). La creación de un calendario con mujeres del staff (para motivar al personal a mantenerse delgados con menos peso es menor el gasto en combustible y esta medida genera un ahorro del 16% del gasto que se genera por el consumo de combustible).
Otras medidas drásticas: reducir la cantidad de baños para instalar más asientos, cobrar más según el peso de las personas y puestos especiales para volar de pie. Suena a locura pero crecen a ritmo frenético y la aplicación de estas estrategias han permitido “abaratar costos”. Ryanair y otras low cost como Easy Jet dispuesta a todo para bajar precios.
Otras opiniones apuntan que cuando surgieron si que eran mucho más económicas y hoy por hoy no. Utilizan el relato de los precios bajos para atraer a los usuarios pero no incluyen en el precio el equipaje de mano que es imprescindible para cualquier viaje. La tarifa ofertada no es el precio real que debe asumir el cliente. Los billetes no son tan baratos como se cree.
Viajar con una aerolínea low cost a Londres, Roma o París resulta un 13% más barato que hacerlo con una tradicional. Los cobros por extra (equipaje o elegir asiento) encarecen las compras y las acercan a las aerolíneas tradicionales.
Para pensar: lo expuesto nos lleva a plantearnos que es lo más importante para el cliente aéreo a la hora de viajar. A- Las tarifas compuestas por precios bajos y la aplicación de una política aéreo comercial de abaratamiento de costos por parte de las aerolíneas en desmedro de una mejor calidad del servicio o B- Las tarifas razonables que logren una mejor calidad de la prestación y conlleve que la seguridad operacional que me brinde la aerolínea tenga un cumplimiento estricto enmarcado en los estandares internacionales exigidos.
Fuentes consultadas: el marketing, herramienta básica para los servicios aéreos- Alfredo Ascanio, internet, La Vanguardia y CNN Chile
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