El Gobierno francés consideró hoy que la pandemia de coronavirus provocó pérdidas inmediatas al sector turístico de al menos entre 30.000 y 40.000 millones de euros.
"Normalmente el turismo genera 180.000 millones de euros de ingresos, de ellos 60.000 gracias al turismo internacional", informó el secretario de Turismo, Jean-Baptiste Lemoyne, según recogió el diario Le Journal du Dimanche.
Asimismo, señaló que parte de la clientela internacional "ha desaparecido" y que muchos operadores prevén una caída del 20 al 25% para fines de año, aunque se empieza a constatar un aumento progresivo de turistas holandeses, alemanes, belgas y suizos.
París es una de las principales ciudades afectadas por la ausencia de chinos, rusos y estadounidenses debido al cierre de las fronteras.
"Uno de cada dos hoteles está cerrado y el Louvre recibe 10.000 visitantes al día en lugar de 50.000, pero espero que la reanudación a partir del 1 de septiembre de las grandes ferias y salones profesionales permitirá a la capital volver a encender uno de sus motores económicos", agregó.
Uno de cada dos hoteles está cerrado y el Louvre recibe 10.000 visitantes al día en lugar de 50.000”
En mayo, desde la Secretaría se impulsó una campaña para incentivar el turismo interno.
"Los franceses están participando masivamente en la reactivación del turismo en Francia, el verano azul blanco rojo está aquí, pero la recuperación es frágil”, indicó.
En su evaluación inicial de la temporada turística de verano la Secretaría de Estado de Turismo detalló que siete de cada diez franceses eligieron Francia como destino en julio.
Los lugares más visitados por los franceses fueron los destinos costeros y las montañas, a los que se les sumó un renovado interés por las zonas rurales.
“Departamentos como Aveyron y Jura están funcionando bien. Los franceses querían redescubrir las mil facetas de nuestro país”, detalló Lemoyne.
“Después de un julio alentador, espero que agosto sea excelente”, expresó Lemoyne.
No obstante, pidió a los franceses ser cuidadosos, respetar la distancia social y usar el tapabocas “donde sea necesario”, porque tan pronto como aparece un nuevo caso, “el efecto es inmediato en las cancelaciones de estadías y en las reservas”.
Con 197.921 casos confirmados y 30.324 fallecimientos, Francia es uno de los países más afectados por el coronavirus.
El país volvió a la llamada nueva normalidad el 11 de julio, pero la flexibilización de las restricciones trajo un aumento inesperado de los casos y ahora se teme la llegada de una segunda ola de contagios.
Desde mediados de julio todos los indicadores demuestran un aumento de la circulación del coronavirus en la región de París, con cerca de 400 positivos diarios y una incidencia especialmente importante entre los jóvenes adultos, de 20 a 30 años.
El Consejo Científico creado por el Gobierno de Francia para asesorar sobre la pandemia advirtió que "el futuro a corto plazo de la epidemia está en manos de los ciudadanos" y pronosticó que "es muy probable que se observe una segunda ola epidemiológica en el otoño o invierno" europeo, es decir, a partir de fines de septiembre.
Ayer, el Gobierno del presidente galo, Emmanuel Macron, hizo obligatorio el uso del tapabocas en zonas de mucha concurrencia de París, y la región homónima, para frenar la expansión del coronavirus.
La norma regirá a partir de mañana para los mayores de 11 años en el exterior, en espacios que todavía no fueron precisados.
Asimismo, el Gobierno autorizó hace una semana a los intendentes a decidir que el tapabocas sea obligatorio en los espacios públicos abiertos cuando las circunstancias locales así lo exijan.