Algunas tendencias tecnológicas que marcaran el paso de la transformación del sector aeronáutico, que van desde agilizar procesos largos y estresantes hasta el entretenimiento por parte del pasajero.
Por CHRISTIAN MUJICA
Los aeropuertos hacen posible el transporte de viajeros y mercancías por vía aérea y forman un enlace con otros modos de transporte, como los colectivos y ferrocarriles. Para poder cumplir con esta función de manera eficiente, se requiere de una infraestructura bastante compleja que conlleva una inversión de millones de dólares. Pero hoy en día, estos aeropuertos no deben definirse como una estructura desde donde despegan y aterrizan aviones, sino debe ser un lugar que tenga la capacidad de proporcionar a los pasajeros una experiencia a su paso por sus instalaciones sin estrés, que resulte tan satisfactoria como el resto de las etapas de un viaje mediante procesos eficientes en los que las nuevas tecnologías juegan un papel primordial.
El gran objetivo es garantizar una excelente experiencia de pasajero, una mayor eficiencia operativa y una capacidad equilibrada, al tiempo que se mantengan y aumenten los ingresos del aeropuerto.
Al llegar a un aeropuerto nos encontramos con los estacionamientos, que suelen ser un infierno, ya que primero debemos encontrar lugar, después calcular si el espacio es suficiente para nuestro auto, y por ultima esperar a que los dueños de los autos que están a tu lado tengan el cuidado suficiente para que no te golpeen. Y bueno, si hablamos de los servicios de valet parking entonces la cosa se complica, ya que no todas las personas están a favor de que un extraño conduzca sus vehículos. Esta cuestión particular podría cambiar en un futuro cercano a mano de la 1ra solución a nivel mundial, Stan. Es un robot autónomo construido por una empresa francesa, Stanley Robotics, que estaciona autos. Este robot cuenta con una plataforma que se encarga de levantar y mover los autos para llevarlos a un sitio especifico del estacionamiento, donde la mejor parte se lleva el conductor, que no requiere dejar las llaves a un 3ro o tener que dejar el auto en movimiento.
Por otro lado, al entrar a un aeropuerto, lo que menos llama la atención son los aviones, eso es un hecho. Para el viajero, el aeropuerto es la cara de una ciudad y hasta de un país. El aeropuerto es quien representa el lugar que visitamos. Como lo explica un arquitecto conocido: “Son lo primero y lo último que vemos o visitamos de una ciudad, así que determinan nuestra percepción de la misma. Si estamos en tránsito, es la única imagen que guardamos de un lugar”. Este dato debe ser estudiado con pinzas por los mercadólogos para poder captar la atención de los clientes y poder ofrecer un sinfín de experiencias distintas y así poder alcanzar la tan preciada fidelidad.
Ejemplo de estas nuevas tendencias a nivel nacional, es la nueva tecnología implementada hace poco tiempo en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, el nuevo “Migraciones Express”. En abril del 2018 comenzaron a funcionar las máquinas de Migraciones Express que sirven para entrar a la Argentina desde el exterior.
Bajo un alto estándar de seguridad, se trata de un sistema de control individual y automático, con puertas biométricas incluidas, para realizar los trámites migratorios. Las máquinas están ubicadas a un costado de los escritorios tradicionales de Migraciones, donde un empleado le pregunta el número de vuelo al pasajero que arriba al aeropuerto, le toma la huella digital del pulgar y le sella el pasaporte. Este trámite permite optimizar los lentos y viejos sistemas de ingreso al país y es una clara muestra de que no solo permitiría reducir los costos sino también aumentar la satisfacción del cliente, al ser un trámite que suele estresar bastante al pasajero.
Teniendo en cuenta que un aeropuerto es mucho más que un lugar donde se espera un vuelo para trasladarse desde un lugar a otro, es importante que estos deban estar modernizados y poder adaptarse a las necesidades de los viajeros y poder ser cada día más eficientes, cómodos y novedosos para poder atraer más personas.