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Semana de la Gastronomía

Compartimos un proverbio italiano que tiene varias interpretaciones: Pan de un día, vino de un año. Algunos lo entienden como que "no todo mejora con la edad", siempre depende de un contexto.

Mientras preparamos los detalles para nuestro encuentro académico sobre la gastronomía mediterránea en coordinación con nuestros amigos de la Asociación Israelita de Corrientes, compartimos con ustedes otra frase que está relacionada con la gastronomía, esta semana compartimos un proverbio italiano que tiene varias interpretaciones.

Algunos lo entienden como que "no todo mejora con la edad", siempre depende de un contexto.

El mejor pan está recién hecho, mientras que el vino tiene que esperar a envejecer. Significa que no todo es bueno para todos y que cada cosa y cada persona tiene su propio tiempo.

Este antiguo proverbio popular toscano también muy extendido en su versión más larga "el vino de un año y el pan de un día mantienen alejado al médico", recordándonos la importancia de estos infaltables de la gastronomía mediterránea para tener una buena salud.

La receta

a tortilla debe ser blanda, alta y esponjosa. Al menos, así pensaba Gabriele D’Annunzio, gran conocedor de la cocina italiana y europea y devoto absoluto de las alegrías gastronómicas de la cocina tradicional.

D’Annunzio era tan aficionado a los huevos, que hizo instalar un gallinero en los misteriosos meandros de la Vittoriale para asegurarse de tener huevos frescos todos los días. Y parece que estaba dispuesto a dar hasta dos mil liras de propina a su fiel cocinera, "Suor Intingola", por una tortilla de éxito.

"Diez huevos para cada tortilla, utilizando una sartén mediana-pequeña porque la tortilla debe quedar alta, blanda y esponjosa como quería D’Annunzio". En la tortilla, solo un poco de "cebolla blanca plana de Fara Filiorum Petri" guisada en caldo de verduras. Ingredientes de primera calidad y sencillez en la cocina. Así se consigue la "sublime" tortilla, uno de los platos favoritos del vate.

D’Annunzio era un gran conocedor de la cocina europea, le encantaba la comida sencilla y de calidad, el pollo con mayonesa, el pescado frito y en brodetto, el lenguado y el bacalao".

Palabra nueva y receta innovadora

La palabra tramezzino se nombra por primera vez en 1936, la elección e invención del nombre puede atribuirse a Gabriele D Annunzio, defensor de la lengua italiana y totalmente contrario a la terminología anglosajona: ¿por qué utilizar la palabra sándwich cuando el italiano es tan bello y variado?

Así pues, el poeta abrió el camino a una tendencia que nunca más abandonaría la cultura tricolor. Pero, ¿por qué precisamente tramezzino? La elección no es en absoluto obvia: esta palabra deriva del término tramezzo, que significa el lugar entre dos cosas, que divide. Al parecer, la forma del tramezzino recordaba a Gabriele D Annunzio los tabiques de su casa de campo.

En resumen, la receta se inspiró en la americana, mientras que el nombre fue elegido por el Vate: desde Turín, la pasión por una comida rápida y sabrosa, protagonista también de los aperitivos, prendió enseguida, convirtiéndose en una auténtica moda en toda la Bota, especialmente en Venecia. En la Laguna, los tramezzini alcanzaron su máxima popularidad: el clima húmedo hace que el sabor del tramezzino sea especial y el pan aún más suave y blando.

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