Al cruzar las puertas del Enjoy Punta del Este, quedó evidente que esto no era simplemente un evento, sino una auténtica celebración de la enología, un lugar donde el arte de crear vino se entrelaza con los sentidos y emociones de quienes saben apreciarlo.
El salón reunía a más de 140 bodegas de distintas partes del mundo, presentando alrededor de 600 etiquetas cuidadosamente seleccionadas. Uruguay, como anfitrión, destacó por la presencia de su emblemática cepa Tannat, el verdadero orgullo nacional. En varias estaciones pude conversar con productores locales que compartían su pasión por esta uva, reconocida por su carácter intenso y su potencial para producir vinos de guarda excepcionales.
Entre las bodegas, Cavani Wines fue una de las que más llamó la atención. Conversar con su representante fue como abrir una ventana a la conexión entre el fútbol y el vino, dos pasiones uruguayas. La bodega presentó un Premium Blend, un Tannat y un Merlot, cada uno con una historia detrás que hablaba de terroirs únicos y de un compromiso por transmitir el alma de Uruguay en cada botella.
A nivel internacional, bodegas como Vega Sicilia, reconocida como la mejor del mundo en 2024, ofrecían degustaciones que rozaban la perfección. Sin embargo, fue igualmente emocionante descubrir propuestas más jóvenes de provincias argentinas como Córdoba y Neuquén, que debutaron este año en el salón.
La gastronomía fue otro punto alto. Desde estaciones de cordero especiado cocido a baja temperatura hasta paellas de mariscos y ensaladas italianas frescas, cada plato parecía pensado para resaltar los vinos que lo acompañaban.
El caviar uruguayo, producido a orillas del río Negro, fue una de las joyas gastronómicas del Salón VIP, una experiencia que combinó lujo y sabor con una presentación impecable. Uruguay ha logrado posicionarse como un referente en la producción de caviar de alta calidad gracias a la cría de esturiones en las aguas puras y controladas del río Negro, donde se cuida cada detalle del proceso, desde la alimentación hasta la recolección.
Guiados por una anfitriona experta, los asistentes tuvimos la oportunidad de degustar este exclusivo producto siguiendo un ritual que realzó cada uno de sus matices. Nos explicó que, antes de probar el caviar, la experiencia comienza con una galletita que no se consume, ya que sirve únicamente como base para montar los ingredientes. Luego, se pasa al queso blanco, que aporta una textura cremosa y un leve contraste de sabores. Finalmente, el caviar, con su delicado estallido salino, se convierte en el protagonista indiscutido del momento. Esta degustación no solo fue un lujo para los sentidos, sino también una muestra del nivel de excelencia que Uruguay ha alcanzado en la producción de este exclusivo manjar, elevándolo a los estándares más exigentes del mercado internacional.
En el Salón VIP, los dulces se robaron su propio protagonismo. Desde chocolates en todas sus formas y bombones artesanales hasta el infaltable alfajor clásico de chocolate, cada bocado era un deleite para el paladar. En la zona general, una selección de pequeñas porciones individuales de tortas clásicas ofrecía un cierre perfecto para quienes buscaban un toque dulce y realmente delicioso para culminar la experiencia.
El evento tuvo además una antesala inolvidable: el atardecer en OVO Beach, donde la música de la DJ Mica Sapin acompañaba la degustación de vinos locales. Fue un recordatorio de cómo el vino trasciende la bebida y se convierte en una experiencia, un puente entre cultura, paisaje y pasión.
INAVI y la transformación de la industria
El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI) tuvo un papel clave, no solo como impulsor de las bodegas locales, sino también como promotor de la identidad vitivinícola uruguaya en los mercados internacionales. Uruguay cuenta con una producción de vinos boutique que privilegia la calidad sobre la cantidad, y el Tannat sigue abriéndose camino en mercados como Estados Unidos, Brasil y China. INAVI ha trabajado arduamente para consolidar la imagen del país como un destino enológico, y eventos como este son un reflejo de esos esfuerzos.
Durante el evento, tuve la oportunidad de conversar con Ricardo Cabrera, enólogo y presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INAVI). Con una mirada optimista hacia el futuro, Cabrera destacó que la vendimia de 2025 ya se perfila como una de las mejores de los últimos años, respaldada por un clima extraordinariamente favorable y la implementación de tecnologías avanzadas en las bodegas uruguayas.
"La innovación ya no es solo una aspiración, es una realidad en nuestro sector", afirmó Cabrera, aludiendo a cómo las bodegas han incorporado herramientas como sensores de precisión, software de gestión enológica y procesos sostenibles para mejorar tanto la producción como la calidad final de los vinos. Este enfoque ha dado frutos, literalmente: en 2024, las exportaciones de vino envasado alcanzaron cifras récord, creciendo un 40% en volumen y un 49% en ingresos, lo que representa más de 4,6 millones de litros exportados y un ingreso de 19 millones de dólares.
Cabrera también resaltó que el número de bodegas exportadoras sigue en aumento, con más de 45 bodegas uruguayas colocando sus productos en 57 países. Entre los mercados más relevantes mencionó Estados Unidos, Brasil y Europa, donde el Tannat uruguayo continúa consolidándose como un emblema de identidad nacional. "Estamos logrando que el mundo no solo nos reconozca por nuestra calidad, sino también por nuestra autenticidad. Uruguay tiene una historia que contar en cada botella", dijo Cabrera con convicción.
El presidente del INAVI no dejó de mencionar el cambio en el consumo interno. Según explicó, el consumidor uruguayo ha evolucionado, mostrando un interés creciente por vinos de mayor calidad y con características diferenciadas. Esto, añadió, refleja un cambio de mentalidad que beneficia tanto a las bodegas como al posicionamiento de la industria a nivel nacional. "Hoy en día, Uruguay no solo exporta vinos, exporta prestigio. Estamos ganando terreno en mercados internacionales gracias al esfuerzo conjunto de productores, bodegas y políticas estratégicas implementadas desde INAVI", concluyó.
El papel de INAVI en este escenario ha sido crucial. Cabrera enfatizó cómo el instituto ha trabajado para acompañar a las bodegas en su profesionalización, desde la capacitación técnica hasta la apertura de nuevos mercados. Este esfuerzo se traduce no solo en cifras, sino también en reconocimiento internacional, colocando a Uruguay en el mapa como un referente en la producción de vinos boutique que destacan por su carácter único y sostenible.
Uruguay, con sus cerca de 6.000 hectáreas de viñedos, sigue enfrentando desafíos para competir en un mercado global dominado por gigantes como Argentina y Chile. Sin embargo, su fortaleza radica en su identidad: pequeñas producciones, una fuerte apuesta por la sostenibilidad y el uso de métodos tradicionales que abrazan lo mejor del terroir uruguayo. La política de promoción liderada por INAVI y el Ministerio de Turismo ha permitido a las bodegas locales ganar visibilidad y conquistar nuevos paladares.
Enjoy Punta del Este, actor clave para el vino en Uruguay
Conversar con Javier Azcurra, gerente de Relaciones Públicas de Enjoy Punta del Este, quien me compartió reflexiones sobre la importancia del Salón Internacional del Vino y el impacto del enoturismo en la región. "Nuestro objetivo no es solo celebrar la enología, sino también posicionar a Punta del Este como un destino clave para el turismo enológico", expresó Azcurra.
En esta línea, destacó dos hitos esenciales: el “Punta Wine Trip”, un paquete turístico que invita a los visitantes a recorrer las bodegas de Maldonado, combinando degustaciones de alta gama con paisajes únicos, y el propio Salón Internacional del Vino, que ha crecido hasta convertirse en un evento de referencia tanto a nivel regional como internacional.
Azcurra también subrayó la importancia de la participación de Enjoy en ferias internacionales como la FIT en Argentina, donde se promovieron alianzas estratégicas que facilitaron la presencia en esta edición de bodegas de Córdoba y Neuquén, dos regiones emergentes de la vitivinicultura argentina. "Estas acciones nos permiten enriquecer la propuesta del Salón, generando un intercambio cultural y comercial que eleva la calidad del evento y atrae a un público diverso", explicó.
Además, la presencia en el Salón de Turismo de Lujo en la FESTURIS de Gramado fue otro paso clave en la estrategia de captar clientes VIP, ofreciendo experiencias personalizadas y fortaleciendo el vínculo entre enología y turismo de alta gama. Según Azcurra, “Gramado nos brindó la oportunidad de posicionar al Salón como una experiencia exclusiva que combina lo mejor del vino con los servicios de excelencia que ofrece Enjoy”.
Respecto a la organización del evento, Azcurra destacó el compromiso del equipo de Enjoy Punta del Este, que trabaja con dedicación para asegurar que cada edición supere las expectativas de los asistentes. “No solo queremos ofrecer una degustación, queremos crear una experiencia que celebre el vino como una conexión entre culturas, sabores y momentos inolvidables”, afirmó.
Durante mi visita, quedó claro que el Salón Internacional del Vino no es solo un evento, sino una experiencia que combina la exclusividad con la celebración de la enología. La masiva participación del público reafirmó que este encuentro no solo enaltece la cultura del vino, sino que también impulsa el turismo de lujo y fortalece las conexiones internacionales, convirtiéndose en una cita imprescindible para quienes buscan disfrutar de lo extraordinario.
Al final de la noche, con mi última copa de Tannat en mano, me encontré reflexionando sobre el poder del vino para contar historias. Cada botella, cada sorbo, es un relato en sí mismo: habla de la tierra que le dio origen, de las manos que moldearon sus sabores y de los sueños que lo hicieron posible. El Salón Internacional del Vino no fue simplemente una muestra de etiquetas y sabores; fue un viaje al alma de la vitivinicultura, un tributo a la pasión y al arte que elevan al vino de ser una bebida para transformarlo en un verdadero patrimonio cultur