"Están comenzando los primeros fríos fuertes de este otoño 2021 y podemos ya sacar algunas conclusiones de la vendimia 2021, que tuvo varios condimentos desde el arranque de la temporada", comenta Martín Kaiser, gerente Viticultor de Bodega Doña Paula y agrega: "Así en los primeros días de octubre una fuerte helada nos hacía pensar en una cosecha pequeña, pero al pasar el tiempo vimos que, con excepción de algunos sectores más expuestos al frío, la mayor parte de los viñedos venían con buena cantidad de uva".
Después de una primavera con temperaturas algo superiores a las medias históricas, los meses de verano (enero a marzo) fueron notablemente frescos y, en febrero, además las precipitaciones fueron abundantes. En consecuencia, la velocidad de la madurez fue más bien lenta, superponiéndose dos semanas la cosecha de las últimas blancas con el ingreso de los Malbec destinados a la elaboración de vinos jóvenes.
En términos cualitativos se puede afirmar que fue un excelente año para las uvas blancas y el Malbec dentro de las tintas. Mientras que algunas variedades de ciclo largo como Cabernet Sauvignon y Bonarda tuvieron resultados más desparejos.
Fenología
La temporada comenzó con una brotación dentro de las fechas normales (29 de septiembre para Malbec de Luján de Cuyo). Ya para la floración el ciclo comenzó a adelantarse unos días (4 de noviembre) y para el envero, que se produjo el 13 de enero en esta misma variedad, el ciclo presentaba un adelanto de 5 a 7 días. Sin embargo, y debido al cambio de tendencia del clima que acompañó el cambio del calendario al 2021, la madurez se fue retrasando y determinó que tanto las blancas como muchos viñedos de tintas se cosecharan con 1 a 3 semanas más tarde del promedio histórico.
Temperaturas
En el siguiente gráfico puede verse que la temporada 2020-2021 (línea roja) fue algo más cálida en la primavera y más fría en el verano que el promedio histórico (línea azul). Las barras en el gráfico muestran esta diferencia en °C. Con respecto a la temporada anterior (2019-2020, línea gris) podemos ver que esta temporada fue más fresca la mayor parte del tiempo (noviembre a marzo).
Lluvias
Las precipitaciones registradas durante la temporada (octubre-abril) fueron levemente inferiores a las medias históricas (270 mm vs 286 mm) sin embargo su distribución fue muy desigual, ya que hubo 3 meses lluviosos (noviembre, enero y febrero) mientras que el resto de los meses fueron más secos de la media histórica. Curiosamente la dinámica de acumulación de las precipitaciones fue muy similar a la temporada anterior.
Vinos
Luján de Cuyo
Blancos: los vinos blancos presentaron muy buena tipicidad varietal en general. En el caso de los Chardonnay ofrece muy buena acidez natural y mucha frescura, mientras que el Sauvignon Blanc, presenta aromas cítricos y tropicales, acompañados de sutiles notas herbales. En boca la concentración fue media.
Tintos: Los vinos tintos presentan intensidad de color media, aromáticamente son vinos muy frutados con una presencia de notas especiadas y a hierbas similar a otros años. En boca, los taninos son muy suaves y redondos, con una concentración también similar a lo que estamos acostumbrados.
Valle de Uco
Blancos: los vinos blancos del Valle de Uco presentan una calidad destacable, especialmente dada por una gran expresión aromática y un buen volumen en boca.
En el caso del Riesling, este año se destaca, además de sus características notas a flores blancas y cítricos; marcadas notas minerales tipo pólvora y un largo final de boca.
El Sauvignon Blanc este año se presenta muy aromático con notas de ruda y cítricas que se complementan con otras más maduras como durazno blanco y suave fruta de la pasión. También un dejo de menta y notas minerales de fondo terminan de dar un bouquet bien complejo. El volumen en boca es de medio a alto.
Los Chardonnay ofrecen notas cítricas, tropicales y minerales y mucha complejidad. En boca podemos esperar vinos untuosos de frescura marcada.
Tintos: se obtuvieron vinos con mucho color y un perfil aromático un poco más fresco que otros años. Presentan notas a frutos rojos y negros, muy minerales y quizás menos especiados que las vendimias 2019 y 2020. Hay mayor concentración de aromas y cuerpo en las uvas provenientes de suelos pedregosos, como algunos sectores de Gualtallary, en comparación con sectores de suelos más profundos y arenosos, como en El Cepillo, donde las abundantes lluvias de enero y febrero condujeron a que los vinos sean elegantes pero menos concentrados.
La variedad que más se destacan en el Valle de Uco esta vendimia son el Malbec, con notas a mora, hierbas salvajes y notas minerales muy marcadas en suelos calcáreos. Los Cabernet Franc de suelos pedregosos tienen gran expresión aromática, aunque menos cuerpo y graduación alcohólica que otros años. En el caso de los Cabernet Sauvignon habrá que esperar la evolución en el añejamiento. El verano frío en viñedos de altura fueron una combinación que desafió la completa madurez de las semillas y pieles de esta variedad. El tiempo dirá si esas notas vegetales con el tiempo se transforman en frescura y jugosidad o si, definitivamente, se deberá esperar hasta la próxima cosecha para encontrar la mejor versión de este varietal.
Conclusiones:
Después de lidiar con algunos obstáculos como las heladas de primavera y las abundantes lluvias de verano, la pausada madurez producto de un verano fresco permitió cosechar uvas que dieron lugar a vinos blancos y tintos muy expresivos de concentración media a alta. Quizás para algunos varietales tintos de ciclo largo del Valle de Uco no sea un año inolvidable, pero sí que tendremos algunos Malbec que harán historia.