El 7 de septiembre se celebra el día del enólogo, una fecha que reconoce una figura tan importante que muchos consideran el corazón de las bodegas.
Esta fecha se estableció por un acuerdo entre el Centro de Enólogos y Consejo profesional de enólogos de San Juan en el año 2002, eligiendo la fecha por el día en el que Domingo F. Sarmiento inauguró la Quinta Normal 1862 que luego pasaría a llamarse la Escuela Nacional de Fruticultura y Enología.
Su protagonismo ha ido creciendo y se ha tornado una figura fundamental en la comunicación de sus vinos y en la creación de nuevas variedades y sus combinaciones. Hoy se consideran los grandes protagonistas del vino del momento, porque es gracias a sus decisiones que se logran vinos tan diversos y en tantos lugares.
Lucas Quiroga, enólogo de Bodega Malma, nos cuenta: “Esta profesión significa tener un respeto y compromiso por el hacer y cuidar una bebida genuina y milenaria como es el vino. Somos los conductores de un proceso microbiológico que ocurre en la bodega, en donde fijamos parámetros y cuidamos cada proceso con el fin de llegar a una correcta inocuidad a la botella”.
Por su parte, Javier Lo Forte, enólogo de Bodega Pulenta: “Esta profesión significa para mí un estilo de vida. Es lo que heredé de mi familia, lo que se respiró. Desde mi abuelo agricultor hasta mi padre Ingeniero Agrónomo y Viticultor. El concepto del vino en la familia, del vino en la vida de la familia y que, naturalmente, en mi vida de estudiante, hizo que me incline a esta hermosa profesión, siendo hoy profesional, profesor y entusiasta de la enología”.
Asimismo, destaca cómo la creatividad forma parte del proceso de creación de un vino: “El proceso creativo se logra mediante la experimentación y a eso nos dedicamos gran parte del año a experimentar, a probar cosas nuevas, a investigar. Este proceso creativo se logra dejando influenciarse por diferentes exponentes de la viticultura y enología exterior, interior, jóvenes, profesionales. Es constante, continuo y diario en nuestra Bodega”.
Quiroga coincide: “La creatividad se logra una vez que se conoce e interpreta un terroir. Conocer los atributos que otorga cada varietal y buscar todas las herramientas necesarias para potenciar sus cualidades, tanto en el manejo desde el viñedo como en la elaboración de la bodega”. Y agrega: “Es importante saber qué es lo que busca el consumidor o el mercado, pero sin perder el estilo personal”.
Por otra parte, destacan el rol de la comunicación: “Nosotros, los enólogos, tenemos el deber de transmitir la concepción y características del vino que elaboramos. No todo se termina con la etiqueta, detrás de esto hay todo un año de trabajo, diferentes colaboradores, climas, suelos, técnicas de vinificación, etc. Y es esto lo que tenemos que expresar, todo lo demás son sensaciones que podemos sugerir, pero las percepciones van a ser propias de cada persona”, aporta el enólogo de Bodega Malma.
“Comunicar es una de las acciones más importantes en este proceso de creación y de creatividad. El comunicar lo que hacemos es lograr este gran aporte a la viticultura y enología regional y nacional”, concluye Lo Forte de Pulenta Estate.