Por Yako Laus
Cuando unx está acostadx en la cama, con una copa de vino en la mano, con la estufa encendida y bien acompañadx; cuando unx desde esa posición ve por la ventana árboles moviéndose frenéticamente, mientras se escucha de fondo el rugir del viento; cuando unx está cansadx del trajinar de la semana y siente que se encuentra en el lugar que quisiera quedarse por las próximas 24 horas, se hace muy difícil encontrar las energías para ir a trabajar. En esa situación estaba cuando miré la hora y me di cuenta que faltaban sólo 45 minutos para que empezara la función de Siniestra - un díptico - en Espacio Callejón. Me levanté de un salto y apuré a L. lo más que pude que, entre baño, cremas y demases lo hizo bastante rápido; todo a la vez que me cambiaba y ordenaba el caos en el que había quedado la pieza. Así, en veinte minutos ya estábamos surcando a toda velocidad las ventosas calles en dirección a Humahuaca 3759.
No fue mi primera vez frente a una obra de Javier Daulte - uno de los dramaturgos más destacados de la escena del off - y hasta ese momento todas me habían causado una buena impresión. Éste caso, por suerte, no iba a ser diferente. Una escenografía minimalista - un cubo hecho de tubos de luz y no mucho más - es todo el espacio que necesitan lxs cuatro actores para llevar adelante este thriller de carácter distópico-tecnológico en la mejor escuela de Black Mirror. En éste presente – o futuro – narrado, la tecnología parece estar hecha para salvar aquello que ya no existe o que corre serio riesgo de desaparecer. Daulte nos cuenta dos historias de dos parejas (una un matrimonio, otra una pareja de hermanxs) que buscan a través de una empresa algo misteriosa, la forma de recuperar aquello que ya no tienen.
La primera historia trata sobre una (¿ex?) pareja que viaja al pasado para alertarse a ellxs mismxs de jóvenes acerca de las consecuencias que tendría el engendrar un hijo juntxs. Más allá de los brillantes actores - alguno de los cuales me ha tocado ver lucirse en otras obras del mismo Daulte - se encuentra un tema de carácter existencial que desde que vi la magnánima película de Denis Villeneuve La Llegada, cala hondo en mi cabeza cada vez que estoy con el ánimo de enfrentarme a esta clase de cuestiones: ¿Si supiéramos qué es aquello que nos espera al final del camino, y si eso que nos espera no es agradable o, incluso, es algo malo; pero si ese camino que debiéramos recorrer antes de llegar a ese lugar, es un camino repleto de gozos y alegrías, elegiríamos recorrerlo igual? ¿Y si ese camino es la posibilidad de tener un hijo, de sentir su abrazo y su respiración. En fin, de sentirse padre o madre? Evidentemente preguntas de respuesta esquiva que esta parte de la obra busca poner de manifiesto.
Por su parte, la segunda historia cuenta con características más clásicas relacionadas a la tragedia griega. Acá el uso de la tecnología pasa a un segundo plano dotando de importancia una trama central bastante explorada en el tiempo: el conflicto filial y los celos, sumados a la aparición de la figura del héroe trágico. En una mezcla entre las películas The Game de David Fincher y Alps del director griego Yorgos Lanthimos, aquí hay una empresa que genera sus cuantiosos ingresos a través de lo perverso, consiguiendo dobles idénticxs de personas fallecidas para que lxs dolientes puedan reencontrarse con ellas. Con el agregado de que lo perverso no está dado sólo por el parecido físico, sino también por las actitudes y los conocimientos de lxs representantes sobre lxs representadxs. Así, la historia trata de dos hermanxs que contratan el servicio para reencontrarse con su hermano menor ya fallecido permitiendo que, después de varios encuentros individuales y grupales, emerjan sentimientos que ambxs hermanxs - lxs vivxs - tenían enterrados en lo más profundo. Entonces nos preguntamos: ¿Qué es aquello que la empresa permite revivir? ¿Permite revivir a lxs muertxs o permite revivir aquello que muere en nosotrxs cuando muere una persona a la que estábamos unidxs? Dado que la resurrección es en realidad simbólico-terapéutica, me inclinaría más por la segunda y entonces otra pregunta: ¿Qué se hace con aquello que obligatoriamente debe morir cuando muere esa persona a la que apreciamos tanto? ¿Dónde se pone eso por parte de lxs vivxs?
En fin, como verán resulta una obra de un alto calibre filosófico y, en última instancia, humanitarista. A esta altura, para aquellxs que me leen, debería quedar clara mi predilección por aquellas obras que plantean esta clase de interrogantes sin respuesta aparente y que nos obligan a poner en juego nuestra concepción de las cosas para llegar a algo que se asemeje a una respuesta. En este caso una obra - o dos - para disfrutar, pensar y debatir, si es posible, algunos días después de haberla visto. Porque, puedo asegurar, no se les va a borrar tan fácilmente.
FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Javier Daulte
Actúan: Matías Broglia, Federico Buso, Silvia Gomez Giusto, Carla Scatarelli
Vestuario: Jam Monti
Escenografía: Julieta Kompel
Diseño de luces: Sebastián Francia
Video: Franco Gabriel Verdoia
Diseño gráfico: Franco Gabriel Verdoia
Asistencia de dirección: Rocío Literas
Prensa: Duche&Zarate
Producción ejecutiva: Matias Luna
Dirección: Javier Daulte
ESPACIO CALLEJÓN
Humahuaca 3759 - Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4862-1167
Web: http://espaciocallejon.com/
Entrada: $ 300,00 / $ 260,00 - Viernes - 22:30 hs
Entrada: $ 300,00 / $ 260,00 - Viernes - 20:30 hs
CENTRO CULTURAL LA MÁSCARA
Constitución 250 - Rafaela - Santa Fe - Argentina
Teléfonos: 03492-503222
Web: http://www.lamascara.org.ar
Festival: $ 120,00 - Miércoles - 21:00 hs y 23:15 hs - 18/07/2018
