Por: Ivana Slipakoff
El Teatro San Martín tiene una energía especial. Entrar en su imponente hall me modifica al instante y más aún subir las anchas y naranjas escaleras que nos conducen a la sala Cunill Cabanellas. De por sí entro estimulada.
El título de esta obra inevitablemente me hace acordar a las películas de Richard Linklater, especialmente y evidentemente - claro está por su nombre - a Antes del amanecer en la que una mujer y un hombre se encuentran en un tren con destino a Viena y deciden compartir la noche juntos, conversando hasta que amanezca.
Los diálogos de la película serán bastante más existencialistas que los la obra Tres veces al amanecer (de Alessandro Baricco con dirección de Monica Viñao). En éste caso las conversaciones me trasladan a un cuento de suspenso, siempre algo está por pasar, siempre algo pasó y no sabemos qué fue. Mediante diálogos se nos va develando cada hecho que motiva el quehacer de cada personaje.
Cuando ingresamos a la sala lo primero que observo es la escenografía, me gusta imaginar un poco la obra a través de la elección de objetos y texturas. Vemos objetos un tanto dispares en el mismo espacio, por un lado una puerta giratoria (clásica de hotel), un ascensor, un sillón, un mostrador y un cuarto compuesto por una cama y un baño. Ya de por sí intuyo que la obra sucederá siempre en esa misma escenografía.
La directora le puso cuerpo a lo que asumo será su imaginario al leer el hermoso libro de Alessandro Baricco creando tres situaciones de encuentro entre dos personajes, decidiendo incorporar un tercero, a diferencia del libro, que tiene un rol más pictórico - compone la escena desde lo visual- que de acción narrativa.
Siempre que una obra o película está basada en un libro que el espectador ya leyó es difícil superponer la lectura de quien dirige a lo ya imaginado anteriormente durante la lectura. En este caso lo que nos proponen va más allá del libro, al comienzo busco similitudes pero después me despego a observar lo original de la adaptación teatral que la directora realiza.
Los dos personajes principales de la obra se encuentran en el lobby del hotel, él está vestido de ejecutivo y ella entra a escena usando un vestido de gala.
Él es meticuloso, preciso. Ella busca divertirse entrando a un lobby cualquiera. Él esconde algo, está apurado. Ella tiene todo el tiempo del mundo.
Así comienza la primera de las tres escenas en la que se compone la obra, éstas son divididas por un cambio de vestuario que quienes actúan realizan en el escenario. Estos momentos nos muestran cierta continuidad entre lo que sucedió y lo que está por suceder.
Estos dos personajes se irán encontrando en diversos espacios y tiempos, por algunos momentos el tercer actor interviene pero son ellos dos quienes conversarán y se conocerán en cada acto.
Cada escena comienza con uno de ellos sorprendiéndose por el otro. El personaje masculino es la nostalgia en persona sobre todo en la primera escena, su hermetismo genera curiosidad. A medida que avanzan los actos vamos conociendo su historia, vamos entendiendo mediante viajes al pasado, como al futuro qué lo hizo estar así en el presente.
Las tres escenas no son correlativas pero sí necesarias para comprender la historia de este inquietante personaje. Es muy destacada la versatilidad, en cada una de estas, de los actores para pasar de una edad y contexto de escena a otra sin siquiera salir del escenario.
Somos espacios y somos tiempo, esta obra se encarga de mantenernos atentos a estos dos conceptos que son lo bastante complejos para hacernos quedar pensando un largo rato. En cada relato todo pasa y todo ya pasó pero eso no nos importa, los diálogos nos mantienen intensamente conectados con su presente.
La obra estrenó el miércoles 3 de octubre y estará en cartelera hasta 16 de diciembre.
Ficha técnica
Autor Alessandro Baricco
Traducción, adaptación y dirección Mónica Viñao
Elenco
Marijo Verónica Pelaccini
Malcom Lautaro Perotti
Oficial Jorge Rod
Coordinación de producción
Adrián Andrada
Producción técnica
Ángel Ariel Porro
Asistencia de dirección
Celeste Faillace, Julián Castro
Asistencia de escenografía y vestuario
Macarena Hermida, Matías Ledesma
Iluminación
Roberto Traferri
Escenografía y vestuario
Graciela Galán