La pandemia de Covid-19 terminó por instalar el teletrabajo, una modalidad laboral que puede resultar superadora y conveniente en muchísimos planos, pero siempre y cuando no nos distraigamos con las minucias del hogar y acabemos inmersas en el caos, convertidos en expertas en esgrimir excusas cada vez que debemos entregar un trabajo a tiempo o resolver algo de manera óptima.
Hoy en día, ser una mujer “multitasking” es trabajar ocupándonos simultáneamente de mil tareas de manera efectiva y determinante a partir de objetivos claros y concretos. En general, este tipo de dinámicas favorece experiencias exitosas, aunque para ello será fundamental que obremos con organización, disciplina y conciencia.
Es que cuando trasladamos el trabajo de la oficina al hogar es muy fácil sucumbir a la desorganización e incurrir en excesos… Ciertas situaciones de la vida hogareña se nos “meten” en la rutina de trabajo, y pasamos más tiempo en las reuniones escolares y las visitas al pediatra que en nuestros procesos de trabajo. También aparecen los excesos en las respuestas ante un pedido laboral: “Lo pasé por mail…”. y también desbordes anímicos ante una posible falta de recursos y miles de excusas para justificar algún encargo que no se llevó a cabo: “Perdón, no lo vi…”. “Con eso no llegué”.
Si te reconocés en estos escenarios incómodos, no desesperes, ¡organizate! Te comparto algunos tips para lograr procesos laborales exitosos trabajando desde tu casa:
Organiza una rutina: destina un tiempo exclusivo del día para poner el foco en cada una de tus gestiones laborales.
Planifica todo lo que tenés que hacer, por lo menos, con uno o dos días de anticipación.
¿Cuál será el objetivo de tu día en modo “Home Office”? Determiná tus metas diarias, calculando el tiempo que necesitás para realizarlas sin interrupciones personales.
Comunícale a tu familia que estarás trabajando. Pediles que respeten ese espacio-tiempo explicándoles que solo cambia la modalidad, no las responsabilidades laborales.
Fijá prioridades para ser más eficiente y eficaz en tus objetivos.
Regulá tu disponibilidad “Online” para realizar gestiones concretas que puedas comenzar y terminar.
Realizá un seguimiento de lo que comenzaste a gestionar en el inicio del día y hacete un informe personal para saber qué ajustes necesitás hacer para mejorar.
Pregúntate cuál es tu nivel máximo y observate: si no estás alcanzándolo, sólo es cuestión de tomar una decisión.
Asumí la responsabilidad del rol que ocupás, con todas las tareas que esto implica.
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