Por: Ivana Slipakoff
Recibo una invitación a un espacio desconocido, la dirección no es de público conocimiento. Al llegar veo que es una casa, un PH precisamente. Esta invitación viene de la mano de vino y bruschettas, siento estar en un evento privado, en un cocktail. Al entrar al PH nos ubicamos en sillas y tarimas en medio del living, es el living de la casa, nada busca distanciarnos de ese factor, de hecho a medida que avance la obra me sentiré cada vez más cómoda con la idea de estar dentro del escenario.
Estamos dentro de su casa, no hay cortes claros entre escenas por que no se conciben como actos separados sino todo un día en el mismo lugar, no hay noche, no hay día. No sabemos cuántas horas de ficción pasamos observando.
Al comenzar la obra Ojalá las paredes gritaran vemos a un joven Hamlet millenial con todo lo que eso compete. ¿Qué pasaría si Hamlet tiene veintipico de años y su padre es asesinado por su tío? ¿Qué le pasaría a Hamlet millenial si su tío comenzara a decirle “hijo”? ¿Cómo transita un millenial el duelo de su padre? Esas son algunas de las preguntas que veo representadas y busco a lo largo de la obra.
Esta adaptación es un enorme desafío. La obra tiene su carácter de site specific al elegir un espacio tan particular para realizarla. La obra representa a Hamlet con todos los traumas que ya de por si sufre un millenial en la cotidianidad y a eso se le suma que su padre muere y su tío se casa con su madre. Es como si Hamlet fuese una excusa para contarnos la historia de este joven que no sabe que hacer de su vida, algo que nos pasa o pasó a todos entre los veinte y treinta años.
Los actores están muy bien elegidos, se nota que hubo un gran trabajo de personalización. Polonio y Ofelia tienen rasgos muy similares entre ellos y muy dispares si se comparan con los de Gertrudis, Claudio y Hamlet. Los vestuarios a su vez remarcan esta diferenciación, Ofelia y su padre usan ropajes más tradicionales, más shakesperianos y los demás llevan puestas prendas más modernas y actuales.
El PH está dividido en espacios, espacios que denotan haber sido muy transitados por los actores antes de decidir cómo utilizarlos. Cada momento está perfectamente ubicado dentro del living, las luces - el PH tiene instaladas cantidades de luces que superan las requeridas en un espacio habitacional- se utilizan constantemente siendo manipuladas por los mismos actores dándole un clima muy particular a cada momento. El espacio pareciera ser habitado por un director de cine, la cantidad de luces, las ubicación de éstas, lo pensado de cada rincón me denota a cierta dirección de arte de película.
Polonio, Ofelia, Claudio, Horacio, Gertrudis y Hamlet van recorriendo la casa, el castillo, se mueven, salen, se gritan, cantan y bailan, cautivándonos cada vez más. Hamlet transita el duelo acaparando toda la atención y el espacio posible, extasiado recorre toda la casa sin frenar. Incita, provoca, se rebela. Busca demostrar constantemente su disconformidad, extraña a su padre y sabe que hay cosas sobre su familia que no están, ni estarán bien.
Las actuaciones son excelentes, Hamlet es sorprendente y el resto del elenco no se queda atrás. Todo está meticulosamente calculado, cada espacio pensado para atraernos y convocarnos, los diálogos, los movimientos, las voces, los gritos. Es una obra muy convocante y atractiva. Es una adaptación que supera los límites y los transforma.
Puedo decir que no es difícil ponerse en el lugar de Hamlet, para nada. Y más viendo esta representación tan actual, el dinero que corrompe a la familia, el egoísmo que reina cada día más en nuestra sociedad, son cosas que se viven a cotidiano. Pero Hamlet nos desafía y va siempre por más, cuando creemos que las aguas se calmaron nos da un baldazo de agua fría.
Ficha técnica
Autoría:
Paola Lusardi, Leila Martínez
Sobre textos de:
William Shakespeare
Actúan:
Santiago Cortina, Martin Gallo, Augusto Ghirardelli, Mariana Mayoraz, Julián Ponce Campos, Antonella Querzoli
Vestuario:
Paola Lusardi
Música:
Ignacio Cantisano, Santiago Cortina
Colaboración en vestuario:
Vanesa Abramovich
Colaboración en dramaturgia:
Andres Granier
Diseño de movimientos:
Marina Cachan
Director asistente:
Leila Martínez
Dirección:
Paola Lusardi
Viernes a las 21
Domingos a las 14
Entradas por mail: ojalalasparedesgritaran@gmail.com
Whatsapp: +(54911) 3142-5649
Redes sociales: ojalalasparedesgritaran