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CULTURA

¿SI NO ARDEMOS NOSOTROS QUIÉN ILUMINARÁ ÉSTA NOCHE?

Fuimos a ver " Fín de diciembre" de Ricardo Halac, y aquí está nuestra apreciación de la obra.

Por Yako Laus

 1era. señal: Una obra en su tercera función y un público que a duras penas colma la mitad de las butacas.

            Se conocen varios motivos por los cuales a una obra pequeña como "Fin de Diciembre" de Laphitz y Halac podría costarle llenar la sala de No Avestruz: Gente de vacaciones, crisis económica, un calor que asedia y el aire acondicionado que enamora. Sin embargo, se me ocurren también motivos por los cuales, estando en su tercera función, podrían haber conseguido algo más de público: Entradas accesibles, autor y director ambos reconocidos, un lugar ubicado en una muy buena zona de bares y restaurantes - cosa que siempre se agradece - pero, sobre todo, seis actores en escena (¿Dónde están la familia y los amigos cuando se los necesita?).

Entonces ese fue el paisaje que encontramos junto a P. al entrar a la sala. Así las cosas, elegimos butacas - prácticamente al centro - y nos dispusimos al goce teatreril.

2da. señal: P. saca el celular para ver la hora a los quince minutos.

Primero lo primero, ¿de qué trata la obra? Tres amigos – el militante, el músico y el hijo de dueño - pasan juntos Año Nuevo en la chacra del último de ellos. Ambientada en lo que fueron los tres primeros y únicos años de la Alianza en el gobierno, el relato cuenta también con la figura de la hija del casero, la del abogado inescrupuloso y la de su silenciosa acompañante que se van sumando a escena con el devenir de los minutos. En lo sucesivo, con sus aparentes dolores y frustraciones a cuestas, estás seis almas formarán un verborrágico cóctel sobre el que cabalga la hora y cuarto de duración de la obra.

Sin embargo algo ocurre. No van quince minutos que P., sí, mi hermosa P. saca el celular para ver la hora. ¿Estará preocupada? ¿Apurada? ¿Esperará una noticia importante? ¿La podré ayudar? Nada de eso. Le pasa lo mismo que a mí. A los quince minutos la obra deja al descubierto sus hilos y ya no hay mucho más que esperar. Diálogos rígidos ("Los viejos con sus absurdos temores y consejos"), sumamente explicativos/explícitos y un vocabulario fuera de contexto ("Su aroma no tiene nada que envidiar al que exhalan éstas Madreselvas") alejan al público de una forma tan rápida que resulta difícil empatizar con los personajes. Y, entre nosotros, dudo que a nadie le resultara más fácil que a mí empatizar con treintañeros borrachos trenzados en una disputa verbal.

3era. señal: Promediando la obra, tres personas ya fueron y volvieron del baño.

Ahora, hay tres reglas que a mi entender son fundamentales en una narración: La verosimilitud de los diálogos, el privilegiar lo que no se dice sobre lo que se dice - La "Ley del iceberg" que tan famosa hizo E. Hemingway - y el no-forzamiento a un personaje a hacer aquello que no haría por desarrollo natural de los acontecimientos. En éste sentido, y bajo el humilde entender de éste servidor, ninguna de las tres reglas se cumplen. Quedará para el imaginario del lector o para el avezado investigador, verificar si no se cumplen por deseo consciente del autor o por algún otro motivo oculto. En lo que respecta al no-forzamiento del personaje, me gustaría aclarar lo siguiente: Para ser creíble, un personaje debe tener ciertas características de las cuales se destaca una estricta coherencia entre el devenir de los acontecimientos y las acciones llevadas a cabo por el mismo. En caso de que no fueran coherentes la una con la otra, debería ser manifiesto el por qué de ese accionar. En éste caso nada de eso ocurre y los personajes se lanzan a largas peroratas o se pelean unos con otros sin una causa aparente, al menos en lo inmediato, que justifique esas andanadas verborrágico-catárticas.

Cierre: La frase del título es del gran poeta francés Henri Michaux y en mi opinión hace referencia a lo siguiente: Un fuego que arde puede servir para iluminar o para incendiar, para construir o para destruir, y es en esa dicotomía que se mueven los personajes con su patetismo a cuestas mientras transitan lo que quizá es la noche más mística de nuestro calendario occidental.

De nuevo se le agradece a la sala estar ubicada en un punto con tantos delights gastronómicos a mano. Una buena cerveza artesanal y una pizza de rúcula y parmesano es lo que vas a querer ni bien termine la obra.

FICHA TECNICA:

Fin de Diciembre de Ricardo Halac

Dirección: Lizardo Laphitz

Actores: Federico Dayan, Gabriel de Coster, Santiago Giarini, Rosario Jaimes, Nicolás Mizrahi, Rocío Magalí Rivera.

Duración: 75 minutos

Función: Viernes a las 20 hs.

Sala: No Avestruz, Humboldt 1857

Localidades: $200.- Jubilados y estudiantes: $150.-

Reservas: www.noavestruz.com.ar/reservas

reservas@noavestruz.com.ar

www.facebook.com/findediciembre

 

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