Las fuerzas melancólicas del ocaso dominguero vapulean mi ánimo. Mientras camino al subte junto a mi amigo D. rumbo hacia el centro, me pregunto por qué se me habrá ocurrido pedir las acreditaciones?.
Es verdad que me quejo de lleno. El elenco es descomunal, Kartún y Melingo no suelen errar, y el Caras y Caretas es una sala hermosa. Pero, errar es humano, mañana empieza la semana, ir al centro, volver del centro… Sinceramente, nunca fui un adepto del formato monólogo y, además, a esta altura del partido, ¿Qué más se puede decir sobre la peste? ¿Quién puede querer escuchar siquiera algo mínimo sobre la peste?
Como suele pasar, el teatro dinamita los prejuicios. El Dios teatro siempre gana.
En el concurso de micro monólogos sobre la pandemia que se desarrolló a principios del 2020, de 2500 textos concursantes, el maestro Kartún, tuvo que elegir solamente a diez. El común denominador de la selección es el humor. La risa es la propuesta y el estado permanente del público. Reírse de la pandemia, del miedo, del encierro, del hastío, de la soledad. Reírse de personajes que fielmente personifican las neurosis porteñas – tan agravadas por la pandemia – que significa, en definitiva, reírse de nosotros mismos. “Sacar belleza de este caos es virtud” dice Cerati. Virtuosos textos, virtuoso elenco, virtuosa dirección.
A lo largo del concierto de monólogos, vemos desfilar a toda una serie de espejos en los que nos podemos ver reflejados. Un médico desbordado en el frente de batalla que trata de acompañar a su madre; un padre desesperado por la convivencia con su hijo pidiendo encarecidamente ayuda al gabinete escolar; una vecina que quiere lucirse ante las miradas desde los balcones; un profesor de teatro que resiste e intenta dar sus clases por teléfono; un ex novio resentido y agobiado por la soledad que envía y borra compulsivamente mensajes de voz a su ex; una mujer erotizada e insomne con fantasías en donde habitan personajes de comics; un actor desocupado que ya no sabe con quién hablar; un hombre que debe competir con una rata macho por su partenaire en una casa donde no se saca la basura; y una mujer desesperada por masificarse, por ser multitud, ansiosa por participar de una fiesta global y desenfrenada.
En la saturación de lo cotidiano, con la vida confinada y la incertidumbre generalizada, las paredes se agrietan ante el deseo y el arte. Los textos de la obra fueron producidos en este contexto y aportan un testimonio de época, lugar y cierto sector social. Asimismo, al narrar un hecho colectivo como la vivencia de la pandemia, del que todos sin distinción somos parte – aunque desde ya que las experiencias son siempre únicas y subjetivas – la complicidad entre los actores y el público se ve facilitada por la experiencia común.
La interpretación de los actores es, sin exagerar, maravillosa. Un elenco compuesto por gente de la talla de Gustavo Garzón y María Onetto merece los aplausos que se lleva en cada encuentro. Sería muy injusto de mi parte destacar alguno de los monólogos. Para mí todos rozan la excelencia en materia actoral, y no encuentro baches o momentos en donde la concatenación se caiga. El ambiente dado por la iluminación y la música fusionada con el ritmo de la obra aportan un clima y una estética bien logradas.
“Algún día estaremos en el teatro y nos reiremos de todo esto” a más de uno se le habrá cruzado este pensamiento durante el aislamiento. Bueno, la cosa todavía no termina, pero por el momento se puede igual. Ojo, eh. Quedan solo dos funciones. Domingo 20 hs. Sala Caras y Caretas.
Con D. salimos del teatro y nos vamos a cenar al centro. La noche está para patear. Mientras caminamos vamos desgajando la obra y nos descostillamos recordando momentos épicos. La noche termina en la plaza de tribunales con una lata de cerveza cada uno. Luego, un largo rato en la parada. Tengo la teoría de que por las noches, en el centro, se forma una neblina en donde los bondis suelen perderse o se demoran en alguna otra dimensión. Por eso uno puede esperar tranquilo y observar las secuencias que, como por generación espontánea, suceden en esta zona de la ciudad.
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Edición de video: Melisa Navarro, Raúl Otero
Música Incidental: Martín Pavlovsky
Cámara: Sergio Chiossone, Adrián Martínez, Francisco Rodríguez
Fotografía: David Subi
Asistente de producción: Rosario Vera
Prensa: Marcos Mutuverría
Producción técnica: Carlos Rodriguez
Producción: Horacio David
Supervisión dramatúrgica: Mauricio Kartun
Selección De Textos: Mauricio Kartun
Dirección general: Marcelo Melingo
Obras que forman parte del espectáculo:
La Rata
El Celular a la mano
Super Vuelo
Globalisiados
Contexto Ligado
Difícil
Tornasolado
Una broma solo
En casa
Quince