Por Yair Laus
Salvo en algunas épocas oscuras como al inicio de los años noventa, la Argentina resultó ser un país altamente politizado. Existe y existió una gran parte de la sociedad, de tendencia ideológica indistinta, que siempre supo defender sus ideales ora con golpes de estado y propaganda engañosa, ora con manifestaciones de carácter popular. Tanto así que en los últimos años se puso de moda el concepto de grieta para darle nombre a esta fuerte división ideológica, en apariencia irreconciliable, entre dos sectores contrapuestos de la sociedad. Esta grieta, siempre existente aunque invisibilizada, se ha encargado de barrer amistades y familias enteras enemistando unos con otros. Escuché hablar de cuchillos, saleros, ceniceros y hasta de chorizos voladores como parte de una trifulca en medio de un asado. Puedo levantar mi mano derecha y jurarlo. En este contexto, ir a ver una obra sobre política - en el sentido clásico de la palabra - puede ofrecer no sólo un buen show sobre las tablas sino, de seguro, un gran show por parte del público también.
Como sucede en la mayoría de las obras, vi la excelentísima El enemigo del Pueblo - con actuaciones entre otros de Juan Leyrado y Raúl Rizzo - rodeado en su mayoría de críticos, artistas y familiares que conformaban un público claramente identificable como intelectual de izquierda o de centroizquierda. Así, los abucheos, los gritos y los aplausos estaban claramente dirigidos según a qué personaje le tocara hablar. Cuando el intendente se queja del gasto que conllevaría el arreglo de las napas y el trabajador le responde que entonces tendrían que gastar menos en publicidad, el público estalló en una orgía de risotadas y aplausos. Cuando el médico, desesperado por la poca atención que reciben sus advertencias respecto a la contaminación, grita a los cuatro vientos BURÓCRATAS DE MIERDA!, el público estalla en vitoreos que duran sus buenos dos o tres minutos. Para ser honesto, dudo que algún político - sobre todo de la gestión actual - se anime a pisar alguna vez esa sala y correr el riesgo de sentirse toro en rodeo ajeno. Como excepción, vale destacar la presencia del ex Jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman y del opositor y ex Ministro de Educación Daniel Filmus, representantes políticos del ala más progresista de la Ciudad.
Hablar de la obra es decir que 130 años después de escrita, esta comedia dramática posee una rabiosa actualidad. Son seis personajes en escena (el médico, el intendente, el terrateniente y dueño de los medios de comunicación, el trabajador, la esposa y la hija del médico) más uno que por invisible no resulta menos importante: el pueblo. Si en los cincuenta, Perón dijo “El pueblo nunca se equivoca”, ya setenta años antes Ibsen parecía no estar muy de acuerdo con esa afirmación. Por el contrario, parecía pensar que la gran falla de la democracia estaba, justamente, en el demos. En el pueblo. Ibsen veía en las mayorías a un grupo de gente ignorante que prefería mantenerse en la comodidad del desconocimiento, a tener que involucrarse activamente en la vida de la sociedad y con un detalle no menor: el pueblo de Ibsen sublima sus culpas a través del voto. A lo largo de la obra un hecho se debate entre lo inmediato y lo importante, entre lo tangible y lo intangible. Se acerca la temporada de verano y las aguas de las termas, principal atracción turística de un pequeño pueblo, se encuentran infectadas. ¿Qué hacer? ¿Mantener este brote en el más oscuro de los secretos y seguir como si nada pasara o dar el alerta por la infección, cerrar las piletas por dos años – según el intendente – y perder el ingreso económico y las fuentes de trabajo que ellas representan? Las infecciones, por supuesto, pertenecen al campo de lo intangible. ¿Quién puede asegurar cuánta gente se va a infectar durante la temporada? ¿Quién siquiera puede asegurar que alguna persona fuera a infectarse? Por el contrario, la pérdida de ingresos y de trabajo provenientes del cierre de las termas, pertenecen al campo de lo tangible. Sin turismo no hay plata, sin turismo no hay trabajo. Un resultado exacto como una ecuación. A partir de estas posturas contrapuestas, tanto el médico como el intendente harán uso de la retórica para convencerse entre ellos y al pueblo - a esa masa ibseniana, mediocre, inculta, ignorante y autoindulgente - de que se decanten por una u otra opción. Quién ganará el duelo entre honestidad y demagogia, lo dejo como hangcliff para que vayan a verla, pero ahí va una pista: ¿A alguien le gusta que le echen en cara sus propios defectos?
Cómo se dijo en un principio, encontrar paralelismos entre la encrucijada a la que se encuentra sometido este pueblito y nuestra realidad, es una tarea de tontos. Allí tenemos las minas cordilleranas a cielo abierto en San Juan, La Rioja y Catamarca, la intención de explotar los glaciares y el fracking. Hay, también, una creciente precarización en la calidad de vida... En fin, para muestra basta un botón. ¿Durante cuánto tiempo los políticos, los empresarios y los medio de comunicación nos van a hacer creer que la explotación no sustentable de la naturaleza y de los recursos humanos son la única forma de generar trabajo y traer el progreso? ¿Hasta cuándo vamos a creer que lo inmediato debe prevalecer ante lo importante? Parece ser que hace 130 años Ibsen ya tenía una respuesta... y no creo que al pueblo le guste mucho saberla.
FICHA TÉCNICA
Autoría: Henrik Ibsen
Adaptación: Lisandro Fiks
Versión: Lisandro Fiks
Traducción: Lisandro Fiks
Actúan: Romina Fernandes, Juan Leyrado, Edgardo Moreira, Bruno Pedicone, Viviana Puerta, Raúl Rizzo
Músicos: Lisandro Fiks, Emanuel kiki Gaggino, Santiago Martínez, Analía Rosenberg, Rodrigo Soko
Vestuario: Micaela Sleigh
Escenografía: Micaela Sleigh
Iluminación: Agnese Lozupone
Música original: Lisandro Fiks
Asistencia de iluminación: Maria Cecilia Font Nine
Asistencia de vestuario: Josefina Minond
Asistencia de dirección: Rosana Rodríguez, Daniela Sitnisky
Dirección: Lisandro Fiks
TEATRO REGIO
Avda. Córdoba 6056 Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4772-3350
Web: http://www.complejoteatral.gob.ar
Entrada: $ 195,00 / $ 140,00 - Domingo - 20:00 hs
Entrada: $ 100,00 - Jueves - 20:30 hs
Entrada: $ 195,00 / $ 140,00 - Viernes y Sábado - 20:30 hs