Por Candela Ben. Especialista en Protocolo y Buenos Modales.
La emoción y los sentimientos del primer viaje como empresario pueden nublar la visión en cuanto a los requisitos básicos para un viaje de negocios.
Causa una excelente impresión saber los nombres de los anfitriones del lugar de destino, sus esposas e hijos. Si se alojará en la casa de unos de ellos, con anticipación compre un presente.
A la hora de reservar el hotel, ponga atención en que el establecimiento acepte su tarjeta de crédito, no se pierda en la página de reservas mirando el spa, el casino o la habitación. No hay papelón más grave que pedirle dinero al anfitrión para pagar su estadía.
Para su mayor tranquilidad al momento de adquirir un paquete de asistencia para el viajero asegúrese de que el mismo contenga el recupero del equipaje en caso de pérdida y el pago de un alojamiento en caso de vuelo cancelado ya que todos sabemos que cuando empezamos a emprender, el dinero no siempre sobra para imprevistos.
Uno o dos días antes del vuelo, asegúrese un auto que lo busque para ir y volver del aeropuerto. Intente no sacarse los zapatos en el vuelo, ya que sus pies se hincharán y cuando llegue a destino será difícil que entren en ellos suavemente. Para un viaje en paz, consulte a su médico, según su historia clínica, formas de disminuir los efectos del jetlag.
Tanto con el comisario de a bordo como con las azafatas, use un trato cordial y formal, evite términos como “gorda”, “flaco”, “pelado”,. Pueden de venir de países donde algunas de estas palabras son de mal gusto.
Trate de llevarse un libro para leer así no gasta sus últimos dólares en el freeshop del avión o en el areopuerto. Si no disfruta de la lectura, en algunos areopuertos puede alquilarse una habitación o entrada vip para las horas de espera.
Al llegar a destino, estudie las formas de saludo. No todos los países tienen los mismos modos. Si ya llegó a las altas esferas, solicite a su empresa un asesor en protocolo y ceremonial que lo guíe.