Los mitos urbanos se han encargado de torcer la historia acerca del lugar de confección de los sombreros más famosos y caros del mundo.
Lo cierto que es en Pile, Ecuador, donde se encuentra la manufactura de sombreros más fina y cara del mundo. También se mencionan ciudades como Montecristi y Cuenca.
Pile es en realidad un pequeño pueblito de un poco más de 1.000 habitantes, ubicado corta distancia del mar, específicamente del Océano Pacífico, en la provincia ecuatoriana de Manabí, la tierra donde crece la paja toquilla con la que se teje el sombrero que durante la primera mitad del siglo XX se comercializó mayormente a través del canal de Panamá, de allí la confusión con su nombre.
Su pobladores afirman,"Hacemos los mejores sombreros", que no dudan al momento de jurar y rejurar que el talento nació en Pile y de aquí pasó el sombrero a Montecristi y luego a Panamá". Es decir que peruanos y panameños, una vez que conocieron la trama, no hicieron otra cosa que imitarlos y así ganar un prestigio que es netamente de Pile, es decir de Ecuador.
"Ellos se crecen pero nosotros somos abandonados. Por eso el nombre de Montecristi o de Panamá en los sombreros. Pero nosotros hacemos los sombreros. Nosotros descalzos, rasgaditos". Es común que la manufactura se ubique en una región y el "marketing" en otra y ya se sabe, la publicidad y la comercialización suelen tapar a los verdaderos autores intelectuales de tan bonita prenda.
"Las calles de Pile son de tierra y para obtener señal de celular en el centro urbano hay que acercarse a la puerta de la iglesia, templo al que asiste dos veces por mes el sacerdote desde el vecino San Mateo a dar la misa.
Observando el pueblo desde la ruta que bordea la costa pacífica del país, uno difícilmente imaginaría que un producto salido de Pile puede ser adquirido por miles de dólares en el mercado internacional, pero de las manos de sus tejedores, o tejenderos como ellos se llaman, nace el sombrero que imita a la seda." dice el BBC Mundo
El Tejedor
"La gente se sorprende por el precio de los sombreros pero cuando los tocan se quedan más sorprendidos, porque parece seda de lo suavecito", cuenta con orgullo Simón Espinel, con orgullo y con conocimiento: una de sus creaciones puede venderse por más de 25.000 dólares en Estados Unidos.
Sentado en la sala de su casa le pregunto si es el mejor tejedor de sombreros del mundo.
Con la suficiencia de quien ha dado muchas entrevistas, me responde que todos los periodistas que lo han entrevistado (y han sido varios, desde National Geographic hasta la Radio Pública de Estados Unidos) le preguntan lo mismo.
"Puede que sea el mejor tejendero de Ecuador y del mundo, pero no de mi comunidad. Porque aquí todos sabemos tejer, yo simplemente me he sacrificado para llegar adonde estoy", afirma con su flamante camiseta de la selección ecuatoriana de fútbol, tan amarilla como el sol que arde sobre Pile.