Por Yair Laus
Con las primeras gotas de lluvia, una vez más avanzo en moto por las calles en busca de L. para ir a ver la obra que hoy me toca. Que hoy nos toca. Si no fuera tan impuntual, si hiciera las cosas como corresponde, podría dejar la moto en la puerta de su casa e ir en Uber, pero no. Mi problema de siempre con los relojes me obliga a no bajar de la moto e ir directo al Teatro Regina mientras cruzamos los dedos para que no nos agarre el chaparrón. Por suerte, algunas gotas en el camino no nos impiden llegar a destino virtualmente secos y, una vez más, casi puntuales. Hoy nos tocaba Ping Pong, una obra protagonizada por Daniel Hendler y Laura Cymer con la dirección de la famosa actriz pero debutante en dirección teatral, Verónica Llinás.
Con lo dicho en el párrafo anterior, quejarme sería una injusticia, pero no puedo evitarlo. Era una función especial para prensa y amigos por lo que uno se imagina que la ausencia de ciertas figuras pueda obligar a retrasar la obra. Pero lo cierto es que no es lindo esperar un inicio que se dilató cerca de 40 minutos. De todos modos ahí estábamos L. y yo dispuestos a ver qué pasaba en el escenario cuya única escenografía eran dos camas de una plaza unidas a la forma de una matrimonial. La historia cuenta sobre una pareja de mediana edad que de tan diferentes no podrían no estar juntos. Algo así como la famosa frase los polos opuestos se atraen. Estas situaciones de amor-odio, de constantes rupturas y reconciliaciones a lo largo de los años, por supuesto dan pie a algunas situaciones graciosas. Sobre todo aquellas que provienen de recriminaciones por parte de ambos bandos… y sin embargo hay algo que falta. Más allá de algunas risas (que L. no las entiende), sobre vuela la impresión de que la directora no ha logrado dar con la tecla para innovar sobre un tema tan viejo como la humanidad: el amor por sobre la incompatibilidad de caracteres. Todo funciona en base a hacer chocar dos personajes antagónicos, casi sin grises, que de tan definidos resultan un cliché: Él, un troglodita, un machirulo conservador de manual; y ella una mujer sensible – aunque irascible -, culta y progre.
Mientras los minutos se suceden no puedo evitar hacer una comparación – ya sé, comparar nunca es bueno – entre esta obra y Loop, una obra a la que acá le hice una excelente crítica. (http://turismocero.com/cultura/el-amor-en-clave-millennial/) Ambas tocan el mismo tema, pero mientras una se esfuerza en presentarlo como algo nuevo, diferente y fresco, como si fuera algo exclusivo, algo que casi disfrutaríamos que nos ocurriera; la otra lo presenta como algo ya visto, como un eslabón más de una cadena infinitamente reiterativa de parejas insatisfechas. Esta es la diferencia entre la invención y la repetición. Ambas funcionan, sí. Ambas hacen reír y empatizar con los personajes, también. Pero en dos niveles totalmente diferentes.
Por último, una vez más vale destacar la valentía de todxs aquellxs que, exponiéndose y poniendo desde un escenario su cuerpo en juego, eligen salir con el pañuelo verde, con el pañuelo de la vida y de la libertad de elección para hacer el cierre de la obra con las consecuencias que eso podría acarrearles.
FICHA TÉCNICA
Daniel Hendler y Laura Cymer
AUTORES: María Carmen Barbosa y Miguel Falabella
TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN: María Antonieta Eiras - Victor Gracía Peralta
VERSIÓN: Verónica Llinás
ESCENOGRAFÍA Y VESTUARIO: Alejandra Villar / Julia Di Blassi
MÚSICA: Gabriel Chwojnik
DIRECCIÓN: Verónica Llinás
PRODUCCIÓN: Chino Carreras
PRENSA:Tommy Pashkus
Teatro: REGINA
Av. Santa Fe 1235 Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4811-7678
Web: http://www.casadelteatro.org.ar
Días de función: Viernes, Sábado, Domingo
Precios: Desde $400 hasta $600
