La Tecnología tiene un papel determinante en lo cotidiano: el trabajo, la educación y la vida social. Pero es un área profundamente desigual entre las mujeres; quienes chocan constantemente con la estigmatización, la mirada estereotipada, la brecha salarial, discriminación y violencia.
Cuando en 2015, Sofía Contreras, Carolina Hadad, Melina Masnatta y Mariana Varela, autoras del libro "Chicas en Tecnología" (Penguin Random House) crearon la organización Chicas en Tecnología, con el objetivo de achicar la brecha de género en ese campo, el feminismo no tenía la fuerza de hoy en la escena pública. Y si bien se ganaron derechos, aún falta mucho.
"El libro evidencia las barreras que las mujeres enfrentan en el ambiente tecnológico", comentan las autoras. "Pero además propone cambios e ideas en educación, liderazgo, emprendedorismo, mentoreo. Rescata de la invisibilización a las pioneras y demuestra por qué es fundamental que haya cada vez más líderes mujeres y multiplicidad de voces. Es una invitación a reiniciar el sistema, a que las mujeres consideren a la tecnología como una aliada para mejorar el mundo".
Según la investigación realizada en alianza por Bid Intal y Chicas en Tecnología, sobre brecha de género universitario en las carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática (CTIM), se registraron un 33% de mujeres como estudiantes y 67% de varones, tanto en Universidades públicas así como privadas. Los egresados de posgrados en CTIM son 40 % varones y 17% mujeres. Según el informe, al intentar acceder, mantener y promoverse en una posición laboral, la mayoría de las mujeres enfrentan barreras vinculadas a estereotipos de género tales como ambiente masculinizado, prácticas rígidas que no permiten el equilibrio entre vida personal y profesional, diferencia de valoración de las capacidades técnicas de las mujeres respecto de sus pares varones.
