“El Marian”, Martín Ron y Mariela Ajras son los creadores de las obras que se inaugurarán el miércoles 17 de julio. Ubicados sobre la calle Uriburu, cada mural aborda tres temáticas distintas: la destrucción causada por el atentado terrorista, la respuesta del hospital ante la tragedia y el pedido de justicia.
El miércoles 17 de julio, a las 15:30, cuando falten horas para que se cumplan los 25 años del peor atentado terrorista perpetrado en nuestro país, tres murales gigantescos cambiarán la fisonomía de las paredes exteriores del Hospital de Clínicas, sobre la calle Uriburu.
Por iniciativa de AMIA, y de la mano del muralismo y el arte callejero, las obras serán una invitación permanente a recordar a las víctimas del ataque del 18 de julio de 1994, renovar el pedido de justicia, y reconocer y destacar la asistencia humana y profesional que brindaron médicos, enfermeras, auxiliares y voluntarios ante el horror desatado aquella mañana.
A partir de un acuerdo alcanzado entre AMIA y la Universidad de Buenos Aires (UBA), con el aval del Hospital de Clínicas “José de San Martín”, la Facultad de Medicina de la UBA, y el apoyo de los ministerios de Cultura y de Desarrollo Urbano y Transporte del gobierno porteño, esta nueva acción de recordación, -que implicó un gran trabajo de articulación para llevarla adelante-, propondrá un impactante ejercicio de memoria colectiva en el espacio público, para denunciar el olvido y la impunidad.
En el acto de inauguración estarán presentes el presidente en ejercicio de AMIA, Ariel Eichbaum, y el rector de la UBA, Alberto Edgardo Barbieri.
Los murales completarán, a su vez, el llamado “Corredor de la Memoria”, un proyecto que comenzó en 1999 cuando sobre la calle Pasteur se plantaron 85 árboles y se colocaron plaquetas conmemorativas con los nombres de las víctimas fatales del atentado. Reconstruido hace 20 años, el edificio de la AMIA se sitúa en el punto intermedio de esta recordación permanente en la vía pública. (ver “El Corredor de la Memoria”).
“Por su cercanía con la AMIA, el Hospital de Clínicas fue el lugar que recibió a la mayoría de las personas heridas tras la explosión de la bomba”, recuerda Ariel Eichbaum, presidente en ejercicio de la institución. “Mientras que sobre la calle Pasteur nos enfrentábamos a la cara más nefasta de lo que el hombre, cegado por el odio irracional, puede llegar a cometer, a pocos metros de la AMIA el personal del hospital demostraba la contraparte de ese horror. En plena emergencia, sus profesionales ponían en práctica la solidaridad, la atención, el cuidado al prójimo, y la defensa del valor de la vida”, concluye.
Con idea y curaduría de Elio Kapszuk, director de Arte y Producción de AMIA, el proyecto de los murales convocó a tres de los artistas más reconocidos de nuestro país en la técnica del arte urbano o callejero: “El Marian” (Mariano Antedoménico), Martín Ron y Mariela Ajras.
“Nuestro objetivo fue hacer visible al Hospital de Clínicas como un lugar simbólico de la memoria”, destaca Kapszuk. “La memoria necesita de conmemoraciones, pero también de creaciones de lugares para recordar. Sin estos lugares, que representan una conmemoración en el propio territorio, el paso del tiempo borraría las marcas de las tragedias casi en forma instantánea”, advierte el curador.
Por eso, con esta gran intervención artística, desde AMIA se propuso trabajar también desde la carga simbólica que tiene el lugar que asistió a los heridos, y desde lo que significa el atentado terrorista para la propia identidad del hospital.
A partir del 17 de julio, quienes transiten por las inmediaciones de la avenida Córdoba y la calle Uriburu encontrarán finalizadas tres expresiones de arte callejero, que desde una figuración realista, abordarán diferentes dimensiones de la tragedia con la potencia comunicativa que tiene el muralismo.
A cargo de “El Marian”, la primera obra hará referencia al 18 de julio de 1994, después de las 9:53, hora exacta de la explosión de la bomba. La obra también reflejará como en medio de la destrucción y el horror, cadenas humanas trataron de rescatar vidas entre los escombros.
Realizado por Martín Ron, el segundo mural estará dedicado a los trabajadores de la salud del Hospital de Clínicas, quienes el día del atentado pusieron en acción toda su humanidad y profesionalismo en la tarea de salvar vidas y curar a los heridos.
Por último, a 25 años del atentado, la artista Mariela Ajras trabajará sobre la idea de cómo el paso del tiempo terminó transformando la esperada justicia en impunidad.
Con estas obras, se logrará reafirmar una premisa vital para la AMIA: “En tiempos de impunidad, en ninguna expresión artística que incluya la recordación puede estar ausente el reclamo de justicia,” concluye Kapszuk.
La realización del proyecto de los murales fue posible gracias a un acuerdo firmado entre las autoridades de la UBA y la AMIA, y contó con el apoyo del Hospital de Clínicas, la Facultad de Medicina de la UBA, los Ministerios de Cultura y de Desarrollo Urbano y Transporte del gobierno porteño, Fundación IRSA, DESA - Desarrolladora Energética S.A., Laboratorio ELEA, Sinteplast y El Galgo.
El Corredor de la Memoria
Desde la avenida Corrientes hasta la avenida Córdoba, la calle Pasteur se transformó en un espacio permanente de recordación a las 85 víctimas y a los más de 300 heridos que dejó el peor atentado terrorista perpetrado en nuestro país.
“El Corredor de la Memoria” comienza en la estación de subte “Pasteur-AMIA” de la Línea “B”, que fue reinaugurada el 18 de junio de 2015. Con intervenciones, murales, dibujos, fotografías y reproducciones de 25 artistas que renovaron por completo el lugar, la estación manifiesta, a través del arte, y en un lugar de tránsito cotidiano, el reclamo de justicia y la necesidad de frenar el trabajo corrosivo del olvido.
Saliendo de la estación en sentido a la avenida Córdoba, las veredas de ambos lados de la calle Pasteur recuerdan a cada una de las 85 víctimas fatales del atentado terrorista. Desde 1999, sus nombres y apellidos están inscriptos en una placa que por las noches se ilumina con tecnología LED. Al lado de cada placa, un árbol homenajea a cada persona asesinada en el atentado.
Al llegar a Pasteur 633, el edificio de la AMIA es también una invitación a la memoria. Sobre las planchas negras que cuelgan de su fachada, figuran escritas en color blanco, cada uno de los nombres de las 85 víctimas fatales.
Reinaugurado el 26 de mayo de 1999, el actual edificio fue construido sobre el pozo y las ruinas del viejo edificio que fue atacado y derrumbado el 18 de julio de 1994, y cuya construcción databa de 1945. Renacer en el mismo lugar fue una decisión que se adoptó como una manera de simbolizar el triunfo de la vida sobre la muerte.
“El Muro de la Memoria”, la gigantesca obra creada por el artista Martín Ron, a pedido de la institución, también forma parte del “Corredor de la Memoria”, y puede verse claramente desde el exterior.
La obra fue realizada a partir de dos columnas que se conservan del viejo edificio de AMIA, destruido en el atentado. Con esta obra, se buscó volver a hacer visibles esas marcas de su antigua sede, que permanecieron tras la destrucción, y poder resignificarlas y ponerlas en valor a partir del arte urbano (“street art”) o callejero.
“El Muro de la Memoria” fue descubierto el 28 de junio del año pasado, y formó parte de una serie de iniciativas que se organizaron en 2018 para honrar a las víctimas del ataque terrorista y renovar el pedido de justicia.
Al llegar a la avenida Córdoba, se podrán ver los tres murales que se inaugurarán el 17 de julio, y que exteriorizan, a través del arte, la hermandad existente entre el Hospital de Clínicas y la AMIA, y el agradecimiento de la institución y de toda la sociedad por la excepcional manera en la que los profesionales respondieron ante la catástrofe
Las tres obras, que concluirán el “Corredor de la Memoria”, serán una poderosa herramienta visual y artística para reforzar, de manera permanente, una premisa fundamental para AMIA: “No existe construcción del presente sin el entrenamiento permanente de la memoria”.