Vuelvo a escribir luego de unas pequeñas vacaciones teatrales, dejando de lado el FIBA (el cual disfruté bastante) poco suele estrenarse en los meses veraniegos.
POR: IVANA SLIPAKOFF
La obra que vengo a reseñar esperó a marzo para ser estrenada, precisamente al 7 de marzo día en el que el auditorio del Club Cultural Matienzo dió sala a 4MPUS, 4 movimientos para una sinfonía. Dirigida e interpretada por Agustina Sario y Matthieu Perpoint esta propuesta revuelve el escenario hasta dejarnos dentro del mismo.
Nunca había ido a ver una obra al auditorio del Matienzo, lo conocía por otras actividades y siempre me pareció un espacio muy amistoso y bien preparado para un espectáculo. Sé que al entrar al espacio me espera algo diferente, ya acostumbrada a las propuestas de integrantes del Grupo Krapp.
El olor a comida recién horneada se mete por mis fosas nasales apenas piso el escenario, sí en éste auditorio se ingresa por el escenario, pienso que quizás quienes forman parte de la obra estuvieron cenando poco antes de dar sala...pero a la vez lo dudo. Es cuando veo el horno prendido en medio del escenario que ato los cabos de mis suposiciones. Ver un horno prendido me parece un guiño interesante siendo las 20.30hs de un día de semana.
Al sentarnos observo que no sólo hay un horno, sino que toda la escenografía existente es una mesada de cocina. Está llena de condimentos, bowls, ollas y sartenes.Pinta bueno ya con sólo verlo. Además de esta mesada, al fondo se proyectan imágenes y sobre esa misma pared hay un lienzo grande desplegado. Son bastantes mis expectativas al ver comida en escena.
Agustina aparece sentada limándose las uñas mientras espera la cocción del horno, está esperando a alguien, está nerviosa. Ese instante me lleva a mi propia experiencia esperando gente, ese nerviosismo de que todo esté a tiempo, de arreglarse una misma y a su vez cocinar sin ensuciarse, decidir cuándo bañarse para estar perfecta cuando lleguen lxs invitadxs.
Ella empieza a producirse, a maquillarse, pero no lo hace con productos cosméticos...lo hace con los mismos ingredientes que venía usando para cocinarse unas ricas milanesas.Todo esto al ritmo frenético de muchos audios de whatsapp de amigas y/o familiares que le pasan su propia receta de cómo hacer una milanesa especial.
Agustina se arregla a la vez que se desarregla, se ensucia con todo lo que encuentra para finalizar intacta. Es hermoso lo que pasa en ese momento, al principio causa un tanto de desagrado pero dos segundos después entro en su lógica y me parece visualmente muy atractivo que se esté embadurnando en huevo con perejil, pasándose la carne cruda por todo el cuerpo...es algo maravilloso de ver.
En medio de toda esta secuencia nos empiezan a ofrecer vino y milanesas, empezamos a ser parte de esta obra, ¿seremos sus invitadxs?
Yo creo que sí, pero a la vez Matthieu entra en escena y todo empieza a ser un ritual erótico danzado. La danza, sus cuerpos, harina y proyecciones se entremezclan para ofrecernos un espectáculo visual muy llamativo.
El amor y el erotismo es algo que es demasiado personal, nos gusta conversarlo en cenas con amigxs, pero al fin y al cabo sabemos que no contamos todo lo que queremos contar.
¿Qué es erótico para vos? ¿Qué te erotiza? ¿Qué te parece poco erotizante pero sabes que a otras personas les encanta? Hay límites, todxs los tenemos, y en esta obra nos llevan a pensar cuáles son los nuestros.
Quedan pocas funciones de la obra, si algo de todo lo que escribí lxs mueve, recomiendo que se apuren. Mañana, jueves 28 de marzo, a las 20.30hs es la última función pero a pedido del público se agregó una más el martes 2 de abril.
Ficha técnico/artística:
Dirección e interpretación: Agustina Sario y Matthieu Perpoint
Iluminación: Adrián Grimozzi
Diseño escenográfico: Leandro Egido
Creación musical: Matthieu Perpoint y Demián Velazco Rochwerger
Video: Joaquín Wall
Asesoramiento estético: Fabiana Barreda/ Andrea Saltzman
Sonido: Federico Spinelli