El Camino de Santiago es, por su propia naturaleza e historia, mucho más que un itinerario cultural.
Quienes lo han hecho se quedan fascinados para siempre, y con eterna voluntad de repetir, de hacerlo una y otra vez, porque cuentan que cada viaje es diferente y único.
Quienes no lo han hecho, anhelan hacerlo. Sueñan con la Ruta Jacobea, con sus secretos, con sus leyendas, con sus cientos y cientos de historias, con las muchas sorpresas que depara…
En realidad, todos albergamos ensoñaciones jacobeas en nuestros corazones. Y es que el Camino de Santiago es un sendero de sensaciones, una emoción constante que te hace vibrar de forma sabia y equilibrada.
Asturias ostenta el privilegio de ser cuna y origen de este gran itinerario cultural y espiritual. Por esta razón, hay algunas cosas que debes conocer sobre aquel primer Camino que afloró para la Humanidad en plena Edad Media.
De modo que no es casualidad que el Camino Primitivo haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2015.
Por todo ello, ¡Aquí tienes 10 cosas que tienes que saber sobre el Camino Primitivo!
El Camino Primitivo, la Ruta Jacobea más antigua
El llamado Camino Primitivo, por ser el primero que existió, parte de la capital asturiana, Oviedo/Uviéu, y recorre unos 170 kilómetros por el interior de Asturias, hasta Grandas de Salime, último territorio astur de este Camino.
Son 7 etapas de lo más ameno. Etapas impregnadas de Historia, de leyendas, de un pasado de pasión y conocimiento, de arte… Un pasado donde sale a tu encuentro el antiguo Reino de Asturias, y todas y cada una de sus enjundiosas historias.
En el Camino Primitivo respirarás una saludable antigüedad. Caminarás en realidad por el origen de todo, y esta circunstancia lo hace especial y diferente.
Alfonso II, el creador prodigioso
Corría el convulso siglo IX en Europa. El continente estaba envuelto en un desencuentro de civilizaciones, y el cristianismo abordaba el reto de su afirmación en los distintos reinos.
En el epicentro de esta coyuntura histórica, un pequeño reino, bañado al norte por el mar Cantábrico, y al frente de este reino, Alfonso II, apodado el Casto, y del que cuentan que hizo de su vocación regia un verdadero sacerdocio.
Alfonso II será el artífice filosófico, espiritual y geopolítico del Camino de Santiago.
Su figura comenzará a resultarte familiar cuando hagas el Camino Primitivo. Será una especie de peregrino omnipresente, dado que en realidad fue el primer peregrino de la Historia.
Así que te lo encontrarás en la plaza de la Catedral de Oviedo, que lleva su nombre, y también en Santiago de Compostela.
El origen del Camino
¿Pero qué fue lo que motivó el nacimiento del Camino de Santiago? Pues la ruta jacobea fue una estrategia inteligente y pacífica para aglutinar a toda la cristiandad de Europa occidental, en torno a una utopía espiritual única en la Historia de la Humanidad.
Se trataba de alcanzar la tumba del apóstol Santiago en el “campus stellae”, justo al lado del fin del mundo conocido hasta entonces - el finis terrae -, en aquella prolífica Edad Media.
Y es entonces cuando Alfonso II idea esta peregrinación única, que con el devenir del tiempo se ha convertido en un acontecimiento universal.
Una frase que te marcará un destino
Tal vez escuchaste alguna vez una frase mítica, que forma parte del universo colectivo de emociones y experiencias relacionadas con la Ruta Jacobea…
La frase es esta: “Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no al Señor”. ¡Y es tan expresiva e incluso descriptiva de lo que fue ocurriendo con el transcurso del tiempo!
Porque la Catedral de Oviedo/Uviéu se convirtió no solo en el origen o principio del Camino, sino también en el final de la peregrinación jacobea, y ello gracias a la importancia de las reliquias conservadas en su Cámara Santa, principalmente el Santo Sudario, y las cruces de los Angeles y la Victoria.
Por eso, esta frase tiene un alto valor y te marca un destino, y ese destino es pasar por San Salvador de Oviedo sí o sí en tu peregrinación jacobea.
Una sucesión de paisajes irrepetibles
El Camino Primitivo es una sucesión de paisajes irrepetibles. Entre todos los Caminos jacobeos, destaca por la diversidad de sus parajes y rincones.
Camino verde, a menudo frondoso, a veces abierto al cielo. Bosques, ríos y arroyos. Montañas y valles. Escarpadas laderas, y de vez en cuando bienvenidas llanuras.
Camino con desniveles que requieren tu esfuerzo. Con puertos de montaña. Camino con tintes legendarios. Con iglesias y colegiadas, o recónditas ermitas. Con aldeas de cuento e históricas villas. Con vestigios de hospitales y con fascinantes monasterios.
Un Camino de anécdotas inolvidables, de imborrables recuerdos y de emociones a flor de piel… ¡Es el inefable Camino Primitivo!
Villas históricas que enamoran al peregrino
El Camino Primitivo fue haciendo crecer las villas y pueblos que atravesaba y atraviesa. Dándoles vida, al mismo tiempo que ellas les daban vida a los peregrinos y su esforzado deambular.
No hay Camino si no hay villas. Esas que te esperan con los brazos abiertos con su calles y plazas, con sus palacios, con sus capillas, iglesias o colegiatas. Con sus albergues y su cosmopolita ambiente jacobeo. Con sus mercados.
Grau/Grado, Salas, Tinéu o Pola de Allande, cada una de ellas con su estilo, con su impronta y con su Historia, aportan al Camino lustre, arquitectura, ambiente, y una atmósfera de tránsito hacia el Campus Stellae que te dejará fascinado.
¡Cada villa será un nuevo e inolvidable amor!
Monasterios llenos de misterio
El Camino Primitivo te llevará al pie de monasterios milenarios, cuyo porte y arquitectura invitan a la meditación y la serenidad.
Son monasterios cuya historia está envuelta también en leyendas que te invitan a soñar y viajar al pasado, moviéndote en la flecha del tiempo diez o doce siglos hacia atrás.
Tanto San Salvador de Cornellana, en Salas, como Santa María la Real de Oubona, en Tineo, tienen una historia ligada a la monarquía asturiana, y ambos fueron importantes centros de conocimiento y espiritualidad en la Edad Media.
Ambos están rodeados de un halo de magia y leyenda que los hace únicos y que te impregna la mirada de misterio…
El Camino del Arte
Una de las singularidades del Camino Primitivo es que, de alguna forma, es también una ruta del arte. El arte está omnipresente en la más antigua ruta jacobea, y precisamente será el arte del reino de Asturias, es decir, el prerrománico, la más notable y llamativa manifestación en el entorno de este Camino.
Como brillante ejemplo sirva Oviedo/Uviéu, una ciudad de gran impronta medieval, con importantes manifestaciones del Prerrománico, como la iglesia de San Julián de los Prados - también conocida como Santullano -, la fuente de La Foncalada, la Cámara Santa de la Catedral, o ya en la falda del Monte Naranco, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Siendo además todos estos monumentos Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La gastronomía jacobea, sabrosa y saludable
El Camino Primitivo es una fuente inagotable de riqueza gastronómica. Transcurre por una de las arterias culinarias del Paraíso Natural, y en cada una de sus etapas, podrás degustar más de una exquisitez tradicional, además de hacer tus pinitos con los platos más innovadores.
En Oviedo/Uviéu, una de las grandes capitales gastronómicas de España, tendrás una amplia gama de restaurantes y sidrerías donde dar cuenta de los platos y productos asturianos más clásicos como la fabada o el pote, los quesos, los dulces, los pescados y mariscos, o las carnes, hasta los más creativos. Y por supuesto las bebidas siempre asturianas: la Sidra de Asturias, el Vino de Cangas o nuestra cerveza artesana.
Y a lo largo de las etapas del Camino, encontrarás joyas como el tocinillo de Grado; los carajitos del profesor en Salas; el Chosco en Tineo, y también los quesos; el repollo relleno de un afamado restaurante en Pola de Allande, o los embutidos, carnes, caldos o potes de Grandas de Salime.
¡En Asturias la ruta jacobea es todo un sendero gastronómico!
Los rincones y las gentes de Asturias, un atractivo único
Sin lugar a dudas, uno de los atractivos incuestionables del Camino Primitivo son las gentes de Asturias, así como los rincones tan agradables que te encuentras para el surgimiento o exaltación de la amistad.
Las gentes de Asturias son afables, amigables y hospitalarias por naturaleza. Es muy fácil llegar a una aldea, y entablar conversación, o saciar la sed del Camino con un culín de sidra, en una antojana o a la sombra de un hórreo.
O estar en la terraza de una villa o de una ciudad, y hacer amistades que perduran en el tiempo.
El Camino Primitivo, por su antigüedad, por su singularidad y por su ausencia de masificación, es ideal para conocer con total sosiego, no solo el paisaje, sino también el paisanaje astur, en medio de idílicos rincones, con el fondo de valles y montañas, rodeados de sonoros y coloristas bosques, y siempre con la presencia de los hórreos, de una pequeña ermita, de una casa blasonada, de una arquitectura indiana, y de mil escenarios más que puedas imaginar…
¡El Camino Primitvo te sorprenderá a cada paso! ¡Hazlo y verás! ¡Y si te ha gustado este post, compártelo en tu Facebook!