En la última década, el programa de fidelización de compra de pasajes, se ha vuelto una manera de captar, convencer y conservar clientes. Un sistema que crece año a año y que busca premiar la conducta de los consumidores.
Por Nicolás Villavieran
La competividad de estos tiempos ha obligado a las empresas reinventarse y llevar a cabo programas de fidelización que seduzcan hasta los consumidores más exigentes del mercado.
Bancos, empresas petroleras, firmas del retail y líneas aéreas se unieron y formaron alianzas para maximizar sus ventas.
Un claro ejemplo de esto es el banco español BBVA que apuesta al sistema de puntos a través de millas o kilómetros. Esto es una oportunidad de negocio para las entidades financieras ya que aprovechan para sacar un rédito con la compra en tarjetas de crédito y aumentar sus ganancias mensuales.
Las empresas petroleras también tienen su sistema de puntos desde hace un tiempo. Por ejemplo el caso de Shell que por cada carga de combustible en estaciones de servicio, automáticamente esos litros se transforman en millas para canjear por pasajes aéreos.
Los supermercados también se suman al programa de fidelización. El año pasado Coto y Aerolineas Argentinas firmaron un acuerdo con el lema “vení al super y salí viajando” que premia a sus clientes por cada carga de changuito que realizan en el supermercado a cambio de millas aéreas.
