Las aerolíneas a lo largo de la historia han conseguido una manera de vender el “mismo” producto a distintas personas por diferente precio. Si lo miramos de un punto de vista objetivo el producto en general es el mismo, un vuelo de punto A hacia un punto B, sin embargo, lo que cambia es la experiencia del vuelo, es decir asientos más lujosos, espaciosos, etc.
Por Rodrigo Pedró
Retrocedamos en el tiempo en 1930. Los aviones en ese momento no se asemejaban en absolutamente nada con los aviones actuales que vemos hoy en día. En ese momento no existían las clases aéreas por el simple hecho de que volar en si era un lujo.
Interior de avión de la Aviación Imperial Británica de los años 30. Sillas sueltas de mimbre, sin cinturones, sin medidas de seguridad de ningún tipo.
Fue a partir de principio de los años 50, cuando se empezaron a vender pasajes del mismo vuelo con diferentes precios. La principal diferencia era que la clase turista (como su nombre lo indica), era para el uso de viajeros que planificaban su vuelo con tiempo y el boleto no ofrecía flexibilidad para cambiar el pasaje. En cambio, los boletos de precio completo eran para el uso de personas de negocios que en muchos casos necesitaban la flexibilidad para cambiar el pasaje ya que no tenían fechas decididas.
Volviendo a la actualidad, para las compañías aéreas la mayor ganancia se obtiene de las clases Premium, es decir de económica superior, Business, Primera clase y no de turista como la mayoría podría pensar. Veamos un ejemplo, Comprar un pasaje solo ida con la compañía aérea British Airways en un Boeing 777-200 desde Buenos Aires a Londres el 1 de mayo de 2019 nos estaría costando $825 dólares en Turista, $2544 dólares en económica superior y $6238 en Business. El 777 tiene 203 asientos de clase turista, 24 de económica superior y 48 de Business. Por lo tanto, de clase turista se obtendria $167.475 dólares, de económica superior $61.056 dólares y de Business la empresa conseguiría $299.424 dólares. Por lo tanto, los 48 asientos de Business producen más ganancia a la aerolínea que los 203 de clase turista.
Para el pasajero que va a volar, se encuentra en la mayoría de los casos con 2, 3 o más clases diferentes a la hora de comprar un pasaje aéreo. Pongamos un ejemplo, un vuelo de American Airlines de Buenos Aires a New York nos ofrece clase turista ($1420 dólares), Business ($3270 dólares) y Primera ($8863 dólares). La diferencia que encontramos en cuanto a la turista y la Business es enorme, es la comparación entre un asiento pequeño e incomodo contra una cama y la diferencia de precio es un poco más del doble. En cuanto a la diferencia que podemos encontrar de Primera con Business es un poco más de espacio y mejor comida, pero la diferencia de precio es casi el triple que la Business (es decir 6 veces más que turista).
Es difícil para las aerolíneas vender más asientos de primera clase que las Business, ya que la experiencia es parecida entre si comparado con los incomodos asientos de turista, y la diferencia de precio es mucho mayor uno con la otra. Incluso, como menciona en su blog de viajes Nomadic Matt, muy pocas de las personas que viajan en primera clase realmente pagaron por el costo del pasaje completo: “Los últimos 6 meses he viajado por algunas de las primeras clases más lujosas que existen por poco más de lo que cuesta un billete en clase económica gracias a los puntos que tenía acumulados […]Dudo mucho que sea el único que hace esto, en realidad diría que prácticamente todos los pasajeros de primera clase viajan con puntos o millas de viajero frecuente”. Es por estos motivos que muchas aerolíneas están optando por sacar la primera clase y meter más asientos Business, ya que hoy en día para la mayoría de las compañías aéreas son las más rentables. Son muchos los usuarios que quieren viajar con comodidad sin pagar los altos costos que vale un pasaje de primera clase.