Por Marta Yanci (*) (Especial para Turismocero)

“Conocí el Gran Beaterio de Lovaina por casualidad. Una vecina me había invitado a unirme a ella y otras mujeres para caminar desde nuestro pequeño pueblo hasta Lovaina. Una excursión de más de tres horas a pie atravesando campos, bosques y pueblecitos. La idea me pareció fabulosa.”

“El paseo fue placentero, por supuesto, pero la gran sorpresa fue entrar a la ciudad por donde yo jamás había accedido, pese a haber visitado Lovaina en numerosas ocasiones.”

“Antes de continuar debo aclarar que yo soy una de esas viajeras a las que le gusta perderse en las ciudades, tratar de encontrar aquellos rincones que quizás sean menos conocidos, pero que conservan todo el encanto y la esencia de sus gentes, comer en restaurantes en los que quizás el turista tipo no entraría y, sobre todo, me gusta visitar cementerios, que nada tienen que ver con mi historia de hoy, pero que me parecía importante compartir, porque los camposantos nos enseñan mucho sobre una comunidad.”

“Volviendo al tema que nos atañe, visité por primera vez el Beaterio de Lovaina un martes del mes de marzo. Era un martes soleado, frío y tranquilo. Después de atravesar campos y más campos y caminar por distintos caminos arenosos, frente a mí vi un muro de ladrillo rojizo en cuyo centro se abría un arco discreto, sin florituras ni decoración de ningún tipo. Ni tan siquiera era majestuoso en su tamaño. Era solo eso, un arco que nos invitaba a cruzarlo.”

“Al atravesar el muro me quedé absolutamente fascinada. De pronto sentí como si hubiera viajado en el tiempo transportándome al Medievo. Y es que el lugar en el que me encontraba, un pequeño pueblo ubicado dentro de una gran ciudad,congelado en el tiempo, sigue prácticamente igual desde su constitución en el siglo XIII, si bien a final de la década de los sesenta del siglo pasado fue objeto de una necesaria restauración que se hizo con mimo para mantener su esencia.”

“Pero, ¿qué es un beaterio o beguinaje, siendo fiel a la traducción literal de su verdadero nombre? Se trata de una comunidad en la que viven mujeres que, si bien no son religiosas, deciden vivir como tales. Hay quien se ha referido a los beguinajes incluso como una de las comunidades de mujeres más libres de la historia, porque eran democráticas, trabajaban para conseguir sus propios alimentos y hacían multitud de labores caritativas. Haciendo alarde de esa libertad,las beguinas podían marcharse de la comunidad en cualquier momento y retomar su vida previa. Quizás esta explicación sea algo obvia, pero confieso que yo desconocía de la existencia de tales sociedades.”

“El Beaterio de Lovaina es el mejor conservado del mundo y, de hecho, es Patrimonio Mundial de la UNESCO. Consta de una docena de callejuelas y alrededor de cien viviendas en las que habitaron aquellas mujeres beatas hasta 1988, año en que murió la última beguina.”

“Las beguinas originaron precisamente en Bélgica, en el siglo XII, en una época en que el número de mujeres no paraba de aumentar o, mejor dicho, cada vez había menos hombres, consecuencia de las guerras. Ante la alternativa de ser esposas o religiosas, el ser beguinas parecía una fantástica solución.”

“En la actualidad, las austeras viviendas de estas mujeres las ocupan profesores universitarios y sus familias. Yo aquel martes, paseando entre aquellas edificaciones de ladrillo, cruzando los puentes bajo los que fluía el agua del ríoDijle que dos canales proporcionan a la comunidad, respirando el aroma de los magnolios, me sentí en paz.”

“La ciudad de Lovaina es maravillosa, llena de vida y merecedora de una excursión si recaláis en estas tierras. Pero, si la visitáis, no olvidéis viajar en el tiempo adentrándoos en el Beaterio. Os aseguro que no os dejará indiferentes.”

(*) Marta Yanci, oriunda de San Sebastián, España, es abogada de profesión y escritora de vocación. Su primera novela “Respira”, basada en hechos reales, fue publicada en 2018 y está disponible en Amazon. Pueden seguir a Marta a través de su cuenta de Instagram @martayancis. Abril de 2019 publicó “Yas Waterworld” la joya de Abu Dhabi que atrae a niños y adultos. Nota especial para Turismocero donde actualmente es colaboradora.