La Patagonia argentina abraza a Ribera del Cuarzo, la envuelve, la acobija, y la transforma en una cuna predilecta de vinos únicos, con condiciones naturales excepcionales.
Una pequeña y exclusiva bodega familiar al pie de la barda, con factores climáticos, biológicos y geológicos que hacen de Valle Azul un sitio inigualable para la producción.
La tranquilidad absoluta del lugar invita a relajarse, disfrutar de un exquisito y exclusivo vino y contemplar el paisaje sorprendente que ofrece la naturaleza.
“Hoy a esta ambición se suma la de crear una región de bodegas chicas en tamaño pero grandes en calidad: el sueño de un lugar donde se arraiguen y crezcan familias del vino, y próspero gracias a nuestro trabajo y a las particularidades naturales inigualables del Valle de Río Negro”, proyecta Felipe Menéndez, dueño de Casa Pirque y principal responsable del nacimiento de Ribera del Cuarzo.
Su historia es bien particular, digna de contar, tanto como la de este terruño distintivo ubicado en la margen sur del Río Negro, a medio camino entre General Roca y Choele Choel.
Formando parte de una familia que cuenta con más de 150 años dedicados a la elaboración del vino, el discípulo de Nicolás Catena Zapata unificó pasiones en este proyecto y recordó: “Por parte de mi abuela, Melchor Concha y Toro inició su bodega en 1883, pocos años después de que José Menéndez hubiera lanzado su empresa productora y naviera de lana en la lejana Patagonia”.
Valle Azul, un lugar soñado para producir vinos de alta gama
La historia de esta bodega comienza en 2001, cuando la condesa italiana Marone Cinzano descubre esta tierra lejana. Una vez allí, plantó un viñedo de cinco hectáreas al pie de la barda y comenzó a producir vino al estilo borgoña. Construyó una casa y la bodega justo al lado del viñedo con pequeñas piscinas abiertas de concreto para la producción artesanal, empleando piseage. Además, un acueducto para poder regar el viñedo con agua del Río Negro.
“La plantación original tenía cuatro hectáreas de Malbec, media hectárea de Merlot y otra media hectárea de Petit Verdot. Nosotros lo que hicimos fue aumentar la cantidad de Merlot respecto de Malbec y agregar Pino Noat, como nueva variedad, y estamos por plantar garnacha blanca el año que viene”, agrega Felipe en diálogo con Ámbito.
Y recuerda: “Cuando probé por primera vez la cosecha del 2008, supe que Marone Cinzano había encontrado un verdadero terruño. Durante diez años exploré todos los demás lugares cercanos en Patagonia donde se pudiera producir un sabor igual, pero concluí en que las condiciones de Valle Azul eran perfectas”.
El objetivo de Felipe y su proyección para Ribera del Cuarzo era claro: fusionarse con la condesa para administrar la tierra y la bodega durante un período muy largo de tiempo y poder invertir en una operación más grande y mejor para producir un vino excepcional. Y vaya si lo consiguió.
Araucana y el sueño de convertirse en el viñedo más famoso del mundo
Araucana es un viñedo único. Ninguno en Patagonia está tan próximo a la barda, lo que lo hace tan exclusivo y atrapante.
Los suelos de Araucana son principalmente eólicos, formados a lo largo de los siglos por la erosión del viento. La ceniza volcánica y el alto contenido de potasio crean una composición química crucial y muy inusual.
La barda también juega su partido. Cumple un rol fundamental gracias a la textura de su superficie creada por la presencia de cuarzo mezclado con carbonato de calcio, una mezcla conocida localmente como cemento indio, que se erosiona en el suelo y comparte su excepcional carácter con las uvas.
“El sueño es que Araucana, el viñedo al pie de la barda, sea el más famoso del mundo. Y por otro lado, apuntamos a que Ribera del Cuarzo, la marca, se transforme en la mejor bodega de Argentina. Llevará tiempo, claro, muchos años en realidad, pero estamos trabajando para competirle de igual a igual a Catena Zapata, Cobos, Chacra, y ganarles. Porque de esa competencia se crea un mundo de riqueza en términos productivos”, explica el discípulo de Nicolás Catena Zapata.
Ribera del Cuarzo: vinos de alta gama con un perfil exótico que recorren la Argentina y el mundo
La reconocida bodega cuenta con cinco vinos exclusivos de producción local que se distribuyen por nuestro país, Araucana Río de los Ciervos Malbec, Araucana Río de los Ciervos Pinot Noir, Malbec araucana, Araucana azul y Ribera del Cuarzo Parcela Única. Mientras que otros tres (Ribera del Cuarzo Clásico, Ribera del Cuarzo Especial y Ribera del Cuarzo Parcela Única) ya circulan por varios países del mundo.