CULTURA

UNA MANO PARA DOWN PARA ARRIBA

El Documental escrito por el actor Gustavo Garzón muestra un amable retrato sobre sus hijos, los mellizos Juan y Mariano, y otros jóvenes que como ellos nacieron con Síndrome de Down.


En palabras del actor  “Soy un enamorado de esas personas por el amor que transmiten y lo que intento es mostrar el origen de ese amor y cómo son en la intimidad, cuando están entre ellos”.

A través del acompañamiento de sus hijos, que asisten a un grupo teatral conducido por Juan Laso, el director descubre un universo asombroso que derrumba todos los prejuicios y donde rigen la candidez, la amabilidad, las risas y, en muchos casos, el talento actoral.

En el barrio de Palermo los alumnos de la escuela de Juan Laso llegan a su clase de teatro. El grupo, “Sin drama de Down”, funciona desde el año 2008 y está integrado en su totalidad por personas con síndrome de Down con edades que oscilan entre los veinticinco y cincuenta años.
El objetivo de Juan es preparar a sus alumnos para la actuación y que puedan llegar a desenvolverse profesionalmente. La voz en off de Gustavo Garzón, con toda la subjetividad de su mirada, es la guía que organiza el documental desde un particular punto de vista: el de un padre de dos alumnos del taller y, a su vez, actor.

El desafío del grupo, en esta oportunidad, consiste en filmar una película de ficción, un cortometraje de unos 20 minutos de duración cuyo guion salga de las mismas temáticas y conflictos que se plantean dentro del grupo. Allí se muestra el minucioso seguimiento de todo el proceso: su construcción, la elección de los temas y la trama, los ensayos y la filmación propiamente dicha.
Para conseguir su objetivo, Juan debe superar la gran dificultad que implica introducir a las personas con discapacidad mental en el mundo simbólico de la actuación.

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