Las plantas hacen la vida más feliz. Decoran, mejoran el aire que respiramos, nos alimentan, nos perfuman, nos quitan el stress. Cada día es más grande el reconocimiento de que caminar por un bosque, visitar un botánico en medio de la ciudad o, sencillamente, tener unas macetas en nuestro balcón o patio nos mejoran el ánimo y nos producen bienestar.
Basta sólo imaginarse lo que uno siente al llegar a un sitio donde hay un millón de árboles.
Cazón no tiene mucho más que 300 habitantes, está ubicado a tan solo 170 km de CABA y 15 km al noreste de la ciudad de Saladillo, ingresando por el km 171 de la Ruta Nacional 205 y el acceso Gobernador Dr. Alejandro Armendáriz.
El corazón del pueblo es el Vivero Municipal Eduardo Holmberg, el más grande de la Provincia de Buenos Aires donde se producen y cultivan alrededor de 300 especies forestales, ornamentales, frutales, aromáticas y trepadoras. A este se sumaron en un momento unos 20 viveros privados. Cuentan que en un tiempo había más viveros que calles.
No podía ser de otra forma y en 2012 se organiza por primera vez la Expo Vivero Cazón, cuya 11 edición se realizará entre el 14 y el 16 de octubre de este año con gran pompa. Los viveros a puertas abiertas y la gran cantidad de plantas entre las que se destacan también cactus, crasas y suculentas atrae cada año más de 50.000 personas a sus tres días de festejo verde.
Hay food trucks en el Patio Gastronómico, stands de venta de todo tipo desde flores, productos de decoración del jardín, productores de plantas, miel, dulces, chocolates y demás, artesanías, parque de juegos para chicos, hasta una gran cantina que estará a cargo de las instituciones locales que son la Escuela Agraria, el Club, la Escuela primaria y el Jardín de Infantes. En el escenario habrá gran cantidad de artistas folklóricos y cerrará el evento el domingo la uruguaya Katerine Vernes.
La Expo Vivero Cazón genera en el pueblo gran cantidad de negocios con muchos compradores que llegan desde toda la Provincia de Buenos Aires, pero también de las provincias vecinas y más lejos, como Tucumán, Calafate, Neuquén, Santa Fe y otras. El evento es una excusa para conocer la naturaleza de los alrededores, la belleza de sus nativas, recorrer el pueblo y disfrutar de un fin de semana diferente, especialmente para los fanáticos.
Tanto la localidad de Cazón como la ciudad cabecera, ese fin de semana se preparan para recibir al turismo que luego de vivir largas jornadas en el Vivero, optan por recorrer los pueblos vecinos como Alvarez de Toledo y Polvaredas que se encuentran a pocos kilómetros. Las localidades albergan historias de vida y también invitan a visitar lugares típicos de la ruralidad. El interior bonaerense tiene ese beneficio de cercanía, de inmensa pampa sin fronteras que alimenta el espíritu lo suficiente como para retornar a casa renovado.