Se vienen las Vacaciones de Invierno y es un buen momento para pensar en viajar solo, y mucho más si vemos los beneficios psicológicos que esto puede traer.
Muchas veces se considera que viajar solo es arriesgado, peligroso y puede llegar a ser aburrido. Pero la otra cara de la moneda muestra que ayuda a crecer, a reflexionar sobre uno mismo y a conocerse.
El primer paso, es tomar la decisión de viajar solo, es la parte más complicada, quizás la más difícil, pero luego se disfruta todo, desde elegir el destino, los hospedajes hasta las actividades turísticas, provoca emoción y felicidad.
Gisela Taba, Psicóloga de CEETA (Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad) explica que “el hecho de estar solo, de haberlo elegido, en un lugar diferente al de todos los días, nos ubica en una situación de elecciones, de un disfrute diferente, de nuestros propios tiempos.
Nos aleja del ruido cotidiano y aprovechándolo no sólo como mera distracción puede dar lugar al autodescubrimiento y realización. Además conectarnos con personas nuevas, a veces otros estilos de vida, también nos permite tener otra perspectiva de la propia”.
Asimismo, viajar solo significa abrirse y abrir la mente, estar dispuesto a percibir y recibir nuevas experiencias. Parte de la diversión de esta forma de viajar es poder conocer gente nueva que está en la misma situación.
Se crean amistades momentáneas pero durares y esas personas con las que compartieron momentos pasan a formar parte de uno. Se crea una red entre personas de todo el mundo y se expanden las fronteras para convertirse en un solo planeta conectado. Se puede reconocer la inmensidad del mundo y la diversidad de culturas e idiomas.
“Solemos escuchar a las personas que regresan de un viaje a un destino con una cultura muy diferente a la propia, que se sienten renovados, maravillados con lo que han aprendido y sentir un antes y un después’”, menciona al respecto Gisela Taba, del staff del CEETA
Viajar es salirse de la rutina y de la zona de confort. Es buscar un lugar neutral, sin estrés, sin ansiedades, sin conflictos. La Psicóloga señala que viajando suceden cosas que no suceden en la vida cotidiana e indica que “lo que no se habilita en la vida cotidiana es en muchos casos salirse del plan, de lo estructurado de la vida cotidiana; para otros tomar decisiones o probar cosas nuevas.”
“Cuando viajamos acompañados siempre hay que consensuar, de acuerdo a quien sea nuestro compañero será más fácil o no, en cambio viajar solos nos permite una elección completamente personal. También pasar momentos en soledad, ver qué hacemos o que no hacemos con ello, si no estamos acostumbrados es también un desafío que solo se da en esa situación”, explica Gisela Taba respecto a la dinámica a lo largo del viaje.
Viajar solo tiene sus ventajas y desventajas y depende de cada persona cómo se reacciona frente a las diferentes situaciones.
Algunas de las ventajas son:
*Mejorar las habilidades sociales
*Libertad
*Desarrollo personal
*Capacidad de improvisación y flexibilidad
*Es más fácil encontrar alojamiento
*Seguro que si lo haces una vez, lo haces otra.
También es importante tener en cuenta las desventajas para ir preparado:
*Se gasta más dinero
*Algunas veces podés sentir soledad
*Tenés que estar más pendiente de tus cosas
*Pensá dos veces si es conveniente hacer algunas cosas solo
A la hora de tomar la decisión, la especialista manifiesta que “en muchas personas un factor para no viajar sola puede ser sentirse inseguros estando solos, ‘qué pasaría si me sucediera algo estando solo’ y en otros casos pensar que viajar solo podría resultar aburrido. En ambos casos se podría decir que estamos hablando de supuestos, que anticiparse a lo negativo y conjuntamente evitar no va de la mano de lograr cumplir con lo deseado. Además bien puede uno anticiparse y tomar ciertos recaudos para poder viajar en vez de directamente descartar la idea”.
“Respecto a lo que pudiese resultar la estadía en un viaje solo, es poco probable que un viaje armado a la propia medida ciertamente pueda resultar aburrido, más aún si uno se permite sorprenderse y tomar las nuevas oportunidades que ofrezca el destino elegido”, dice Gisela Taba.
Vivir nuevas experiencias, probar cosas nuevas, salir de la zona de confort puede presentar cierta incertidumbre, miedo y ansiedad, sobre todo la primera vez; pero si se desea crecer, hacer introspección y explorar el mundo, viajar solo es una excelente oportunidad. Ir preparado ayuda a perder poco a poco ese miedo de las posibles situaciones y lograr disfrutar del viaje.
“Por último como cualquier cosa nueva que queramos hacer, además del entusiasmo que acompaña también podemos vivirlo con una cuota de temor y ansiedad, pero poder llevarlo a cabo si realmente es importante para nosotros, nos va a recompensar con la vida que queremos vivir, con nuestras elecciones, ya sean pequeños o grandes pasos”, concluye la licenciada.